«Ha habido un cambio brutal en la estructura del sector porcino provincial en las dos últimas décadas, no tiene nada que ver el régimen de explotación actual con el vigente a finales de los años noventa». Alberto Mejía Fortes, uno de los responsables del área porcina de Cobadu, cooperativa que ejerce como integradora, resalta que se ha pasado de un sistema claramente especializado en la cría de lechones a otro que se basa exclusivamente en la ceba de animales. De vender más de dos millones de lechones al año se ha pasado a una comercialización esporádica de estos animales. Y al revés, hace veinte años, apenas se vendían cebones y ahora es la actividad que mantiene el sector.

La ganadería porcina llegó a ser la industria de la provincia. Se hicieron estudios (la Diputación llegó a contratar a una empresa especializada para elaborar un diagnóstico preciso y marcara las pautas a seguir) y análisis de todo tipo con el ánimo de cambiar el régimen de producción basado en la cría -y la venta- de lechones (animales con un peso de veinte kilos). Las organizaciones profesionales agrarias también se implicaron en el afán de potenciar el cierre del ciclo para que la riqueza que generaba la venta de cebones y los derivados porcinos quedara en la provincia.

Lo que entonces no fue posible, se ha conseguido en los últimos años, como consecuencia de las nuevas tendencias de los mercados y los cambios habidos en el régimen de explotación de esta ganadería, sobre todo en Aragón, Cataluña y Murcia, principales destinos de los lechones zamoranos.

Alberto Mejía explica que «a partir del año 2000 se fueron estrechando los márgenes de comercialización y aumentaron las dificultades para la venta», eso fue minando la estructura del sector en Zamora, que se vio obligado a cambiar «a la carrera».

Lo que ocurrió fue que las provincias a las que Zamora surtía de lechones empezaron a criarlos y a cerrar el ciclo. Algunos brotes de enfermedad adelantaron los cambios y obligaron a un mayor control de los procesos de cría. Los ganaderos zamoranos se quedaron sin mercado. Las cooperativas tuvieron que recular y agruparse en Cobadu buscando refugio y una nueva estructura de comercialización. Zamora, ahora sí, se vio obligada a cerrar el ciclo para sobrevivir, aunque surgieron las dificultades porque la venta se hizo más selectiva y complicada.

En la actualidad, y según la última encuesta ganadera del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente que ha hecho pública la organización de los Premios Porc d´Or que se entregan en Zaragoza el próximo 22 de noviembre, la ganadería porcina zamorana suma alrededor de 330.000 animales. De esta cabaña, algo más de 77.000 son lechones, unos 70.000 son cerdos de 20 a 50 kilos y 147.000 cerdos de cebo. Zamora, en número de animales ocupa la quinta posición en Castilla y León, por debajo de Segovia (1.100.000 ejemplares), Salamanca (503.000), Burgos (364.000) y Soria (359.000).

En lo que se refiere al censo de animales por tipos, la provincia cuenta con 1.000 verracos y unas 36.000 cerdas reproductoras. Ocupa el tercer lugar en la región, por detrás de Segovia (164.000) y Salamanca (61.000)

La estructura de la propiedad también ha cambiado de forma clara. La atomización que caracterizó a esta ganadería durante los años ochenta y noventa, ya es historia. Las más de 5.000 explotaciones han quedado reducidas a menos de 1.000. Las pocilgas que servían los cebones para la matanza tradicional y los lechones para oxigenar las economías agrarias se han convertido en grandes naves, con unos costes de construcción enormes, teniendo en cuenta, además, que se levantaron durante la época de las «vacas gordas» de la construcción, cuando los precios por metro cuadrado estaban muy altos.

Imperan los cebaderos en la provincia y la mayoría de estos se explotan bajo la fórmula de la integración. La empresa integradora (Cobadu es mayoritaria en la provincia) aporta los lechones, el pienso y los medicamentos, mientras que el ganadero pone la nave y el trabajo. Este percibe una cantidad fija por animal cuando se produce la venta. Este sistema permite al ganadero recibir un sueldo fijo, con el que puede amortizar el coste de la nave.

La provincia ha entrado también en el mercado del porcino ibérico. Cada vez aumentan más este tipo de explotaciones por la aceptación de los mercados de este tipo de carne. Cuenta con 32.000 ejemplares, todavía muy lejos de Salamanca (445.000), Segovia (76.000) y Ávila (48.000).

El sector porcino es, dentro de las actividades ganaderas, el más sensible, ya que no cuenta con regulación comunitaria. Se rige, exclusivamente, por las leyes de la oferta y la demanda y está muy controlado por las grandes compañías. Esta actividad es muy sensible a los «dientes de sierra» del mercado y a la normativa actual sobre bienestar animal, lo que hace que muchos porcinocultores hayan tenido que cerrar sus explotaciones por falta de rentabilidad.

Las últimas semanas y meses han sido de bonanza en el sector por la caída de los censos en algunos países. «En estos momentos pasamos por un buen momento, pero eso no significa nada porque en esta actividad los cambios son permanentes y lo que hoy va bien, mañana puede ir mal, por eso es complicado para los criadores y por eso crece cada vez más el sistema de integración, la seguridad es muy importante y muchos ganaderos la están buscando», asegura Alberto Mejía Fortes.

Comercio

España, con 26 millones de cerdos incluidos lechones, es el segundo productor de porcino en la UE y el cuarto a nivel mundial. Exporta anualmente 1.369.527 toneladas, el 40% de lo que produce. En la última década el comercio intracomunitario se ha incrementado en un 266% y el extracomunitario en un 540%. La venta a terceros países está liderada por el tándem China-Hong Kong, casi a la par con Rusia, y seguida por Japón y Corea del Sur.

Aportación económica

Los datos recogidos anualmente en el BDporc sitúan al porcino en lo más alto de los sectores productivos en España, con una aportación al PIB superior a los 4.500 millones de euros, lo que supone más de un 37% de la Producción Final Ganadera (PFG) y del 14% de la Producción Final Agraria y siendo el sector ganadero con mayor peso en la economía española. En los últimos años el sector porcino español ha pasado de ser importador a ser netamente exportador incrementándose su volumen de exportaciones un 17% desde el año 2000 a causa, entre otros, de la mejora sanitaria de nuestra cabaña.

Tamaño

La evolución del sector en los últimos veinte años ha puesto de manifiesto, un continuo incremento del tamaño de las granjas (de 719 cerdas por explotación en 2007 hasta las 986 cerdas en 2012). En relación a la eficiencia productiva, hay que destacar que en las dos últimas décadas se ha aumentado en casi siete lechones destetados más por cada cerda productiva al año, con una media de productiva del conjunto en 2012 de 26,57 lechones destetados por cerda productiva y año, y máximos registrados (2011) de hasta 33.

Calidad

Según la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), durante los últimos años el comercio exterior del sector ha experimentado un incremento notable, no solo en volúmenes de exportación sino en la calidad de las exportaciones.