Tradición pura, hermandad, convivencia, alternancia social y cultural entre generaciones volvieron a convertir ayer al Tafarrón de Pozuelo en la fecha festiva más insigne del año del pueblo con una mágica mascarada que desde lo religioso y lo pagano, la costumbre y la peculiar indumentaria a ancestrales rituales de casa, templo y calle, sirvió para escribir una nueva e histórica página honrando a San Esteban Protomártir patrono de los mozos. Rubén Cadierno Ferrero dio vida al Tafarrón y Alejandro García Gullón a la Madama.

La música de dulzaina y tamboril de «Hijos de Cabezo y Belver» de Domez y Samir amenizó la invernal y fría mañana acompañando a la comitiva. Los alcaldes, Mikel García Jiménez, llegado desde París, y José Moráis Rodríguez, ataviados con traje y capa castellana, Tafarrón y Madama de casa en casa felicitaron las pascuas a todos sus convecinos. Los mayordomos, Modesto Gutiérrez Sánchez, José Legido de la Fuente, Eduardo Román Conquero y Sergio de Río Rodríguez, han sido este año los encargados de organizar y sufragar la función.

Hacia el medio día, ya juntos, con la moza Ana María Sánchez Gutiérrez portando el bollo maimón, se acudió a buscar a su casa al alcalde del pueblo, Jesús Ángel Tomás Pino. La iglesia de San Juan Bautista abría sus puertas y allí se iniciaba uno de los desfiles procesionales más peculiares de la Península Ibérica. Abriendo la comitiva el Tafarrón y la Madama, alejándose a la carrera para volver una y otra vez, saltar ante el patrono de la mocedad y postrarse ante el respetuosos con las venias.

La santa misa acogió el ofrecimiento como signo de perpetuidad del último niño nacido en el pueblo, Enrique Ferrero Tomás, nacido el 9 de julio de 2011: El será, si se cumplen las creencias y la tradición, el Tafarrón al llegar a la mayoría de edad, allá por el 2029.

La escasa natalidad y la consiguiente, con el paso de los años, escasez de mozos puede poner a corto plazo en peligro la fiesta del Tafarrón tal y como históricamente se celebra. Este año se han presentado voluntarios como entrantes los hermanos Jesús Ferrero Vara (futbolista en León) y Javi (residente en Benavente) y Ángel de la mano Gálvez (de Panamá). Al solo haber tres y ser necesarios cuatro hubo de repetir Modesto Gutiérrez Sánchez (de Santander) que este año es también Mayordomo. Los propios vecinos se temen lo peor: «El futuro sin niños es incierto».