La Alianza por la Unidad del Campo formada por Coag y Upa exigen «el desalojo total y absoluto del lobo en el resto de la provincia -que no sea la Sierra de La Culebra- que no es ni debe ser actualmente su hábitat natural, siendo absolutamente incompatible con el desarrollo de la actividad ganadera, tanto del vacuno de carne en extensivo como del ovino-caprino».

Las organizaciones agrarias destacan que «no van a tolerar que se extienda el lobo impunemente tal como pretende la Consejería de Medio Ambiente, mas allá del Espacio Natural de la Sierra de La Culebra, principal reserva del lobo en toda Europa». La organización reitera una vez más en reclamar «una gestión y control estrictos en dicho Espacio Natural con indemnizaciones adecuadas a los ganaderos y medidas agroambientales que ayuden a éstos a mejorar las rentas y a afianzar sus explotaciones y su futuro».

La Alianza insiste en denunciar «la desidia y la nefasta gestión que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León está evidenciando en el control de las especies silvestres, y en particular del lobo». Hace este crítica tras un nuevo ataque de los cánidos que se saldó con cuatro ovejas muertas y otra media docena que morirán», más un «probable» reguero de abortos en la ganadería atacada en Peñausende, de Joaquín González.

Coag y Upa exigen a la Consejería que «dé orden inmediata a los equipos y agentes medioambientales para que erradique las manadas de lobos que están causando estragos en Sayago, que son especialmente peligrosas para la ganadería en este espacio, ya que no existe fauna de la que puedan alimentarse».

La Alianza por la Unidad del Campo afirma que «la Consejería de Medio Ambiente y la Junta están abusando de la paciencia del sector agrario, por otra parte inmerso en una profunda crisis, ya que parece dar preferencia a las especies silvestres frente a la actividad agrícola y ganadera que genera desarrollo económico y mantiene población en el Medio Rural, incluso dándole preferencia a la pervivencia de explotaciones ganaderas».

Ponen de manifiesto que «no vale la solución que está barajando la Consejería, que se limita a solicitar que al sur del Duero se declare especie cinegética y nada más, con lo que la situación sigue siendo la misma, los lobos van por donde quieren y matan lo que quieren, más aún si encima obligan a los ganaderos a tener que atar los perros por la absurda ley de caza».

El ganadero afectado, Joaquín González, que mantiene un rebaño de ovejas de 470 cabezas, expresa su malestar por la reiteración con la que sufre los ataques lupinos. Aunque cuenta con seguro, sostiene que no se puede mantener una ganadería en esta situación «y es mejor dedicarse a otra cosa o a quedarse sentado sin hacer nada a la puerta de casa». Piensa que la solución es «quitar a todos los ganaderos para que campeen los lobos porque parece ser que es por donde va la Junta de Castilla y León».