Fue un día de convivencia que se inició a las 12.00 horas con una misa en el mismo pinar, y que siguió con una comida campera donde el arroz fue uno de los alimentos fundamentales. Pero el programa de la concentración prosiguió luego con los tradicionales bailes que se desgranaron a los sones de una charanga. El ambiente no pudo ser más entusiasta y estuvo marcado por la euforia y el deseo de disfrutar de la convivencia. El día acompañó además con su buena temperatura lo que favoreció el desarrollo de la comida. La presidenta de la Asociación de Mujeres «La Laguna», Mercedes Morales, señaló que el objetivo «es pasarlo bien» y todo resultó a pedir de boca.