El colectivo de emigrantes en América, al que las Cortes de Castilla y León concedió el pasado 17 de febrero la Medalla de Oro, agradeció ayer que se distinga a las personas originarias de la comunidad el "trabajo de años en las casas regionales" tras abandonar su tierra a finales siglo XIX y principios del XX . "Intentamos mantener muy vivas nuestras raíces", destacaron en su nombre, tres representantes de México, Pedro José Díez y Diez; Cuba, el zamorano Sergio Rabanillo Damera; y Argentina, Pedro Bello, que estarán el próximo sábado, 25 de febrero, en la sede del Parlamento Regional en Valladolid para recoger la distinción.

El representante de los centros regionales de Castilla y León en México, Pedro José Díez y Diez, cuya vinculación con la comunidad está radicada en Valladolid y Medina del Campoo -donde mantiene vivas sus raíces con visitas familiares periódicas- se mostró "agradecido" en nombre de todos los castellanos y leoneses del país azteca por el hecho de que una institución como las Cortes conceda su máxima distinción al colectivo de emigrantes en América. "Es un honor y un orgullo para todos" expuso, al tiempo que agradeció el apoyo prestado por los representantes institucionales de la comunidad, expuso a Ical.

Sobre las necesidades que se plantean los emigrantes originarios de la Comunidad en México, Díez recordó que actualmente se cuenta con un grupo de en torno a un centenar de jóvenes que bailan y ayudan preservar el folklore castellano y leonés. "Intentamos mantener nuestras raíces y todas las ayudas vienen bien", señaló. Además, citó como "muy necesarios" los apoyos de la Junta para que los jóvenes que aún no lo han hecho viajen y conozcan la tierra de sus padres y abuelos.

En general, desde México, dijo, se percibe a Castilla y León "siempre como una tierra acogedora por parte de sus gentes y que no olvida a quienes de vieron obligados a abandonarla".

Por su parte, Sergio Rabanillo Damera, será el encargado de recibir la distinción en nombre de los miles de personas que forman la comunidad castellano y leonesa en Cuba. Sus raíces están en Puebla de Sanabria (Zamora), de donde su padre emigró en 1915 con 17 años y vivió en varias provincias hasta que en 1931 fijó su residencia en La Habana. Por ello Sergio estuvo muy vinculado a la comunidad zamorana en el país caribeño, donde hasta hace poco presidió Agrupacyl, y su trabajo sirvió a otras asociaciones provinciales y ayudó a generar también una fuerte vinculación, junto a la de Zamora, con otras diputaciones como Salamanca, León y Palencia.

Rabanillo explicó que la distinción de las Cortes de Castilla y León para los emigrantes en Cuba supone "un honor y un compromiso en lo colectivo y en lo personal y un reconocimiento a todos los emigrantes que trabajan en mantener las tradiciones en el lugar de acogida".

En ese sentido mostró su agradecimiento por ser una de las tres personas seleccionadas para estar en Valladolid "ya que hay muchas más, al menos, con los mismos méritos", y precisó que la medalla "es un símbolo de la importancia que le da las Cortes de Castilla y León a la emigración".

Al respecto señaló que el éxodo a Cuba disminuyó considerablemente a partir de la década de 1930 del siglo pasado y desapareció por completo a partir de la segunda mitad, pero las raíces con la autonomía siguen vivas. "Actualmente los miles de castellano leoneses son, casi en su totalidad, nacidos en Cuba, pero que aman profundamente a Castilla y León por la enseñanza y el ejemplo de nuestros padres. Es un compromiso, porque ahora es nuestra responsabilidad el que ese amor perdure y se multiplique en nuestros hijos y nietos", arguyó.

Sobre los emigrantes en Cuba consideró que "viven sin lujo y con todo el abanico de necesidades de las familias con bajo poder adquisitivo". Por ello Rabanillo consideró que el trabajo cultural de las Casas de Castilla y León es clave. "Da contenido a nuestras vidas y nos hace sentir socialmente más plenos. Sin el apoyo de la Junta de Castilla y León las asociaciones no podrían funcionar aquí. La cuota social es simbólica (no llega a un euro al año) y a algunos asociados, excepcionalmente, por su situación económica, se les libera", explicó. Por ello, valoró que la Junta no sólo apoye a las casas regionales "si no que haga llegar una ayuda personal a los más desfavorecidos y para muchos significa más que el salario que reciben". "Además, sentimentalmente, saber de esa preocupación significa un gran apoyo moral. Las diputaciones Zamora y León son un referente en este aspecto, y de forma más modesta, también las de Salamanca, Palencia y Burgos", concretó.

Los originarios de la región en Cuba, según Rabanillo, están al tanto de la actualidad y todo lo que sucede en Castilla y León. "Sentimos que, dentro de las dificultades, es capaz de avanzar y encontrar soluciones a las dificultades. Probablemente no a la velocidad deseada, pero se ha logrado recuperar el movimiento hacia mejor", agregó. A su vez, en torno a la emigración, especialmente de jóvenes preparados de Castilla y León, apuntó que es un fenómeno que no desaparecerá. "El desbalance económico provocará su movimiento en uno u otro sentido y es una pena que se pierda el capital más valioso al decidirse a emigrar quienes se ven con más posibilidades, los más preparados", aseguró.