"Hasta para enterrarnos nos cuesta trabajo". Con esta sentencia resumía ayer un vecino de Villageriz las dificultades que tienen que superar para acudir con un féretro hasta el camposanto.

La elevada pendiente de la calle la Iglesia y las escaleras que han de superarse para acceder hasta el lugar es ya una grave dificultad para no pocos vecinos de este pueblo que ha visto menguada a marchas forzadas su población y, más aún, cada vez más envejecida. Su padrón de 48 habitantes se queda en un número habitual de 27 residentes registrando ya una avanzada edad y viendo cómo las fuerzas merman para ayudar a los servicios funerarios a trasladar el féretro con el cadáver de uno de sus seres queridos hasta el panteón.

Más aún, el coche fúnebre no puede llegar hasta el cementerio, precisamente por las escaleras pétreas de accceso y la plataforma en escalón de entrada al camposanto. Es por ello por lo que el Ayuntamiento ha decidido intervenir con el fin de eliminar las barreras arquitectónicas de estos accesos, tanto a la iglesia como al cementerio que se encuentra junto al templo parroquial.

El proyecto de obra contempla la reurbanización integral desde la calle la iglesia solventando las rocas que se hallan en el margen derecho de los accesos y construyendo una platea en todo el área con el fin de que tanto vecinos como los vehículos funerarios puedan acceder hasta el camposanto. El Ayuntamiento tiene previsto reaprovechar las farolas isabelinas existentes, así como las verjas y barandillas que ahora se encuentran sobre la zona.

Este Consistorio tiene prevista la actuación de obra con la financiación del Plan de Obras Municipal de la Diputación por una cuantía de 20.000 euros.

La actuación de obra proyectada reformará casi en su totalidad la acometida hace unos años en el acceso al templo y ello con el fin de eliminar las barreras arquitectónicas y permitir el paso de los vehículos funerarios hasta el mismo camposanto. Todo ello con el fin de poder ayudar a los servicios fúnebres a dar el último adiós a sus seres queridos, a familiares y convecinos trasladando el féretro hasta su última morada.