La Guardia Civil de Benavente detuvo el pasado miércoles a un conductor de nacionalidad francesa que circulaba a 223 kilómetros por hora.

El presunto autor de un delito contra la seguridad vial cometió la infracción en la A-66 a su paso por la localidad leonesa de Villamañán, en un tramo donde la velocidad máxima era de 120 kilómetros por hora.

Dado que el vehículo circulaba a gran velocidad, la Guardia Civil de León solicitó "el apoyo de una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico de Benavente, quienes le dieron el alto para notificarle los hechos en la Autovía A-52, ya en la zona de la provincia de Zamora". Allí fue donde los agentes informaron al joven, de 23 años, "de la comisión del ilícito penal, es detenido como presunto autor de un delito contra la Seguridad Vial, tipificado en el artículo 379 del Código Penal, que puede conllevar la pena de prisión de tres a seis meses o la de multa de seis a doce meses y trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años".

Las diligencias, fueron instruidas por el Equipo de Atestados de Benavente y remitidas al Juzgado de Instrucción número 5 de León por ser la Autoridad Judicial competente por razón de territorio.