Los vecinos de Santa Marta de Tera clausuraron ayer los festejos de la Sacramental y de san Antonio. En la jornada del sábado se celebraba la festividad solemne por excelencia y ayer domingo la dedicada al copatrón, a san Antonio de Padua. Así se ha venido haciendo desde hace tiempo en esta localidad porque la tradición manda y las devociones obedecen.

De este modo, el ágora más internacional de la comarca se erige en centro de devoción para sus convecinos y residentes fuera de la localidad que acuden en estos días para compartir los encuentros familiares.

La entidad local de Santa Marta de Tera ha organizado en esta ocasión un variado programa de actividades que ha tenido como cúlmen los actos religiosos y las populosas verbenas. La Junta Local en colaboración con el Ayuntamiento, la sociedad de cazadores y firmas comerciales han procurado que sus vecinos y forasteros participen del abanico de actos programados. Desde el viernes se extendía este abanico con la primera tabla en forma de disparo del chupinazo como heraldo de la programación festiva. Una sesión de baile con la macrodiscoteca "Alefrán 2.0" encendía la mecha del jolgorio. A primeras horas de la mañana del sábado, un grupo de mujeres se encargaban de instalar un altar sobre la fachada del edificio de servicios múltiples en la plaza dominada por el templo románico referente de la ruta jacobea. La misa solemne daba paso a la procesión con la Custodia por las calles de esta localidad. Un niño que había hecho su primera comunión no cesaba de arrojar pétalos de flores ante el Santísimo. El pequeño Luis imprimía un sello emotivo en el itinerario procesional bajo los sones musicales del grupo "La Trasga".

Durante la tarde se organizó la XVI marcha cicloturista con un registro de 106 participantes de todas las edades. La verbena con Insomnio volvía un año más a llenar la plaza. En la jornada de ayer, los vecinos asistían a la misa dedicada a san Antonio y en memoria de los fieles difuntos, y tras los juegos infantiles y autóctonos de la tarde que incluyó una merienda-cena con bailes, se ponía fin a la fiesta.