El grafitear se va a acabar. O eso es lo que les gustaría a muchos de los ciudadanos que al pasear por los paseos de La Mota encuentran paredes, bancos, farolas y cualquier rincón de la vía pública lleno de firmas de los autores o mensajes de amor que mejor se habrían enviado vía teléfono móvil, ahorrando así costes a las arcas municipales.

Operarios del área de Obras buscan fórmulas para acabar con la pintura utilizada en los grafitis sin dañar el lugar donde éstos han sido realizados.

Una tarea compleja porque los esprays utilizados cada vez se agarran mejor a ladrillos, plaquetas y madera, dificultando su borrado.

El Grupo Municipal Popular denunció recientemente este tipo de hechos incívicos. Los propios concejales vivieron en primera persona durante los ocho años de mandato la dificultad de acabar con los comportamientos que dañan el mobiliario público y que cada fin de semana afecta a una zona diferente.

Multa de hasta 750 euros

"Realizar pintadas, grafitis, etcétera sin la autorización pertinente en edificios, vía pública y mobiliario urbano" es una infracción tipificada como grave en la Ordenanza Cívica de Benavente. Su multa puede suponer desde los 301 euros, hasta los 750.

La Policía Local es quien se encarga de elevar la denuncia correspondiente, si no lo hace algún ciudadano, así como de identificar a los autores de la gamberrada, que de ser localizados son obligados a subsanar el desperfecto ocasionado o, incluso, puede pagar el coste que suponga el arreglo.

El Ayuntamiento tiene pensado realizar a partir del próximo año campañas para concienciar a la población de las normas cívicas.