Las nuevas tecnologías han facilitado la creación de promesas musicales. De ello se sirve Adrián Oblanca Sánchez, benaventano con 26 años, que empezó hace diez en la música techno como una afición y ahora se ha convertido en su profesión.

-¿Cómo empezó todo?

-Cuando salía de fiesta me llamaba la atención el cómo se hacía. Mi amigo Mario fue el primero que se compró un equipo y yo bajaba a su casa a pinchar hasta que pude adquirir mis propios aparatos. Empezamos pinchando en Benavente y la cosa fue subiendo a niveles más altos, como es en Madrid o en Suiza.

-¿Es difícil cerrar fiestas?

-Estoy muy acostumbrado porque empecé con un estilo de música más fuerte y siempre me avisaban para cerrar. Lo único malo es que siempre se queda la gente que quiere más fiesta.

-¿Cuál es la parte más difícil de su trabajo?

-Desplazarme de noche por carretera. Siempre hay gente que se emborracha o se droga, pero no es por el tipo de música, sino porque es una fiesta. Puede pasar también en un concierto de rock o de reggeaeton.

-¿Se siente famoso?

-Me hace mucha ilusión cuando me saludan después de pinchar y se quieren hacer una foto conmigo. Yo lo veo como que soy uno más en la fiesta.

-¿Cuáles son sus referentes musicales?

-Cristian Varela siempre ha sido mi ídolo. Ahora él pincha temas míos y para mí es un orgullo.

-También crea temas.

-Crear es más complicado de lo que parece. Hoy en día te lo ponen muy fácil porque hay miles de programas y sonidos, pero realmente hay que saber cambiarlo para que no se parezca a la librería donde lo has adquirido.

-¿Se sigue pinchando en vinilo?

-Siempre que puedo lo hago, incluso pasando las piezas de mi ordenador al vinilo, porque es la mezcla más real de pinchar. Su esencia y su tacto no la tiene el ordenador, aunque dependemos de la sala donde tocamos.