"Sueño" y "Flecha" son dos de las aves rapaces que tras su adiestramiento formarán parte de un proyecto pionero para trabajar con niños autistas y personas discapacitadas. Tanto el azor como el águila harris vienen sobrevolando el limpio cielo de la Torre del Valle de la mano de Óscar Maniega García mientras este joven cetrero completa su formación en un centro madrileño de terapia asistida con animales.

Con el proyecto pionero en la provincia se pretende atender tanto a los niños autistas como quienes sufren cualquier enfermedad minoritaria en base a los avances científicos de investigaciones en entornos terapéuticos como el que todavía está en ciernes.

El joven se está formando y las aves también se adiestran para esas funciones terapéuticas como de otra índole más lúdica. A saber, exhibiciones cetreras e incluso para participar en celebraciones de boda para llevar las arras a los esponsales. Una actividad esta última cada vez más en auge por lo llamativo y espectacular y en la que el joven Óscar Maniega viene asistiendo por varios puntos de la geografía del pais.

El proyecto de terapia asistida se complementaría como un aula de la naturaleza a la demanda, de cita con los escolares. Un proyecto este último que no ha llegado todavía a cuajar en la Diputación de Zamora, explicaba ayer el joven cetrero en La Torre del Valle.

Junto a "Sueño", un azor macho de nueve meses que debe su nombre al prolongado tiempo de 14 años que ha tardado este joven en conseguirlo y finalmente ha pasado a sus manos gracias a su maestro Pedro Antonio San Juan, un campeón de España de cetrería de bajo vuelo y con un amplio palmarés en el sector, la relación de aves rapaces se incrementa.

Otro ave rapaz macho, de nombre "Flecha", un bello ejemplar de águila harris de 4 años y varios halcones a los que se sumarán los polluelos de águila harris. Las crías hembras las quiere destinar Maniega para la caza y los machos para las exhibiciones, para las celebraciones de boda, para las aulas de naturaleza.

A este joven cetrero que tiene en su haber varios ejemplares de águila harris, buhos reales, buho africano, azor, lechuza y otras aves rapaces, sin lugar a dudas el niño de sus ojos, como a él le gusta llamar, es su "pájaro testarudo" de nombre "Sueño". El nuevemesino azor que todavía "mentalmente no rompe, porque aún es muy inmaduro", advierte Maniega mostrando sus recientes habilidades técnicas de juez cetrero, una distinción lograda a través de la Federación de cetrería lo que viene a traducirse en que este joven de la Torre del Valle esté capacidado para evaluar las aves en los concursos y exhibiciones. Modalidades en el vuelo para las que apunta de los azores, como unas aves cada vez en mayor exigencia competitiva por el nivel que se ha logrado alcanzar, tanto en la técnica como en el número de participantes en los concursos.

"Si hasta hace poco tiempo eran una decena los cetreros que participaban, ahora se llega a 40 participantes", asegura Óscar Maniega destacando el funcionamiento de la actividad de la cetrería como "una hermandad, es como una familia", a la par de observar que "hay excepciones a las que les gusta el hermetismo".