Sin distinción de edades, la mayoría de pescadores de los pueblos ribereños del río Tera rechazan las disposiciones de la nueva normativa truchera, de la Ley de Pesca de Castilla y León. Una treintena de pescadores se reunieron a mediodía de ayer en Olleros de Tera para recabar apoyos del sector y decidir la adopción de medidas de rechazo a la nueva normativa regional que prima la pesca de la trucha sin muerte.

Pescadores de Olleros, de Vega, Junquera, la Milla, Calzada, Calzadilla, Camarzana, Santa Marta y de Santa Croya, Melgar y Pumarejo mostraron su disconformidad en el encuentro celebrado en Olleros decidiendo emplazar a la Administración Autonómica a la derogación de la nueva normativa regional sobre la pesca. Una de las primeras acciones emprendidas por los pescadores ribereños del Tera en la comarca pasa por la recogida de firmas en establecimientos comerciales y hosteleros de la zona. Una medida que se hacía efectivo ayer mismo por los locales. Así como preparar una manifestación ante la delegación territorial de la Junta de Castilla y León, en la capital zamorana.

La disconformidad de los pescadores con la nueva normativa la resumían en un dicho popular: «o todos curas , o todos monjas» en base a las prescripciones de la nueva Ley de Pesca de Castilla y León que determina la pesca sin muerte del salmónido por tramos y ello no sólo con la licencia de pesca, sino además de tener que contar con un permiso especial para ello. Permisos o pases de control cuyo número tiene un cupo como en el caso del tramo del río Tera que afecta desde el puente de la carretera de Vega a Olleros hasta la presa de las Huergas entre los términos de Calzada y Calzadilla y sólo estarían previstos 10 pases de control diarios. «¿Cómo y a quién se darían esos pases?», se preguntaban ayer los pescadores. Para abundar en la situación, el rechazo de estos pescadores viene dado además por el cupo de capturas de 2 ejemplares con un mínimo de 26 centímetros. «Si se hace sin muerte que lo hagan en todo el río» refieren los pescadores advirtiendo de la pérdida de una tradición transmitida de padres a hijos. Actualmente, la pesca está libre en todo el cauce aguas arriba desde las barrancas de Calzada.

Por lo pronto, este grupo de pescadores de la zona ya ha dado los primeros pasos de rechazo a la nueva normativa que algunos la ligan a no pocas medidas que afectan a los núcleos rurales convirtiendo los espacios naturales «sólo para los señoritos de la ciudad». No obstante, el desarrollo de la nueva Ley tendrá que contar con el visto bueno del Consejo regional, aunque las espadas ya están en alto entre buena parte de los pescadores ribereños del Tera quienes rechazan las nuevas implantaciones de las (AREs) Áreas de Regulación Especial prefijando una serie de limitaciones que pasan por un control o permiso especial de pescadores con un número total por cada ARE, el número de capturas, las dimensiones del salmónido, en el caso del área entre Olleros y Calzadilla de un mínimo de 26 centímetros. En otros tramos, en lugar de 10 pescadores diarios, serían de 30 o de 40, o las tallas mínimas del pez tendrían que sobrepasar los 24 o los 35 centímetros.

Lo dicho, el rechazo es unánime en la zona y los pescadores no se van a quedar de brazos cruzados. «¿Por qué hacen las cosas sin contar con nadie?» decían ayer esta treintena de pescadores reunidos ayer en Olleros de Tera.