«Venimos a dar gracias a Dios porque nos ha bendecido con un beato», aseguró el párroco Miguel Hernández al descubrir una placa en la iglesia de Ayoó de Vidriales, en reconocimiento del hijo del pueblo que fue beatificado en Tarragona el pasado domingo 13 de octubre. El nombre del Padre Domitilo, de Felipe Avelino Llamas Barrero, pasa a la historia local y a formar parte de la numerosa relación de mártires de la iglesia católica española junto a la pila bautismal de la parroquia del Salvador de Ayoó de Vidriales donde fue bautizado el 6 de septiembre de 1907 cuando solo habían transcurrido tres días de su nacimiento. Una trágica coincidencia en el calendario, veintinueve años más tarde, lo hizo merecedor de la relación de «mártires» de la iglesia católica al ser fusilado en la Guerra Civil. El religioso capuchino que durante el proceso de beatificación ya gozaba de un reconocimiento público en su pueblo natal como siervo de Dios, pasa ahora a figurar como receptor de súplicas junto a otro religioso también nacido en su localidad, el beato fray Luis Blanco Álvarez que también recibió las aguas en la pila bautismal de la iglesia de Ayoó medio siglo antes, el 23 de noviembre de 1888.

Felipe Avelino Llamas Barrero quien profesó como capuchino con el nombre de Domitilo, nació en Ayoó de Vidriales el 3 de septiembre de 1907. Fue detenido a los 29 años de edad el 3 de agosto de 1936 cuando se encontraba predicando en Bocines (Asturias) siendo encarcelado en Candás y fusilado en el cementerio de Peón (Gijón) junto a otros 22 detenidos, a los cuales él mismo dio la absolución. Su proceso de beatificación se inició en marzo de 1953 en la Diócesis de Oviedo y abierto en la Congregación para las Causas de los Santos en enero de 1954. El Padre Domitilo, el nuevo beato vidrialés, fue proclamado como tal a través de un decreto del Papa Francisco el 27 de marzo a solo una semana de la misa de inauguración del Pontificado, celebrándose el pasado día 13 de octubre la ceremonia de la beatificación junto a otro mártir de la zona, el Padre Carlos de Alcubilla, Pablo Merillas Fernández y otros 4 religiosos zamoranos en una relación de un total de 522 «mártires» asesinados en la Guerra Civil. Constituyéndose este proceso de beatificación en el más numeroso de la iglesia católica española.

El sobrino del P. Domitilo, José María Barrero Llamas no quiso perderse ayer la ceremonia de reconocimiento en la iglesia de Ayoó agradeciendo en nombre también de su hermana Avelina, residente en Zamora, el gesto de la parroquia y sus vecinos para su familia, para el nuevo beato del que muy pocas veces se hablaba en la casa familiar porque era un tema tabú. Su fusilamiento con el hábito de religioso se convirtió durante muchos años en «un verdadero trauma» para la familia, aseguró ayer el sobrino del nuevo beato vidrialés.

El santuario de la Virgen del Campo en Rosinos de Vidriales celebra el próximo 6 de noviembre a las seis de la tarde una misa de homenaje en memoria de los beatos vidrialeses, de los mártires del Valle de Vidriales.