La mayoría de las vecinas de La Torre del Valle pueden presumir de contar con un Belén no sólo instalado por ellas mismas, sino además recreado por sus propias manos. Incluso la firma de cada una de ellas aparece escrito bajo las figuras. Su sello más personal aparece estampado en los pequeños iconos.

La ermita del Bendito Cristo, junto al camino de Paladinos, un templo donde se celebran los oficios religiosos desde que la antigua iglesia parroquial se cerrara debido a su amenaza de ruina, alberga la recreación de los pasajes neotestamentarios. Junto a la piedra consagrada o el ara de la celebración eucarística, las figuras del Belén logran invadir de cromatismo el recinto religioso. Precisamente el vivo colorido es el trabajo con mimo que han realizado las mujeres de La Torre gracias a un curso de la asociación cultural «Arco Iris».

Todas a una, emprendieron hace unos años la tarea de que su labor perdurase en el tiempo. Delicados pinceles y acuarelas hicieron de instrumentos aplicados sobre las figuras de escayola adquiridas por el Ayuntamiento. El rojo carmesí, el oro y el verde predominan sobre el conjunto cromático del espacio belenístico. Con todo detalle, permitiendo como únicas huellas la extensión de la pintura, pastorcillos, leñadores, lavanderas, camellos... cobran vida una vez al año en esta sobria ermita que acoge a la venerada imagen del Bendito Cristo.