El Ayuntamiento de Alcubilla de Nogales ha construido un nuevo pozo de sondeo con el fin de mejorar la calidad en el suministro de agua a la población.

Las aguas procedentes del viejo manantial, a poco más de dos metros de profundidad y en las inmediaciones de un regato, venían arrojando en los últimos años unos parámetros de potabilidad muy reducidos, según aseguró el alcalde Tomás Fernández.

El Ayuntamiento había intentado localizar un nuevo pozo aunque con resultados infructuosos tras más de cinco intentos.

La Alcaldía decidió encargar la ejecución a la empresa «Sondeos Lugo» con un presupuesto de 21.000 euros, procedente de las arcas municipales, incluyendo el proyecto de obra. Un total de 10.000 litros a la hora son los resultados obtenidos por Sondeos Lugo en una perforación a 170 metros de profundidad en unos terrenos municipales localizados en las inmediaciones de la sierra de Carpurias y del depósito que suministra el agua potable a la población.

El Ayuntamiento está estudiando ahora instalar junto al nuevo pozo dos aljibes prefabricados de 50.000 litros cada uno para lo cual ya ha tomado contactos con empresas del sector, adelantó el alcalde.

La característica del pozo recientemente construido lo configura como uno de los pocos existentes en la provincia ya que se encuentra entubado con acero inoxidable en los 41 metros superficiales de terreno arcilloso.

El resto hasta los 170 metros, de terrenos rocosos, se ha utilizado material de pvc, explicó el pocero de los Valles, Serafín Otero Gómez. La utilización de la tubería de acero «evita la producción del óxido, pero encarece el sondeo», advierte. Este técnico que ha realizado más del millar de pozos en la provincia, sobre todo en la comarca de los Valles y después de 16 años de ininterrumpida presencia en la zona, utiliza para detectar el agua en las profundidades un radio detector, el denominado «Bonamusa». Se trata de un aparato inglés diseñado en los años 70 y de los que se vendieron menos de media docena en toda España.

El «fiable bonamusa»

Otero Gómez, ayudado por su ayudante Rubén Fernández Vivero, asegura que el «bonamusa» es un aparato «muy fiable sobre todo en terrenos con abundante pizarra y arcilla». Con este instrumento se reconoce de norte a sur la superficie de la parcela de terreno donde se buscan las corrientes de agua. Lo que hace precisamente el «bonamusa» es que al trabajar como un electroimán incrementa su peso cuando se está pasando sobre una vena de agua o manantial, explica el pocero, aunque la experiencia sobre el terreno resulta determinante para conocer el punto exacto en que practicar la prospección. Una circunstancia realizada en los terrenos de Alcubilla al igual que se hace en cualquier otra parcela ya sea de propiedad municipal o particular.

El propietario de «Sondeos Lugo» tiene previsto en la próxima primavera comenzar a detectar el agua de las profundidades a base de instrumentos con resonancia magnética. Un novedoso sistema con el que se detectan las partículas de hidrógeno existentes en el agua.