"Trump ha ganado las elecciones recogiendo sueños, pero también frustraciones y miedos de mucha gente". Este es el sentir general de los zamoranos residentes en Estados Unidos tras la proclamación del candidato republicano como nuevo inquilino de la Casa Blanca para los próximos cuatro años. Un resultado que da al traste con las previsiones de las encuestas, que aupaban a Hillary Clinton como primera mujer presidenta de los Estados Unidos.

Antonio Renilla considera que la estrategia utilizada por Trump ha sido "todo un éxito" para imponerse en las urnas. "Ahora es el momento de ver cómo se capaz de construir algo positivo", confía, con la esperanza de que el líder republicano no tiene las manos totalmente libres para gobernar a su antojo. "El presidente, siendo importante, no es el único actor en el escenario político de Estados Unidos y del mundo", subraya.

Desde Arizona, Petra Rodríguez reconoce que esta victoria ha llegado "contra todo pronóstico" y que las encestan han fallado "estrepitosamente", dando por ganador a Trump "y terminando así su sucia campaña electoral", califica. Una campaña que sus compañeros ahora dan por buena. "Los políticos republicanos, escépticos con su candidato, ahora se felicitan y festejan la victoria", asegura.

Respecto a cómo ha avanzado el líder republicano, la zamorana considera que "ha postulado por un cambio radical en las políticas, ha ganado el terreno para los indignados contra el rumbo que llevaba su país y contra los políticos que lo dirigían", considera, apoyando así la teoría de Antonio Renilla.

Estos resultados harán entonces que "un hombre de negocios y del mundo del espectáculo presidirá el gobierno más poderoso del mundo durante los próximos cuatro años". En este sentido, Rodríguez recuerda el caso del presidente Ronald Reagan, que venía del cine. "Por él las previsiones no daban un duro, pero se vio cómo un actor mediocre se convertía en un buen presidente". Por ello, mantiene su esperanza de que Trump "empiece a trabajar y, al igual que Reagan, consiga ser un buen gobernante. Y esta zamorana cree entrever este cambio de rumbo en la intervención que ofreció nada más proclamarse ganador. "Su discurso de agradecimiento ha sido impecable, elegante y serio. Dejó a un lado las bromas, manierismo y payasadas a un lado, demostrando así que sabe actuar como un presidente", razona la zamorana.

Con este resultado deja atrás una campaña que considera "sucia y dura, donde los ataques personales han sido muy fuertes, han rallado la difamación. Nunca antes se había vivido un final de campaña tan mordaz", subraya. Por todo ello, reconoce que "la valoración de los candidatos ha sido bajo, la campaña ha rozado la desvergüenza y posiblemente, el voto de los inmigrantes haya sido decisivo", expone para finalizar.

Tomás Blanco analiza el triunfo del partido republicano sin extrañarse de que "barriera" al otro partido en liza. "Los resultados tienen muchas interpretaciones, pero en mi caso tuve claro desde que Trump saltó a la palestra que ganaría", apunta. Según su punto de vista, han sido tres los puntos clave que apuntalan este triunfo. "Primero, el hartazgo generalizado contra Obama, que no ha hecho nada de los prometido; segundo, la desconfianza masiva en Hillary por parte del electorado; y tercero, el propio mensaje de Trump, que ha sido populista, claro y con tintes comunistas, dirigido a la clase media y baja del país, que es mayoría", enumera el zamorano residente en Boston.

Mirando la parte beneficiosa de estas elecciones, Blanco asegura que es "un revulsivo positivo, con beneficio a largo plazo", califica. Según considera, el país lleva sumido "en la dormidera del "establishment" durante décadas y Trump ha venido a decir que no son tan grandes ni tan altos ni tan guapos como se creen, ya que no es un país competitivo. Resumiendo, ha vendido que el país no funciona y está lleno de incompetentes, por lo que necesita un reseteado para ser de nuevo el líder mundial, lo cual, desde mi punto de vista, es cierto", apoya.

Sobre cómo se vivió la noche electoral entre los americanos, el zamorano describe que "aunque aquí no se vive tanto en la calle como en España, fueron unas últimas horas de infarto, peleando estado por estado, voto por voto. Hoy el ambiente es normal, como el de todos los días, pero la gente está comentando mucho los resultados". Unos resultados que han dado origen a una nueva era en la Casa Blanca con consecuencias -primero para el país y luego para el mundo entero- que todavía están por ver.