Lleva pocos años de recorrido, pero los niños esperan cada verano la apertura del campamento urbano de "Así Soñamos" para disfrutar de las vacaciones junto con la zamorana María Redondo. Esta profesora, enamorada de la isla desde que la visitó en misión humanitaria hace seis años, tiene un objetivo claro: dar los niños de la comunidad de Anse-à-Pitres, en el sudeste del país, donde se ubica el campamento, una oportunidad de disfrutar de su infancia. "En Haití, los que tienen la suerte de acudir a la escuela se aseguran una comida diaria, pero en periodo de vacaciones pierden esta posibilidad", explica la zamorana.

Ese es uno de los principales motivos por los que surgió este campamento, donde se ofrece mucho más que un menú. "Además de cubrir el derecho a la alimentación, hacemos que también se sientan protegidos, que puedan jugar y fomentar su creatividad sin tener que estar preocupados por si van a poder comer", resume la promotora. Por ello no es de extrañar que la demanda sea mayor cada año. Comenzó con 40 menores y este pasado verano se llenaron 210 plazas. "Cubrimos un amplio rango de edad, desde niños de cuatro años hasta los 18. Se trata de la única oferta lúdica y cultural de la zona, con el objetivo claro de se sientan niños. El campamento está basado en las artes escénicas y se realizan talleres de danza, teatro o artesanía, además de juegos cooperativos y deportes", resume la cooperante.

El intenso programa de actividades también provoca la necesidad de contar con trabajadores y voluntarios, lo que repercute positivamente en la sociedad de la zona, ya que se traduce en nuevos empleos. Más de una veintena de personas residentes allí se forman para ayudar a prestar estos servicios. "La idea siempre es trabajar con gente local para empoderar a esas personas, que ellas mismas lleven a cabo el objetivo de Así Soñamos y un día mi presencia no sea necesaria", aspira.

Conocedora de la situación que atraviesa el país, la zamorana considera que desde el terremoto de 2010 "que, tristemente, dio a conocer el país a todo el mundo, a mí incluida, la evolución no ha sido muy positiva. En los dos últimos años ha habido sequías y se ha impuesto una ley de repatriación desde el gobierno dominicano para los apátridas haitianos que no tienen documentación, lo que ha provocado que a lo largo de la frontera se hayan formado campos de refugiados con hasta 40.000 personas. La gente muere de sed, hambre o cólera en sus tiendas de campaña hechas de tela y cartón", describe.

Con todo, o quizá por ello, la zamorana se considera una auténtica enamorada del país desde que lo pisó por primera vez. "Si pudiera, dedicaría mi vida a él. Creas un auténtico vínculo con aquellos que Galeano describe como los nadie. Cuando cobran nombre y rostro se convierten en gente a la que quieres y que te quiere, así que es muy difícil desvincularse. Ojalá pueda llegar el día en que solo vaya allí de vacaciones y a visitar a mis amigos", señala.

El proyecto, lejos de estancarse, solo piensa en crecer. "Ahora solo funciona los meses de verano, pero la idea que se hace cada vez más inminente es crear un espacio fijo que se convierta en el primer centro cívico y cultural de la zona. La idea es que funcione durante todo el año, apoyando de manera escolar a los niños y adolescentes y continuando con los cursos de formación para la gente joven, que son quienes verdaderamente van a tirar por su pueblo y su país", considera la profesora.

Para ello, es necesario la ayuda de aquellas personas que se sientan en cierta medida identificadas con este tipo de proyectos, puesto que, de momento, la iniciativa sigue adelante casi exclusivamente con los fondos propios de la zamorana. A través de la web de la ONG Visión Solidaria (www.visionsolidaria.ong), a la que pertenece esta iniciativa, se puede encontrar toda la información sobre la acción de esta pequeña organización, puesta en marcha por la zamorana y dos compañeras. "Se pueden realizar donaciones puntuales, o hacerse socios con una cuota mensual, trimestral o anual. Cada pequeño grano de arena cuenta mucho para mantener todo esto vivo", invita María Redondo para finalizar.