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Patrimonio

Un banquero, un comerciante o quizá tributos, entre los orígenes barajados para el "extraordinario" tesoro de la plaza de Arias Gonzalo de Zamora

El experto en numismática, Eduardo Fuentes, profundiza en las monedas aparecidas años atrás que se exhiben en el Museo de Zamora

El estudioso Eduardo Fuentes durante su intervención en el salón de actos del Museo de Zamora. | ALBA  PRIETO

El estudioso Eduardo Fuentes durante su intervención en el salón de actos del Museo de Zamora. | ALBA PRIETO

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

En el año 1999 durante la ejecución de unas obras de urbanización del casco antiguo en la plaza Arias Gonzalo se descubrió un importante tesoro de monedas de época bajomedieval. El experto en numismática Eduardo Fuentes Ganzo es taxativo y califica el hallazgo de "extraordinario".

El estudioso, que acercó el jueves a los detalles del tesorillo en una charla promovida desde el Museo de Zamora, lo pone en valor, en primer lugar, por la cantidad, ya que son "más de 4.000 piezas" y por su composición.

Características

En un desglose, el investigador enumeró que hay 87 piezas de oro, 14 de plata y 3.911 de vellón.

Sobre el oro, "curiosamente no es ni castellano, ni leones, es fuera de los territorios. Son fundamentalmente florines de oro" porque "era la gran divisa de oro en aquel momento" precisó.

Las catorce platas son "castellanas" porque desde finales del siglo XIV en la península y corresponden desde Pedro I, que reinó entre 1350 y 1366, y hasta Juan I. En estas piezas el investigador destacó la existencia de "una moneda de Fernando I de Portugal".

No tener ni blanca... origen

El grueso del tesoro localizado en la plaza de Arias Gonzalo lo integran monedas de vellón, que "es la blanca, de la que viene la expresión de estar sin blanca, y que irá evolucionando a lo largo de los siglos hasta llegar a la Edad Moderna".

charla de Eduardo Fuentes sobre el tesoro de la plaza de Arias Gonzalo impartida en el Museo de Zamora

Charla de Eduardo Fuentes sobre el tesoro de la plaza de Arias Gonzalo impartida en el Museo de Zamora / Alba Prieto / LZA

Estos dineros permiten efectuar una radiografía de "qué está manejando la gente, con qué paga, con qué se nutre en ese momento" y refleja que "en la Edad Media la circulación era cumulativa", puesto que "la moneda tenía un valor por el metal intrínseco que contenía" frente a ahora que son respaldas por el Banco Central Europeo y el Banco de España e incluso "llegaban a circular hasta unos 150 años", mientras que ahora se eliminan de circulación, por ejemplo, con el cambio de un monarca.

Origen del tesorillo

Eduardo Fuentes Ganzo estima que el tesoro pudo pertenecer a "un banquero", una hipótesis que avala al tratarse de "una cantidad económica importante para la época". También aporta el dato de que en el 1231 se celebran Cortes en Zamora, lo que justificaría la presencia de "dinero tan disperso y de los demás reinos peninsulares, incluso extrapirinaicos".

No obstante, el estudioso no cierra las puertas a que pudiera haber pertenecido a "un comerciante importante en la época" e incluso que correspondiera a la recaudación de un tributo "por ser una cantidad que no estaba al alcance de cualquiera".

Este postulado lo desarrolla a partir de que las monedas se localizaron en dos recipientes cerámicos "dos tinajas que pudieron ser utilizadas como objeto de alguna recaudación o el pago de algún tributo por la cantidad tan enorme que es".

Cálculo

Para poder calibrar la fortuna que se encontró en la plaza de Arias Gonzalo, el estudioso ejemplificó en su charla que "suponía comprar un conjunto de 20 casas en la rúa Nova" o que "suponía la mitad de los tributos que pagaban los monarcas granadinos al rey de Castilla".

Exhibición

El investigador Eduardo Fuentes Ganzo también puso en valor "el exquisito tratamiento que ha dado a este tesoro el Museo de Zamora", ya que una parte de él se exhibe en la sala de La Ciudad. "En una urna están un millar de piezas donde están todas las especies que aparecen en oro, las de plata, y una reproducción del conjunto con dos tinajas que podrían ser más o menos los contenedores que se rompieron".

"No existe un tesoro de esa época, de esa magnitud, de ese tamaño ni de ese volumen en toda la península" remarca este jurista que ha estudiado el hallazgo.

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