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Entrevista | José Miguel López Martínez Agente Medioambiental en Sanabria

"Estos incendios dejan claro que la amenaza llega a los pueblos"

"Estos días en el valle del Bibey estamos viendo vacas con las ubres quemadas, las patas quemadas, terneros abrasados"

"Se metía el humo, no podíamos ver, no sabíamos dónde iba la cabeza ni qué gente estaba metida en un sitio u otro"

"La Culebra fue el principio, esto es una continuación y no va a mejorar porque las condiciones son extraordinarias"

«Hasta dentro de 15 ó 20 años no volveremos a ver la sierra como era»

El Agente Medioambiental José Miguel López Martínez | CEDIDA

El Agente Medioambiental José Miguel López Martínez | CEDIDA

Agente Medioambiental de la zona de Ribadelago, San Martín de Castañeda, Vigo y Trefacio, José Miguel López Martínez ha vivido en «primera línea» el impacto del incendio de Porto. Con una trayectoria de 26 años, asegura que tras la tragedia de La Culebra, hace tres años, ya venían advirtiendo sobre la virulencia de unos fuegos que echan por tierra conocimientos y experiencia

¿Este incendio de Porto es la peor experiencia vivida en su trayectoria profesional?

Es muy mala, pésima, pero no es la peor. Creo que lo peor para todos nosotros fue hacernos a la idea, en el 2022, después de los incendios de la Sierra de la Culebra, de lo que se venía encima. Aquello sí que nos descolocó por completo porque ese tipo de incendios nunca los habíamos visto y ahora esto ha sido una reafirmación de que el futuro es lo que ya estamos viviendo. Incendios muy virulentos, con muchísimo potencial, con muchísima energía, muy cambiantes, que nos obligan a trabajar de noche. En este incendio de Sanabria cuando hemos podido hacer algo ha sido siempre por la noche porque por el día nos reventaba todo lo que hacíamos, y viviendo situaciones en algunos casos muy al límite. Es una experiencia que no tengo palabras, cuando nos han preguntado estos días, es que ninguno de nosotros podíamos hablar porque nos echábamos a llorar.

Es decepcionante ver que todo lo que has aprendido no sirve para nada porque el fuego te lo tira por tierra todo

Hablaba de que los incendios de la Culebra marcaron una antes y un después, pero ¿imaginaban que solo tres años más tarde volveríamos a vivir la misma pesadilla?

Ya lo venimos advirtiendo. Hace unos meses fui a Valladolid a un debate y todos los que estamos en primera línea de fuego coincidíamos en que esto iba a volver a pasar más pronto que tarde. Porque el abandono de los pueblos es real, la gente se marchó hace años a la ciudad y eso supone que todas las fincas están sin cultivar, cada vez hay menos ganado y gran cantidad de combustible. Cada año crece más y cada vez más cerca de los pueblos, entonces eso supone que el día que llega un incendio de estas características, tan virulento, va a llegar hasta las poblaciones. En este incendio de Porto hemos tenido suerte con respecto a la Culebra y el de Molezuelas, donde también trabajé, porque estamos en una zona mucho más fresca, con otras temperaturas, otra orografía y otras circunstancias. Pero estos últimos incendios nos han dejado bien claro que la amenaza va a seguir y que la próxima vez igual sí que llega a las poblaciones.

José Miguel López realiza fuego técnico el incendio de Porto

José Miguel López realiza fuego técnico el incendio de Porto / Cedida

¿Qué hay que hacer para aminorar el riesgo?

Hay que tomar medidas. Los pueblos tienen que estar preparados para autoprotegerse, no pueden esperar porque no hay capacidad de reacción del operativo para enfrentarse a cuatro, cinco o seis poblaciones simultáneamente, con riesgo de quemarse. Todos los pueblos tienen que tener claro que tienen que estar preparados para autoprotegerse, limpiar alrededor, tener caminos perimetrales, los hidrantes preparados, etcétera. Y esto es un trabajo de todos, no solo del operativo. Es de todos porque nos va a afectar a todos.

El escenario que estamos viendo aquí y en toda España son incendios salvajes, incontrolables y con pueblos por el medio.

En la Culebra ya nos pasó, antes había algún precedente, pero en un pueblo puntual. Pero que llegue de esta manera como llegó el de Molezuelas, los de León o Galicia a los pueblos, esto nos descoloca. Porque nosotros somos personal de monte. Estamos preparados para trabajar en el monte, no para que nos vean en los pueblos. Y si bajamos es porque es prioridad la defensa de pueblos, de las personas y sus bienes. ¿Qué pasa? Que cuanto más tiempo estamos en los pueblos, más grande se nos hace el incendio. Es la pescadilla que se muerde la cola. Cuando vamos a apagar el incendio ya tiene unas dimensiones enormes y ya afecta a más pueblos, y vuelta a los pueblos para defenderlos. Entonces se nos escapa por todos los lados.

Esa dimensión y virulencia afecta también a la seguridad del operativo, ¿en este incendio de Porto han vivido situaciones comprometidas?

Sí, las hemos tenido. Pero hay una cosa a nuestro favor y es la experiencia que tienen estas provincias del noroeste, Zamora, León y Orense, en incendios. Eso nos vale, primero para atajarlos mejor, para tener otro tipo de estrategias, otra mentalidad. Y segundo para saber hasta dónde puedes arriesgar. Hemos estado en situaciones complicadas, siempre la vida está ahí y corre peligro, pero siempre de una manera controlada. Hemos estado en situaciones dentro del quemado, sin poder cruzar la carretera, en zona segura porque estaba quemado, pero tienes que tragar humo hasta que el fuego te deje pasar. Unos compañeros se quedaron en la zona de Peces y permanecieron dos o tres horas hasta que el fuego les dejó bajar. Son situaciones complicadas, tensas, a las que estamos acostumbrados y que de alguna manera controlamos. Eso no significa que estemos exentos de un cambio de viento o cualquier tipo de circunstancia y que nos podamos ver muy comprometidos.

Yo llevo aquí 26 años, fue mi primer destino y no me he movido. Quieres a la zona, a la gente de los pueblos, a todo lo que hay ahí, los animales…

Son incendios que se prolongan muchos días, se supone que agotan física y mentalmente, ¿cómo se puede aguantar día tras día?

Físicamente te recuperas en 8, 10, 12 horas durmiendo o descansando.

¿Realmente pueden dormir con esa tensión acumulada?

No siempre, sinceramente no. Te preguntas, ¿y si hubiéramos hecho esto o el contrafuego un poco antes?. Siempre estás dándole vueltas a lo que podrías haber hecho mejor. Pero lo peor es la mente, el desfallecimiento, el sentirte impotente, decepcionado, ves que todo lo que haces, lo que has aprendido, lo que has estudiado y trabajado, el tiempo invertido en prepararnos para esto, que no sirve para nada porque el fuego te lo tira por tierra todo. El trabajo de días te lo hecha por tierra en apenas unas horas. Eso mentalmente nos destroza. A parte del cariño por el territorio. Yo llevo aquí 26 años, fue mi primer destino y no me he movido. Quieres a la zona, a la gente de los pueblos, a todo lo que hay ahí, los animales…. (se emociona).

Operativo de la Junta en el incendio de Porto

Operativo de la Junta en el incendio de Porto / Cedida

También se tienen que enfrentar a veces a las personas, escuchar reproches de vecinos que están en situación al límite y temen perder lo suyo, ¿cómo se soporta esa carga emocional?

Yo les entiendo, es normal. Si vas al monte dicen que dónde estás, si te quedas en el pueblo que no te ven. En algún sitio tienes que estar, yo desde luego y los compañeros, antes de poner a personas en peligro defendemos el pueblo. El martes estuve todo el día en Vigo, con ocho aeronaves trabajado, varias cuadrillas, carrocetas, la UME, bomberos… Intentas hacer lo que puedes, pero siempre minimizando los riesgos. En el momento que vimos que los aviones ya no pueden trabajar por el humo, inmediatamente hay que sacar a la gente. Al final los vecinos se dieron cuenta de que subir allí era un problema para todos y nos quedamos a defender, los vecinos no supusieron un problema, se habían quedado para ayudar. Aquí se trata de sumar. Lo contrario es muy negativo, te enfrentas a situaciones complicadas y con reproches lo único que haces es desanimar a la gente, generar tensiones que no conducen a nada. A los vecinos tenemos que entenderlos porque ellos defienden sus casas, su terreno y su vida. Bueno… es complicado enfrentarse a esas situaciones.

Vayamos a los daños, el impacto medioambiental, ¿es grande?

Sí. A nivel botánico se han perdido cantidad de especies que hay en la zona de turberas, que se quemarán muchas. El fuego ha pasado a mucha velocidad en algunos sitios y han quedado zonas verdes, que algunas se quemarán en los próximos días y otras no. Tuvimos una experiencia parecida en el 2005, cuando se quemaron las turberas y también miles de hectáreas. Las consecuencias serán también todos los arrastres a los ríos, que se llenan de ceniza y gran parte de los animales de la fauna acuática mueren. El daño es enorme. Y a parte, todas las pérdidas que han tenido los ganaderos, que ya se cuantificarán. Pero estos días en el valle del Bibey estamos viendo vacas con las ubres quemadas, las patas quemadas, terneros abrasados. Además, ha pillado en un momento que está todo el ganado en la sierra y los daños son muy importantes.

Se ha hablado de un comportamiento complejo del fuego, parecía que por la mañana estaba bien y por la tarde se enredaba muchísimo con el viento.

Sí. Todas las tardes, en el momento en que rompía la inversión térmica quedaba el cinturón arriba, nos mantenía una temperatura sin viento, pero en el momento que se rompía y entraban vientos, eso era una locura. Además, ha sido todos los días, excepto el jueves y el viernes, de manera que todo lo que habíamos hecho no servía de nada. Se metía el humo, no podíamos ver, no sabemos dónde va la cabeza ni qué gente está metida en un sitio u otro. Todo el mundo intentando ponerse en zona segura y era imposible. Hasta el jueves, el incendio nos ha ido ganado todos los días.

Los arrastres de ceniza llegarán a los ríos y gran parte de los animales de la fauna acuática van a morir

¿Cómo está la situación ahora?

Ya lo tenemos bastante acotado. Se soltó agua en el Cárdena y eso ha sido una de las cosas por las que se ha podido parar el incendio en el Cárdena. La zona tiene muchísima pendiente, apenas se puede trabajar porque es todo piedra, entonces se parten árboles y caen al río, y como lleva agua pues ahí lo estamos sujetando. Ahí ha trabajando bastante una unidad llegada de Cataluña, bomberos de Melilla y compañeros de otras provincias nos han apoyado. Lo vamos conteniendo. Por el lado del este está en el río Carambilla y en San Ciprián hasta el límite con León. Y ahí lo tenemos. En la pista del Bibey también por el lado del oeste. A ver si conseguimos que no se nos escape.

Entonces va a haber incendio activo para rato, ¿Cuánto tiempo puede prolongarse?

Si no llueve, y tiene que llover de forma abundante, podemos estar con el incendio activo varias semanas. Si lloviera, eso adelanta la situación, se puede dar por controlado. En el fuego de 2005, después de darlo por extinguido, un mes más tarde y tras haber llovido mucho seguía saliendo humo en las turberas. Eso se tiene que empapar de agua para apagar el incendio. Pero lo que más nos importa ahora mismo es consolidar el perímetro y decir, hasta aquí, está acotado y no se va a salir.

Si no llueve, y tiene que llover de forma abundante, podemos estar con el incendio activo varias semanas

Aprenderemos algo de este nuevo desastre.

Pues ya me gustaría y que aprendamos todos. Desde los vecinos que han estado trabajando ahí y muy bien, hasta quien tiene que dirigir estos operativos y tomar decisiones a alto nivel. Todos tenemos que aprender de esto, el operativo entero tiene que aprender, profesionalizarse mucho más. Ser capaces de enfrentarnos a este tipo de situaciones que cada vez se van a dar con más asiduidad. La Culebra fue el principio, esto es una continuación y no va a mejorar porque las condiciones son extraordinarias. Nunca me hubiera imaginado en Sanabria una semana de ola de calor con treinta y pico grados y con una humedad relativa de menos del cincuenta por ciento, como en Porto a las seis de la mañana cuando estuvimos dando un fuego técnico en el valle del Bibey. Yo eso nunca lo había conocido en Sanabria, temperaturas de 14 y 15 grados por la noche. Esto es el futuro, entonces hay que adaptarse a ello y estar preparados.

¿Cuándo volveremos a ver la sierra como era antes del fuego?

Yo que sé. La cantidad de lágrimas que hemos echado porque no vamos a volverla a ver. Han pasado 20 años de aquel incendio de 2005 y todavía no estaba como anteriormente. Ahora otra vez para que esté medianamente visible igual tienen que pasar otros 15 ó 20 años. Es verdad que habrá zonas que se recuperen muy rápidamente, los pastizales al año que viene sí. Pero las zonas de robledales que había en barrancos, muchos acebos, serbales. En los acebales de Porto entró el fuego por arriba y en el propio acebal, como por abajo es muy húmedo y no tiene combustible, pues se apagó. Es una zona que tiene mucha humedad, intentamos salvarlo en la medida de lo posible, pero no puedes evitar que entre. Serán muchos años para volver a ver Sanabria y la sierra como estaba.

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