Debut y triunfo de Pérez de Gregorio en Zamora

El rejoneador salmantino cortó tres orejas y dejó la faena de mayor emoción de la tarde ante un bravo y encastado ejemplar de Benítez Cubero, Hermoso de Mendoza desorejó a su segundo y Leonardo saludó dos ovaciones

El rejoneador de Peñaranda de Bracamonte Sergio Pérez de Gregorio ha cortado tres orejas en su debut en la plaza de toros de Zamora.

Al primero de su lote, de Pallarés, no le costó mucho metérselo en el canasto, aunque acusaba cierta falta de fuerza y al que le colocó de buena manera dos rejones de castigo. Hizo vibrar al tendido en el tercio de banderillas, arriesgando y poniéndolas al quiebro. La intensa lluvia que comenzó a caer justo en ese momento desconectó a un público que estaba con él y que comenzó a buscar refugio como podía, pero el salmantino siguió a lo suyo, dejando un gran tercio de banderillas. Fue una pena el repetido fallo con el rejón de muerte tras haber cuajado una buena faena que culminó descabellando rodilla en tierra y cortó una oreja.

Pérez de Gregorio clava una banderilla. | JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Pérez de Gregorio clava una banderilla. / JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Aunque lo mejor estaba por llegar con el cierraplaza, un bravo y encastado toro de Benítez Cubero, con el que el salmantino demostró un gran dominio de la doma en una faena plena de emoción, a pesar de que la lluvia volvió a caer durante un vibrante tercio de banderillas. En los medios, le dejó el rejón de muerte y descabelló de manera fulminante rodilla en tierra. Dos orejas de ley.

Guillermo Hermoso de Mendoza desorejó al quinto de la tarde, uno de Pallarés que se resintió del primer rejón de castigo, que cayó atravesado, como el segundo. Donde sí se lució el estellés fue en el tercio de banderillas, en el que hizo vibrar a los tendidos con variedad: al quiebro, en las cercanías y con las cortas. Un rejonazo y un descabello certero valieron para dar muerte al astado, al que desorejó.

Hermoso de Mendoza, con las banderillas cortas. | JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Hermoso de Mendoza, con las banderillas cortas. / JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Al primero de su lote, le templó el estell´s de salida en los medios la embestida, el de Benítez Cubero perseguía al caballo con codicia y le dejó Hermoso dos rejones de castigo; uno, al quiebro. En el tercio de banderillas, demostró su dominio y maestría de la doma y tuvo que colocarle las banderillas y las rosas a un toro parado que ya había echado la persiana. Necesitó del descabello después de que el rejón de muerte cayera atravesado.

Leonardo emborronó con el acero una faena que había tenido transmisión. De salida, logró fijar en los medios a un toro que enseguida persiguió con repetición los cuartos traseros del caballo. Se lució en banderillas, especialmente con las cortas y dejando un par al violín y conectó con los tendidos mientras llevaba cosida la embestida del astado a los cuartos traseros del equino. El toro fue aplaudido en el arrastre.

Leonardo, en el tercio de banderillas ante el primero de su lote. | JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Leonardo, en el tercio de banderillas ante el primero de su lote. | JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Ante el cuarto, de Benítez Cubero, embebió pronto la embestida al trote del caballo de salida y le dejó un único rejón de castigo. Se demoró en demasía en el tercio de banderillas hasta que le colocó la primera al quiebro antes de cambiar de grupa y dejarle otra en las cercanías y un par después del mismo modo; con otra corta, al violín, llevó a más la faena. Tras el rejón de muerte, con el que mató en dos tiempos, el puntillero acertó a la cuarta. La petición de oreja no cuajó en el palco y el pacense saludó una ovación.

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