Entrevista | Leonardo Hernández Rejoneador
"Llego a Zamora con ilusión y la ambición de triunfar"
Con diez puertas grandes de Las Ventas a sus espaldas, el torero a caballo pacense regresa a la ciudad más de diez años después de triunfar con rotundidad en una tarde en la que cortó cuatro orejas, un éxito que espera repetir el próximo domingo ante toros de Pallarés y Benítez Cubero

El rejoneador Leonardo Hernández, paseando dos orejas. | CEDIDA
-¿Cómo afronta el compromiso de Zamora?
-Con una ilusión tremenda ya que he tenido la suerte de torear dos o tres veces en Zamora. Llego con mucha ilusión y con expectativas muy altas de poder hacer cosas importantes en el ruedo.
Las sensaciones previas, con incertidumbre, con nervios, pero con una ilusión tremenda de poder emocionar al público de Zamora, que es lo más importante de todo.
-Hace ya más de 10 años que toreó en la ciudad, además, con un rotundo triunfo. ¿Cómo recuerda aquella tarde?
-Recuerdo esa tarde muy bonita, en la que toreé con Pablo Hermoso y Diego Ventura, donde corté cuatro orejas y salí triunfador. Recuerdo aquella tarde como una tarde importante de mi carrera.
-¿Y cómo recuerda a la afición de la ciudad?
-Siempre que he toreado en Zamora, ha sido una afición fantástica, con un respeto hacia los toreros tremendo, con una entrega y una disposición de poder disfrutar en la plaza fantástico.
-En esta ocasión, comparte cartel con dos jóvenes que vienen pisando fuerte... ¿Eso es un aliciente a la hora de salir al ruedo?
-Sí, claro que sí. Me hace muchísima ilusión. Tanto Guillermo (Hermoso de Mendoza) como Sergio (Pérez de Gregorio) son dos jóvenes que están en un momento fantástico, con una cuadra de caballos muy buena.
Son el futuro del rejoneo y me hace mucha ilusión. Tengo muy buena relación con ambos, muy buen "feeling" con los dos y esperemos que entre los tres podamos cuajar una tarde importante.
-Como su compañero de cartel, Guillermo Hermoso de Mendoza, también ha heredado la vocación y profesión de rejoneador de su padre, ¿alguna vez se planteó ser otra cosa?
-Tenemos esa suerte, nos hemos criado en ese ambiente, por lo menos, a nivel profesional, muy parecido. La vida de campo, la vida que nos tocó vivir rodeados de animales, caballos, vacas... es muy bonito y la verdad es que me identifico mucho con él y con su familia porque así nos pasó a mis hermanos y a mí, ya naces vinculado a esta profesión tan bonita y viviéndola desde pequeñito, viendo a tu padre, viviendo las emociones de la plaza, de los entrenamientos... y sintiendo y conociendo ya la profesión desde el chupete, por así decirlo.
Estás tanto tiempo vinculado, ya desde pequeñito, tengo un montón de fotos subido a caballo, recuerdo las emociones de las primeras vivencias en las que mi padre me dejaba con un caballo viejo que tenía en la cuadra; ya te va picando el gusanillo y vas viviendo la profesión desde la cuna y, al final, decides dar el paso adelante y dedicarte a una profesión que es muy bonita, pero muy difícil.
-Precisamente, el padre de su compañero de terna, Pablo Hermoso de Mendoza, fue el testigo de su alternativa y padrino de su confirmación en Las Ventas... ¿eso hace especial torear con su hijo?
-Sí, por supuesto. Tenemos una relación de amistad de toda la vida. Yo recuerdo a mi padre toreando con Pablo cuando era chiquitillo. Ya veías esa unión profesional entre los dos; luego, me tocó a mí torear con él, mi padre se retiró y yo toreé muchísimas tardes con Pablo. Él me dio la confirmación de alternativa, hay un vínculo muy grande de toda la vida.
Ahora me hace mucha ilusión porque primero fueron los dos padres, luego yo con Pablo y, ahora, yo con Guillermo. Así que es muy bonito, toda una vida compartiendo carteles y compitiendo en la plaza las dos familias, siendo compañeros y compitiendo en los carteles durante toda una trayectoria y toda una vida.
-¿Ser rejoneador de dinastía le hace esforzarse más por alcanzar cotas más altas?
-Claro que sí. Sobre todo, en los comienzos. Cuando eres jovencito, eres nuevo, que estás empezando en la profesión, no tienes experiencia, no tienes conocimiento. Ahí pesa mucho porque el nombre y el apellido que dejan nuestros padres es muy grande y la gente te va a mirar con ojos de que eres el hijo de una figura del toreo y ya quiere verte a un nivel muy fuerte. Y tú todavía eres un chiquillo que no tienes conocimiento de la vida, no tienes experiencia. Ahí sí sentía mucha responsabilidad, no podía enredar ni hacer el tonto, tenía que dar un nivel fuerte por ser hijo de quien era.
Luego ya, con el tiempo, es verdad que es una ayuda porque los conocimientos de nuestros padres, el estar vinculado a la profesión desde siempre, te ayudan, te hace aprender más rápido, más fuerte, con más solidez. Y, al final, es algo más positivo el ser hijo de una figura del toreo, nada más que son cosas positivas y bonitas.
-¿En qué momento llega ahora a Zamora?
-Llego con ilusión y la ambición de poder triunfar, eso intacto y maravilloso. Siempre he tenido esa ambición de querer triunfar, de querer hacer cosas importantes, pero es verdad que llego con una cuadra de caballos muy nueva, que me tiene superilusionado, pero también te genera ese punto de incertidumbre y de nervios de que todo salga bien porque todos son caballos muy jóvenes, están muy poco toreados, todos tienen mucha calidad.
Bueno, y no todos son jóvenes, hay un par de caballos que sí tienen experiencia, el resto sí son muy nuevos. Y eso te genera mucha ilusión, pero también incertidumbre de que hay veces que nunca sabes si todo va a salir, no tienes la seguridad de tener una cuadra muy veterana, que sabes que, un poquito mejor, un poquito peor, siempre van a estar bien.
En este caso, siempre tienes la incertidumbre de que quieres que los caballos vayan a más, y también la ilusión de poder demostrar y mostrar a la gente la cuadra nueva que tienes. Son muchas sensaciones y muchas emociones vividas, mucho trabajo, y espero que todo salga bien y que sea importante.
-Y tanto esa preparación de la cuadra como la suya propia es intensa, ¿verdad?
-Muy fuerte. Sin parar, hay mucha tensión. Y tratando de cuajar tu cuadra, cuajar faenas importantes. Son muchas cosas.
-Lleva 10 salidas por la puerta grande en Las Ventas, estará deseando volver a pisar la plaza y conquistar la undécima.
-Sin duda. Madrid yo creo que es la plaza en la que todos los toreros sueñan estar, es la que a todos nos quita el sueño. Nosotros siempre soñamos con triunfar en esa plaza tan importante para el mundo del toro y, en mi caso, siempre he soñado en mi preparación con triunfar en esa plaza y tuve la suerte de hacerlo en diez ocasiones con muchísima fuerza.
Recuerdo varias tardes de cortar tres orejas y, sobre todo, una tarde muy importante en la que corté cuatro. Es una plaza que me ha dado muchísimo, me ha dado todo y ahora estoy feliz de poder volver y abrir la onceava.
-¿Cómo ve el momento actual del rejoneo?
-Yo pienso que está en un momento bueno. Hay una brecha de rejoneadores veteranos, ya cuajados, con mucha experiencia, conocimiento de la profesión, con mucha calidad, que le dan una solidez al rejoneo fantástico. Luego están las figuras, que pisan muy fuerte y hacen cosas importantes en la plaza, y luego vienen los jóvenes refrescando los carteles, refrescando la ilusión. Yo creo que está en un momento muy bueno, hay una brecha de rejoneadores fantástico. Me gustaría que hubiera más corridas de rejones a lo largo del año, pero no están las cosas tan fáciles a nivel de sociedad, ya no taurino. Creo que el toreo atraviesa un momento importante y eso es muy bonito.
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