sucesos en Zamora

Un zamorano se enfrenta a 9 años de cárcel por agresión sexual a una joven: "Le dije que parase varias veces, no me hizo caso"

La Fiscalía pide a la Audiencia de Zamora que la condena incluya una 10 años de alejamiento respecto de la denunciante, cinco de libertad vigilada y cinco de inhabilitación para oficio con menores

El psicólogo privado y la psicóloga de la Junta sostienen que la joven tiene ansiedad, ataques de pánico y trastorno de estrés postraumático que limita su vida cotidiana

El imputado mantiene que la relación fue consentida y su abogado pide la absolución por entender que todo fue inventado

El imputado por agresión sexual durante el juicio celebrado en la Audiencia.

El imputado por agresión sexual durante el juicio celebrado en la Audiencia. / JOSE LUIS FERNANDEZ

La Fiscalía pide condenar a 9 años de cárcel a un joven de la capital por una agresión sexual a una joven cuando la acompañaba a casa, momento en el que se desvió al parque del barrio de La Horta donde "él metió su mano dentro de mis mallas y, aunque yo no paraba de decirle que no quería, no me hacía caso y, al final, me rendí", ha declarado durante el juicio celebrado hoy en la Audiencia de Zamora.

La acusación pública, que solicita una indemnización de 30.000 euros para la joven, considera que realiza un relato real de lo ocurrido la madrugada del 20 de enero de 2024, que fabula, ni miente, sobre el ataque que describe tras haberse besado con el joven imputado, de iniciales MA.C.R., a lo largo de la noche, como ella misma cuenta, un joven con el que se había escrito por Instagram alguna vez, pero al que conoce en persona esa noche del 19 de enero cuando se apuntó a ir con su amiga a cenar con el procesado y dos conocidos de esta última y amigos del acusado.

La Fiscalía de Violencia de Género no ha dudado de la "veracidad del relato" que la denunciante ha vuelto a reproducir en el juicio, convencida de que le habían echado algo en la bebida cuando se ausentó de la cena al final de la cena, "yo solo tomé agua y una copa después", ha declarado. La conclusión de la fiscala se sustenta con el diagnóstico clínico del psicólogo trata a la denunciante en su consulta desde abril de 2023 y con el informe pericial de la psicóloga del Servicio de Atención a Víctimas y Agresión Sexual de la Junta de Castilla y León que la atiende desde abril de 2024, cuando se le derivara a este departamento.

Los dos profesionales están convencidos de que su paciente "cuenta lo que ocurrió", una experiencia que le ha provocado estrés postraumático que afecta a su vida cotidiana. "Una afectación importante" a nivel psicológico que se refleja en la "sintomatología bastante acusada que tiene, relacionada directamente con este hecho", ha puntualizado la profesional del servicio de la Junta. La psicóloga ha indicado que la denunciante padece, como efecto de lo sufrido, "memoria fragmentada", que explica las lagunas a la hora de ofrecer detalles. Esta profesional ha concretado que la joven "tiene una afectación importante en diversas áreas de su vida: afectiva, psicológica y cognitiva", entre otras.

No quería denunciar

La joven ha contado que no tenía intención de denunciar y que lo hizo porque así se lo indicaron en el Hospital Virgen de la Conchadonde fue atendida de las lesiones sufridas en lavagina, donde acudió un día después de haber estado con el acusado, otra prueba para la Fiscalía y la acusación particular de que no miente sobre la falta de consentimiento, como sostiene el abogado del imputado por violación, quien habría introducido los dedos en la vagina de la joven, que sangró y acudió al médico porque sentía molestias un día después de haberse visto con el joven. La fiscala de Violencia de Género da absoluta credibilidad al relato de la denunciante porque en todo momento ha manifestado que no era su intención denunciar la agresión sexual y que lo

El Ministerio Público exige también que, si se condena a prisión al procesado de iniciales MA.C.R., la Audiencia imponga la medida de cinco años de libertad vigilada, así como 10 años de alejamiento de la joven y la prohibición de aproximarse y comunicarse por ningún medio con ella y otros cinco años de inhabilitación para profesión, oficio o actividad relacionada con menores de edad.

"Ella no miente y se culpa de lo ocurrido"

El psicólogo fue rotundo al afirmar que "ella no miente, fue forzada", una convicción que nace de "la forma en que ella lo cuenta, por la sintomatología, incluso se culpa" de lo ocurrido, ha especificado para precisar que, "desde este episodio sufre insomnio, ataques de pánico, tiene fobia a los ambientes concurridos y de exposición al público". El profesional describió a una persona "fácilmente manipulable", para indicar que "llega un momento en el que ella es incapaz de negarse, luego llega aturdida a casa, incluso, duerme vestida". A sus amigas las llega a decir que esto le ocurre "por gilipollas".

El abogado de la defensa, que ha solicitado la absolución para su cliente, mantiene que no existe agresión porque hubo consentimiento para lo que se apoya en conversaciones de WhatsApp entre la presunta víctima y sus amigas, con lenguaje distendido, lo que este letrado considera "frivolizar" con lo ocurrido "cuando sus amigas le preguntan si habían llegado a follar y ella responde que 'ni sí ni no' porque él no había podido". Los psicólogos que han testificado ven una reacción totalmente normal cuando se produce un episodio de este tipo, con lo que tiran por tierra la afirmación del letrado del acusado al precisar que "pueden darse respuestas opuestas" porque lo ocurrido "es un hecho muy traumático para ella".

El macanismo de la negación que explica las bromas

La psicóloga de la Junta, ante la insistencia del abogado del imputado, ha explicado que las víctimas de agresiones sexuales "acuden al humor para tratar de recuperar el control, es una forma de despersonalización y frivolizan" y a modo de ejemplo ha indicado que se puede dar el caso de que digan cosas como "fíjate, él tenía un tatuaje ridículo".

Sobre las imprecisiones en el relato de la agresión sexual, la experta en este tipo de casos de agresión sexual se ha referido al "mecanismo de la negación" que se aprecia en las víctimas de estos delitos, que "tienen la memoria fragmentada" como una defensa ante el dolor sufrido, "muchas víctimas tardan incluso años en poder admitir lo que les ha ocurrido. Es un mecanismo normal dentro de un hecho anormal" como es este delito contra la libertad sexual de una mujer.

El anillo vaginal y las lesiones

La joven tenía colocado el anillo vaginal cuando ocurrieron estos hechos, un dispositivo que el abogado de la defensa trató de demostrar que el dispositivo fue la causa de las lesiones erosivas que sufrió y no la introducción de los dedos de su cliente, una causa que la forense calificó como "poco probable" para apostillar que esas lesiones "son compatibles con la introducción de los dedos en la vagina por parte de una tercera persona", para concretar, a preguntas del letrado del imputado que "no tienen por qué ser resultado de una relación sexual violenta". La presunta víctima tuvo cinco días de perjuicio básico hasta que se curó de las heridas.

La ginecóloga que atendió a la presunta víctima en enero de 2024 ha descartado por completo que las lesiones en la vagina de la joven fueran consecuencia del anillo vaginal, "es compatible con el arrastre de dedos", "por los tocamientos en contra de la voluntad" de la joven, a consecuencia de lo que "sangró, no quería denunciar, fue al hospital porque estaba mal", ha zanjado al ser interrogada por la acusación particular. La especialista ha aclarado que "nunca he visto este tipo de lesiones por usar el aro vaginal" y ha reiterado al abogado de la defensa que "erosiones así no son compatibles con una relación sexual normal".

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