Los cambios de médico constantes, perjudiciales para los pacientes crónicos de Zamora

Raimundo Mateos, expresidente de la Asociación Mundial de Psicogeriatría advierte que en enfermedades complejas "no hay una pastilla para todo"

Raimundo Mateos, junto a Patricia Gracia en una jornada de psicogeriatría en Zamora

Raimundo Mateos, junto a Patricia Gracia en una jornada de psicogeriatría en Zamora / J.N.

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

Los pacientes crónicos, como los geriátricos y aún más los psicogeriátricos son complejos, "requieren tiempo, seguimiento, coordinación entre especialistas, y entre todos los niveles asistenciales. Y es básica la Atención Primaria, en la que haya un médico que siga a sus pacientes. Si pasa lo que me cuentan a mí los cuidadores, cada mes me encuentro con un médico distinto, ya no hacemos nada. Porque es absolutamente imposible resolver los problemas complejos sin conocer, y eso lleva tiempo".

Es la reflexión que dejó en Zamora Raimundo Mateos, que fue presidente de la Asociación de Psicogeriatría española e internacional, quien advierte que los problemas de salud de estos pacientes crónicos "no se solucionan con una pastilla. Para todo problema complejo hay siempre una solución fácil falsa: que nos inventen la pastilla , todos queremos un milagro cada día, pero no es posible".

La complejidad, explica el doctor, es biológica, psicológica y social: "Lo característico del paciente psicogeriátrico es que tiene un problema mental. Pero ese paciente tiene al mismo tiempo uno o varios problemas en su cuerpo, orgánicos, de los que se ocupan los geriatras y el resto de los médicos, aunque los psiquiatras hemos de tener una idea de eso. Pero es que al mismo tiempo tiene un problema social, o que la casa tiene barreras arquitectónicas o no está en condiciones, o es que está solo, o es que está mal acompañado".

"Cada uno de ellos puede ser causa de problemas psicopatológicos. Una persona puede estar deprimida o desencadenar un cuadro delirante por cualquiera de esas cosas, tanto un problema en el cuerpo como un problema social, como una enfermedad mental que arrastre de antes o como que esté empezando una demencia. Como el tema es complejo, lo que no hay es solución fácil ni rápida, y eso es lo que en general cuesta más trabajo entender, aunque parece elemental".

Algo tan sencillo como la eliminación de barreras arquitectónicas aún no está resuelto. "Cuando un político diga que en su barrio no hay barreras arquitectónicas, por favor, que lo pongan en una silla de ruedas y que lo lleven a dar una vuelta, a ver hasta dónde llega".

Formación desde la carrera

"Una vez que asumimos la complejidad, tenemos, parece de sentido común, que formarnos" y por ello el especialista aboga por la formación en psicogeriatría no sólo de los psiquiatras, sino también de otros especialistas y los estudiantes de Medicina.

"La carrera tiene que estar mucho más enfocada para las enfermedades crónicas y para la edad avanzada. Seguimos todavía pensando en el adulto joven y en resolver los problemas sanitarios en el hospital, y tenemos que poner más énfasis en la comunidad, en la Atención Primaria y en la continuidad asistencial. En el seguimiento, no en el que si estoy enfermo voy a un sitio donde hay una eminencia que me diagnostica muy bien y me resuelve el tema. Difícilmente, porque los problemas crónicos no se pueden resolver de una tacada, por eminente que sea el doctor".

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