A la marquesa de Villachica le salen cuatro bisnietos que quieren su herencia

Cuatro zamoranos solicitan una prueba de ADN para demostrar que descienden de una hija que la noble pudiente nunca reconoció y dio en adopción en Valcabado

Seminario de Toro, emblemático edificio que formó parte de la herencia de la marquesa de Villachica.

Seminario de Toro, emblemático edificio que formó parte de la herencia de la marquesa de Villachica. / Archivo

El Juzgado de Toro tendrá que decidir si accede a la petición de cuatro hermanos que se dicen biznietos de la marquesa de Villachica, de Victoriana de Villachica Murgoitia-Beña, y que han solicitado la exhumación del cuerpo de la noble para que se realicen pruebas de ADN, única fórmula para despejar dudas sobre la vinculación genética. Los restos de la marquesa se hallan en la capilla familiar del cementerio de Santa María de Madrid, ciudad en la que residió junto a su madre y su padre hasta el fallecimiento de ambos, y de su muerte a los 93 años.

Esto implica que, de autorizar la jueza la prueba de ADN, el Juzgado de Toro deberá solicitar que forenses de los juzgados de Madrid presencien el desenterramiento de la famosa noble toresana y realicen la toma de muestras para cotejarlas con las de sus supuestos biznietos.

Es el primer paso para reclamar la herencia que, aseguran, le pertenecía a su madre, Victoria Olmos Valcabado. Esta mujer, sostienen, era nieta de la marquesa y su abuela, la hija, pero la noble nunca llegó a reconocerla como tal y la dio en adopción a un matrimonio de Valcabado, localidad que visitaba con frecuencia. "Los ancianos de la zona la recordaban como una mujer introvertida, vestida de negro y semirrecluída en el palacio, y que usaba habitualmente el coche de caballos", recoge el escrito presentado en el Juzgado de Toro por los cuatro supuestos biznietos dispuestos a pleitear para que se les reconozca legalmente como descendientes de la noble.

Los hijos de Victoria Olmos sostienen que existió esa relación de madre e hija entre la marquesa y su abuela, por lo que "existió posesión de estados, pública y notoria", tras haberla abandonado en un hospicio antes de que la adoptara una pareja de Valcabado.

La también conocida como la marquesa de Toro "visitaba a menudo a los padres adoptivos" de la supuesta hija no reconocida. "Les daba dinero y les hacía regalos como muestra de agradecimiento" por los cuidados prestados a Victoria, según el relato de los cuatro nietos, dos varones y dos mujeres, que recoge la documentación remitida al Juzgado de Toro.

Al parecer, en Valcabado es conocida esta historia que siempre se ha contado en el pueblo situado a unos cinco kilómetros de Zamora capital. La documentación aportada por el abogado de estos cuatro hermanos está compuesta por papeles que acreditan el origen de las tres mujeres y la supuesta vinculación, junto con declaraciones juradas de varias personas que confirman el parentesco. La investigación judicial está en una fase muy incipiente, a la espera de que el Juzgado toresano dé traslado a la Fiscalía para que las diligencias echen a andar y finalmente se pueda conocer cuánto de verdad existe en la historia familiar que, de ser cierta, destaparía datos totalmente desconocidos en la biografía oficial de la marquesa de Villachica.n

A la marquesa de Villachica, fallecida sin ninguna relación sentimental ni descendencia reconocida, le acaba de salir un saga de cuatro biznietos que aseguran ser nietos de Victoria Loigorri Ulloa, a a su vez madre de Victoria Olmos Valcabado. Afirman que su abuela creció con un matrimonio al que la noble le habría dado a la pequeña en adopción. La historia parece repetirse, que suele decirse, ya que la marquesa también fue hija ilegítima de Luis Villachica quien terminaría por reconocer la paternidad 33 años después de que naciera Victoriana en 1870 en Eíbar (Guipúzcoa), fruto de la relación del rico heredero con una de sus sirvientas con la que convivió en la dehesa de San Andrés en Toro, la joven llamada Marta o Martina Murgoitio natural de Elorrio.

Victoriana llegó a la dehesa de Toro con siete años, según la investigación de la historiadora del Arte Paloma Esteban Calonge de la que publicó un artículo en LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Luis Villachica tenía 70 años cuando reconoció a Victoriana, viviendo ya en Madrid con madre e hija, capital en la que fue enterrada Marta en el panteón de la familia Villachica, como lo sería la descendiente de la pareja que fue nombrada única heredera del marqués a los 50 años. Ese trabajo desvela que las herederas de la marquesa fueron sus sobrinas, las cuatro hijas del otro hijo de Marta y el marqués, de Jacinto. También dejó muchos de sus bienes a la Iglesia Católica, incluida la dehesa de San Andrés. En el pueblo de Valcabado, que figura entre las propiedades de Victoriana y que visitaba a menudo, siempre se oyó hablar de la hija ilegítima.

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