Asilo político

Migrantes de Mali: escala en Zamora

Una veintena de subsaharianos recala en la capital para regularizar su situación tras llegar en patera a Lampedusa o la costa española

Zamora se está convirtiendo en capital de acogida de jóvenes migrantes para obtener el permiso de residencia y trabajo en tiempo récord

El Ayuntamiento capitalino se ha visto obligado a cubrir las necesidades básicas aunque no tiene competencias en inmigración

Tres jóvenes malienses de los llegados en mayo a la capital.

Tres jóvenes malienses de los llegados en mayo a la capital. / J. N.

Una veintena de migrantes subsaharianos espera en la capital su oportunidad para regularizar su estancia en España tras llegar de forma escalonada a Zamora en el último mes. Estos jóvenes nacidos en Mali llevan a sus espaldas un largo e intenso peregrinaje desde que abandonaron en pateras su país para llegar a la isla italiana de Lampedusa, y desde allí, a la costa española. La capital zomorana ha sido el siguiente destino, donde el Ayuntamiento capitalino se ha visto obligado a cubrir las necesidades básicas de alojamiento, como lo hace con cualquier personas en situación límite.

"Aunque no tenemos competencias en inmigración", explica la concejala del PSOE de Servicios Sociales, Auxi Fernández, "es una cuestión de humanidad que no podemos obviar, no podemos dejarles en la calle". Agradece la colaboración de Cruz Roja y de Cáritas para afrontar una situación extraordinaria que no puede prolongarse en el tiempo porque los recursos municipales tienen por destino otro tipo de servicios y la atención a estas personas se excede de esas competencias. La llegada de migrantes "es un problema global, no es competencia municipal y estamos limitados para dar respuesta", reitera la edil socialista.

Varios subsaharianos transitan por el casco antiguo de Zamora.  | J. N.

Varios subsaharianos transitan por el casco antiguo de Zamora. | J. N.

Los trámites en tiempo récord

La institución local se ha visto desbordada por la llegada en menos de un mes de veinte de estas personas, al parecer, informados de que pueden solicitar en esta capital los permisos de residencia y trabajo o el asilo político con más agilidad que en otros puntos del país. Lo que nadie les explica es que en Zamora "quedan desamparados", abunda Auxi Fernández, al desvincularse del programa estatal que les permite formarse para obtener un empleo.

Sí es cierto que la Subdelegación del Gobierno en Zamora es una de las más rapidas en la tramitación de los permisos de residencia y trabajo, dado el escaso número de personas en situación irregular que llegan a la provincia respecto de otros territorios, circunstancia que permite obtener esa documentación en un plazo de entre un mes y tres meses.

Lo habitual, si no existen complicaciones por las condiciones de la persona migrante , es que en dos meses logren obtener la autorización gubernamental, explican expertos en gestionar estos trámites en la ofician de Extranjería de la Subdelegación. Se trata de un tiempo récord frente a ciudades como Madrid, donde el plazo está entre los seis meses y el año.

Documentados

Disponen de un NIE provisional que se les facilita al llegar a España y registrarles, por lo general tienen una fotocopia de un pasaporte con sufotografía y sus datos personales, nombre completo y lugar de nacimiento que, al parecer, se les entrega cuando abandonan en la patera su país de origen, a modo de visado. Disponen de un teléfono móvil para comunicarse con familiares o conocidos que establecidos ya en territorio español. Al otro lado del teléfono, suele contestar un individuo en un castellano hablado con cierta fluidez que atestigua el origen y buen comportamiento del migrante.

Educados y pacíficos

A 2.665 kilómetros de su país, de Mali, y con la esperanza de conseguir un trabajo que les mpermita dejar atrás la guerra desatada en su país, esta veintena de jóvenes, como otros subsaharianos llegados a España, han pagado a las mafias que controlan la migración ilegal, los cayucos, cantidades que superan los 3.000 euros, toda una fortuna para sus familias que se arruinadas.

"Las mafias juegan un papel importante, les cobran mucho dinero y se ven en la calle tras haber pagado un dineral", aclaran personas que están atendiendo a estos migrantes, cuya conducta "es ejemplar, son educados y pacíficos, solo esperan trabajar". El conflicto bélico, la violencia, el altísimo riesgo de ataques terroristas y de secuestros les permiten solicitar el asilo político, trámite que han iniciado ya en Zamora.

Analfabetos y sin hablar castellano

Estos jóvenes que esperan desde mayo en Zamora a regularizar su situación tienen entre 20 y 30 años de edad, muchos han estado antes en Francia, acogidos por familiares o personas allegadas, desde donde han terminado por llegar a la ciudad sin saber castellano, la mayoría habla francés, dificulta reconstruir la historia personal de estos malienses. Nacidos en el medio rural en Mali, "algunos no saben leer ni escribir; otros tenían educación secundaria y alguno es agricultor".

El Programa de Atención Humanitario les ampara al llegar a las costas españolas o a Ceuta y Melilla para cubrir las necesidades básicas e incluso obtener formación laboral que les permita acceder a un empleo, sin embargo, al abandonar esas ciudades se quedan fuera del mismo. Esta es la situación en la que se encuentran al llegar a Zamora.

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