PREMIOS CEOE ZAMORA 2025 | Eloy y Pablo Peláez, propietarios de El Redondel Premio Comercio 2025

"Adaptarse a los tiempos, no hay otro modo de sobrevivir"

Son la cuarta generación que mantiene el legado familiar gracias a la capacidad de su negocio de unir tradición y nuevas tecnologías.

Los hermanos Eloy y Pablo Peláez, en la tienda de El Redondel de Zamora. | CEDIDA

Los hermanos Eloy y Pablo Peláez, en la tienda de El Redondel de Zamora. | CEDIDA

¿Qué supone para ustedes recibir este premio Comercio 2025 de Zamora?

Nosotros lo consideramos un reconocimiento a la trayectoria de tantos años. Para nosotros es, más que un premio, un estímulo para continuar adelante, reconociendo no solo nuestro trabajo, sino el de nuestros antepasados, sobre todo, el de mi padre.

¿Cómo fueron los orígenes de El Redondel en Zamora, hace ya casi 150 años?

Donde estamos ahora, en la Plaza Mayor, debajo de los soportales, y con la trayectoria ininterrumpida de estos casi 150 años, el origen es en 1880 con Ambrosio Santiago Lozano. Pero, con anterioridad, ya había estado su padre con otros paisanos de la zona establecidos en Zamora. Ya hay documentación desde 1840 que vinieron varios paisanos en sociedad desde la comarca zamorana de la Carballeda. Es curioso que la mayoría de comerciantes de esa época venían de allí. Se establecieron en la plaza de Sagasta o en Plaza Mayor. Son los apellidos Prieto, Santiago y Lozano, que se establecen en los alrededores y luego se van independizando. A los pocos años de estar en la Plaza Mayor, se abrió el local de al lado, el de la vermutería. Allí trabajaba Ambrosio Santiago con sus dos yernos. Hasta que en 1927, al fallecer Ambrosio, cada yerno se independiza. Uno continúa en el local de lo que era la vermutería, y mi abuelo, Leocadio Peláez, continúa en el local de la Plaza donde está El Redondel.

Un nombre que, han comentado ya en otras ocasiones, se lo puso la gente.

Así es. Se empezó a conocer como el comercio de El Redondel porque tiene una galería circular, que aún se conserva ahora con las pinturas antiguas, dentro del comercio y la gente lo llamaba así.

El negocio continuó con su abuelo Leocadio ¿verdad?.

Así es. Nuestro abuelo que venía de un pueblo de La Rioja se casó en Zamora con la hija de Ambrosio. Él vendía alpargatas y en algún momento también se vendieron en El Redondel.. Ya vendría después la persona que ha ampliado todo el comercio que es nuestro padre, Leocadio Peláez Santiago. Mi padre une el local de El Redondel con los locales de la calle de La Renova, abre varios puntos de la ciudad, potencia la venta al mayor, a los pueblos. Nosotros vendíamos antiguamente a muchos pueblos de aquí de Zamora, incluso de Salamanca, de León, de las ciudades limítrofes. Es muy curioso porque tenemos aquí una lista del año 56 de clientes y los hay de pueblos que ya no existen o que no tienen vecinos como Otero de Sariegos. Había allí una tiendita y venía aquí a la tienda a abastecerse de Otero .

¿Hasta cuándo siguieron con esa venta al por mayor para abastecer otros comercios?.

Hasta los años 80 y 90, prácticamente, teníamos venta al por mayor. Mi padre fue el que potenció todo el negocio y mi padre con 94 años falleció, como nosotros solemos decir, "al pie del botón". Y desde los años 90 prácticamente estamos aquí nosotros

Ustedes son ya la cuarta generación pero "al pie del botón" hay ya una quinta.

Sí son nuestros hijos, Teresa, Eloy y Carmen que, más que una quinta generación, son la generación del futuro. Son los que nos están ayudando a unir esa tradición que tiene El Redondel con la modernidad. Son la cara visible en redes sociales e Internet. Ellos tienen su formación académica. Carmen, que es la cara más visible en redes, es enfermera, Teresa está empezando también a estudiar Enfermería y Eloy es ingeniero en Robótica.

¿Y qué está aportando ese paso hacia la digitalización a su negocio?

Es curioso porque tú pones una cosa en el escaparate y la puedes vender o no. Pero sale Carmen anunciando un broche por Internet y, a la tarde, ya nos están preguntando en tienda.

Conviven , por tanto, sin problema tradición y nuevas tecnologías.

Es que no hay otra forma. Es que, si quieres sobrevivir, no hay otra solución, más que adaptarte a los nuevos tiempos. También a las demandas de los clientes. Nosotros hemos incorporado lo que llamamos mercería terapéutica que responde a la demanda existente en el tratamiento de ciertas patologías o enfermedades como puede ser, por ejemplo, la ropa interior para mastectomizadas.

¿Qué significa para ustedes mantener este legado familiar?

La verdad que es responsabilidad y también cierto grado de compromiso con la ciudad de Zamora. Si nosotros somos algo, lo somos por los clientes que nos visitan cada día. Entonces intentar mantener la vida aquí en Zamora, ya que están las cosas más difíciles.

¿Cómo es la relación con otros comercios de proximidad en Zamora?.

Siempre nos hemos llevado muy bien con el resto de compañeros. Y siempre intentamos asesorar a la gente que viene dónde puede encontrar eso que está buscando. La gente lo encuentra y queda satisfecha y, además, sabe que en Zamora hay un comercio en el que se puede abastecer.

Después de tantos años, ¿hay alguna anécdota que recuerden con cariño?.

Hay muchas vivencias. Quizás por decir algo, recuerdo, en los años 70 u 80, a Amancio Ortega de Zara venir a la tienda vendiendo sus batas de la marca GOA. Lo recuerdo hablando con mi padre en la tienda. Conservamos hoy varias batas de esas, como auténticos tesoros. Y después en el día a día, la gente viene pidiendo cosas que nos damos cuenta que las tenemos en la tienda pero que ahora las llaman de modo diferente.

¿Qué cree que hace especial al comercio de Zamora?.

Lo que puede diferenciar a una ciudad es el comercio. En Zamora hay muchos y muy buenos profesionales en los cuales también nosotros nos fijamos y tomamos de ejemplo. En cuestión de unas horas en Zamora puedes hacer las compras que en ciudades más grandes te lleva días.

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