Rehabilitación
A vueltas con el Puente de Piedra de Zamora: ¿Por qué se optó por la altura del pretil que rechaza el Ayuntamiento?
El arquitecto Francisco Somoza justifica la solución adoptada porque se asemeja a la altura del murete original sin perder seguridad

El Puente de Piedra, el día de la reapertura, hace casi dos meses. | ALBA PRIETO (ARCHIVO)
El arquitecto zamorano Francisco Somoza, encargado de la rehabilitación del Puente de Piedra, ha justificado la solución adoptada en el histórico viaducto de la ciudad y la altura fijada para el pretil.
El murete se elevó 1,03 metros sobre la calzada, una altura que ha sido rechazada por los servicios técnicos municipales, que piden elevarla hasta 1,10 metros para cumplir la normativa de accesibilidad. Eso implicará elaborar un nuevo proyecto para subir el pretil los centímetros que faltan, tras no aceptar el Ayuntamiento la recepción de las obras.
Frente a ello, Somoza ha justificado la altura establecida porque en ningún caso se compromete la seguridad, al tratarse de un murete de casi medio metro de ancho y estar pensada la normativa para barandillas. La solución adoptada en la rehabilitación del viaducto tiene una altura que es segura en función de su ancho. Además, el pretil actual se asemeja más a las condiciones del puente original y es de una altura similar a la del murete que existió antes de la gran reforma de principios del siglo XX.
Esos centímetros de menos que tiene el pretil actual por su cara interna respecto a lo fijado en el proyecto dejan una panorámica más amplia del casco antiguo y permiten disfrutar de las vistas a niños de menor edad y altura. Sobre la posibilidad de bajar la cota de la calzada para ganar esos seis o siete centímetros, es una solución que se ha desestimado porque por debajo del tablero va la canalización del cableado eléctrico que debe cumplir una profundidad mínima a la que va enterrada.
Somoza ha recordado que en el caso de intervenciones en bienes patrimoniales se suelen aplicar excepciones a la normativa general de accesibilidad, algo por lo que podría haberse optado en el Puente de Piedra, pero que los técnicos del Ayuntamiento han rechazado.
La otra justificación del Ayuntamiento para decidir casi dos meses después de la reapertura del Puente de Piedra que no va a recibir las obras se refiere a los problemas de drenaje detectados que provocan que en algunas zonas se formen charcos cuando llueve, algo que se comprobó a raíz de la tormenta que a principios de mes descargó casi cuarenta litros por metro cuadrado en la ciudad. Al respecto, Somoza ha admitido que es necesario corregirlo y se hará como ha pedido el Ayuntamiento.
La rehabilitación del Puente de Piedra se prolongó durante cerca de un año y medio, con una inversión de 1,3 millones de euros que ha recuperado elementos del viaducto perdidos con la reforma de principios del siglo XX.
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