Entrevista | Luis Cebrián Carbonell Teniente general, director general de Infaestructura de Defensa
Teniente general Luis Cebrián Carbonell, en Zamora: "La guerra de Ucrania fue una bofetada de realidad para los ciudadanos"
El director general de Infraestructura de Defensa asegura que el proyecto de la base de Monte la Reina ya está en redacción

El teniente general Luis Cebrián Carbonell, durante la conferencia que pronunció esta semana en el CLUB LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. / Miguel Ángel Lorenzo
El campamento militar de Monte la Reina ha iniciado ya la redacción del proyecto, aunque todavía falta para «ver crecer edificios». Mucho antes se empezarán a ver militares en maniobras, con fuego real en las instalaciones militares del término de Toro. Luis Cebrián Carbonell, teniente general director general de Infraestructura del Ministerio de Defensa cree que la invasión de Ucrania ha sido «una bofetada de realidad» para la sociedad española, que ha sido más consciente de la necesidad de contar con un buen Ejército.
¿Cómo van las cosas con el nuevo cuartel de Monta la Reina?
Pues va bien. Está ya en proceso de contratación el cercado exterior de la zona de la base. Se ha aprobado recientemente el informe de viabilidad por parte de la cuenca hidrográfica del Duero del PRAT, el Plan Regional de Actuación Territorial, lo cual facilita toda la contratación de las obras de la base en cuanto ya no tienen limitaciones urbanísticas. Y está actualmente en redacción el proyecto de la construcción de la base, propiamente dicho, que es el proyecto de la edificación de los inmuebles. Mientras tanto, se están mejorando las condiciones de la zona de instrucción y adiestramiento que ya habían ido desarrollándose y ahora estamos en una fase posterior de rehabilitación de los antiguos campos de tiro o los edificios remanentes que han quedado en la zona pegada al Duero para reforzar e impulsar su utilización como campo de instrucción para unidades ajenas a la propia Zamora. El objetivo es establecer una unidad dentro de la zona norte, es decir, al norte de la N-122. En el momento en que esté concluida la redacción del proyecto, saldrá la contratación.

Teniente general Luis Cebrián Carbonell / Miguel Ángel Lorenzo
Están saliendo numerosas asistencias técnicas para actuaciones variadas, que van del enlace con la autovía a una gasolinera.
Claro, estamos avanzando. Por ejemplo, estamos solicitando permisos a la Dirección General de Carreteras para que proceda el enlace con la autopista. Ya estamos con todo el proceso en curso, lo que pasa es que ver crecer los edificios todavía debe llevar algún tiempo. La buena noticia es que una vez que empiezan los edificios crecen rápido. Pero es una cuestión de tiempo; y en esta década estará ya a pleno rendimiento.
¿Los campos de tiro también están bastante avanzados?
Sí. Los campos de tiro se están rehabilitando, los dos que existían antiguamente, que se van a cerrar por seguridad. Ya están dentro de un cerramiento cinegético, pero tendrán un cerramiento con vallado militar de torsión y eso sí va muy avanzado porque es una obra que tampoco es demasiado complicada. Dentro de nada veremos que vienen unidades a la zona del río y que realizan ejercicios de movimiento, pero también de fuego con armas de un tiro real a la parte norte de la carretera.
Dentro de nada veremos que vienen unidades a la zona del río y que realizan ejercicios de movimiento, pero también de fuego con armas de un tiro real a la parte norte de la carretera.
Llama la atención que el mismo Ejército que cerró Monte la Reina ahora lo retome tras décadas. ¿Por qué?
Bueno, esto es una "joint venture" entre las autoridades locales y el propio Ministerio de Defensa. Hay una insistencia por parte de todas las instituciones locales, ya sea el Ayuntamiento de Zamora y de Toro, el Gobierno de Castilla y León, como un cierto interés por la Administración General del Estado, en este caso por el Ministerio de Defensa, en tratar de extraer de la zona centro unidades militares. Por un lado se usan espacios del Ministerio que estaban vacíos como zonas de instrucción, es el caso del campo de maniobras de Monte la Reina, y a la vez el traslado de unidades descongestiona y quita presión a la guarnición de la zona de Madrid, donde el coste de la vida es más elevado. A todos nos interesa una unidad militar que contribuya a revitalizar una zona de la tantas veces mencionada España Vaciada.
¿Pondrán su granito de arena en este aspecto?
Zamora es una provincia con un problema de despoblación y envejecimiento, y la instalación de una unidad militar ocupada y poblada de personas jóvenes produce un efecto para rejuvenecer la población local y, a la vez, genera actividad económica, porque toda la vida de la fuerza genera actividad en su entorno, ya sea por las propias inversiones o gastos que hace la unidad, como por el propio impacto que los residentes en la zona vayan a generar en la vida económica local –alquileres de casas, compras en supermercados, educación, gastos sanitarios–. Todo eso influye positivamente en Zamora, así que había mucho interés por las instalaciones locales.
¿Y están respondiendo, la Junta y los ayuntamientos?
Tanto las entidades locales como las autonómicas están favoreciendo las actuaciones. No es que no haya trabas, es que hay un apoyo claro y explícito.
Monte la Reina siempre ha tenido apoyo social en Zamora. Sin embargo, la Defensa no se ha visto, al menos hasta ahora como una prioridad en la sociedad. ¿Las cosas pueden estar cambiado ahora por la situación internacional?
En España, como sucedía quizá en otros países de Europa, pero de manera más aguda, no existía una percepción próxima de una amenaza de los ciudadanos a su seguridad. Hemos vivido 80 años de paz desde el final de la Segunda Guerra Mundial; había conflictos, pero quizá con una lejanía física. Pero esos conflictos han ido acercándose y cada vez están más presentes.
A todos nos interesa una unidad militar que contribuya a revitalizar una zona de la tantas veces mencionada España Vaciada.
¿Sobre todo con la guerra de Ucrania?
Está claro que la invasión de Ucrania ha sido una bofetada en la cara de la sensibilidad de los ciudadanos. Ahora un ciudadano percibe más la necesidad de que le aseguren y que le defiendan. Como sucedió en el momento en que se creó la UME, que atendía amenazas que afectaban directamente a la vida diaria, en este caso el ciudadano también se ve afectado potencialmente con una situación de agresividad que, si bien no era nueva en el mundo, sí lo está siendo en Europa. Así que ahora se ven las Fuerzas Armadas como mucho más útiles.
Y ha tenido también sus consecuencias en una potenciación de los ejércitos.
Como consecuencia lógica de eso hay una potenciación de la industria de defensa, que a veces no es bien vista o está mal considerada por algunos grupos sociales pero que, sin embargo, ahora mismo todos los ciudadanos están viendo que tiene un efecto muy positivo en sus vidas. Acaba de cerrar sus puertas Feindef, la Feria Internacional de Defensa, que patrocina una fundación con el apoyo del Ministerio de Defensa, que ha duplicado la participación y habrá que ver qué efecto ha tenido en contratos. Hablamos de contratos de una enorme carga tecnológica que generan riqueza y empleo de alta cualificación. Empresas de muy alta tecnología, que inciden también en el desarrollo de productos de uso dual, de uso civil. Es una industria rica que produce crecimiento y trabajos cualificados. De eso también se beneficia el ciudadano.
¿Industria también española?
España, es un importante productor de industria de defensa. El ciudadano necesita a las Fuerzas Armadas y ve el beneficio de una industria que, por indeseable que sea la situación que la genera, tiene efectos positivos en su economía, pues se da un alineamiento de estrellas que está permitiendo a la sociedad ver de una manera mucho más favorable la defensa.
No obstante, son poco conocidas.
Sí, la industria española es de un altísimo nivel de cualificación que va en consonancia con nuestro peso industrial económico en Europa y en el mundo, y en ese sentido la industria española es muy relevante. Si vamos a la industria naval, España fabrica y vende buques de guerra a países como Noruega, los Países Bajos o Australia, que no son clientes precisamente poco exigentes o fáciles. España participa en Airbus, uno de los primeros productores de aviones del mundo en el ámbito civil, pero también en el militar. Hemos participado en el diseño y fabricación en un importante avión de transporte subestratégico el A400M. Y participamos también en el desarrollo de uno de los cazas más sofisticados, que es el Eurofighter. Estamos en programas como el FCAS (siglas en inglés del Futuro sistema aéreo de combate), que será un salto sustancial en cuanto a la concepción de los aviones de combate.
La industria española de Defensa es de un altísimo nivel
O sea, que estamos bien armados.
Pero no hay que hablar solamente de armas de destrucción, porque las guerras de hoy en día tienen un carácter muy distinto: van a ser en el ámbito del ciberespacio, donde los muertos no son evidentes y donde las balas no atraviesan cuerpos, y sin embargo los desastres y los daños que pueden causar son tremendos. Y ahí, España, a través de Indra, trabaja en proyectos de ciberdefensa para contrarrestar todos estos ataques que seguramente son lo que constituyen las batallas del futuro.
¿Y la inteligencia artificial también ha entrado en el mundo de la defensa?
También estamos empezando en ese mundo con un potencial tremendo y que hay que tener en cuenta en el ámbito de la defensa para protegernos del uso malintencionado por potenciales adversarios de la inteligencia artificial. Es un ámbito con gran potencial de desarrollo, también en el ámbito civil, en el que las industrias de defensa están trabajando. Son aspectos donde las empresas españolas están en las líneas punteras dentro del peso relativo que tiene España en el contexto internacional, que no es menor pero tampoco es de una primera potencia. Y sin embargo España cumple ese papel de forma muy relevante, creo que todo eso es positivo.
Las guerras de hoy en día van a ser en el ámbito del ciberespacio, donde los muertos no son evidentes y donde las balas no atraviesan cuerpos, y sin embargo los desastres y los daños que pueden causar son tremendos.
¿Realmente trabajan con el escenario de que España pueda entrar en guerra?
La defensa nacional no equivale al concepto antiguo de guerra. Realmente nosotros no estamos equipándonos para iniciar las guerras, sino para defendernos o para que nuestra defensa sea un elemento de disuasión que nos proteja no tanto por el uso de las Fuerzas Armadas como por el efecto que poseer unas Fuerzas Armadas avanzadas tenga en un adversario y evitar ser nosotros los agredidos. Una posición que no adoptamos solos sino con una contribución a un sistema colectivo de defensa que se fundamenta en las alianzas, principalmente dos: la Unión Europea a través de la política común de seguridad y defensa o la participación en el compromiso colectivo de la OTAN, todo dentro del marco de los acuerdos de seguridad colectiva que marca el Tratado de San Francisco o lo que es igual la Carta de las Naciones Unidas y la estructura de las Naciones Unidas que es la que nos da el marco jurídico de referencia para el uso de la fuerza.
En ese sentido ¿este contexto internacional nos obliga también a invertir más de lo que estamos haciendo en España?
Sí, bueno, a la fuerza ahorcan, la guerra de Ucrania nos ha puesto ante la evidencia de la necesidad de invertir más. Recientemente el presidente del Gobierno ha publicado la redacción y futura puesta en marcha del Plan Tecnológico Industrial de la Defensa con fuertes inversiones en la obtención de capacidades militares, mayoritariamente aquellas denominadas no cinéticas. Es decir, no aquellas encaminadas a producir destrucción en el opositor , sino para defendernos de la destrucción que nos crean. Estamos hablando de la repotenciación de acuartelamientos y bases para ser utilizados en caso de catástrofe o una parte muy importante en inversiones en el ámbito de las tecnologías de la información y el conocimiento con particular incidencia en la ciberdefensa. También, por supuesto, la parte que corresponde a lo que se denominan las capacidades cinéticas, es decir, elementos de combate propiamente dichos.
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