Seis semanas después del derrumbe

Las familias de Rabiche vuelven a las casas que deberán ser rehabilitadas

Los vecinos están a la espera de que se inicien las obras de contención del terraplén que se vino abajo

Estado de las casas tras el derrumbe del muro de Rabiche

S. A.

Nueve de las diez familias desalojadas en Rabiche volvieron el viernes a ocupar sus casas ante el riesgo por los daños provocados por el muro de hormigón que se desplomó sobre la parte trasera la madrugada del 29 de marzo pasado, concluidas las labores de retirada de los bloques que conformaban ese paredón. La empresa contratada por el Ayuntamiento de Zamora mantiene las excavadoras en la zona desde las vacaciones de Semana Santa, cuando terminaron de desbrozar el talud que sujetaba la pared de hormigón, de unos diez metros de alto.

La empresa ha excavado hasta dejar al descubierto la roca sobre la que se ha trazado la carretera que lleva a la zona alta de las bodegas. Desbrozada la vegetación, se ha dejado liberada y nivelada esa pared, lista para levantar un nuevo muro de contención.

A ras de suelo, se ha colocado ya la base para armar el forjado del nuevo muro de hormigón, estructura de la que carecía el que se desplomó, que databa de 1989, la misma fecha en la que el Consistorio entregó las llaves de las 20 viviendas que financió para erradicar el chabolismo. Los trabajos se detuvieron al llegar la Semana Santa, declara una de las familias afectadas por esta situación que continúa generando inquietud entre los 28 vecinos damnifacos, que se preguntan cuándo estará todo arreglado para poder recuperar su día a día en el interior de sus casas.

La electricidad falla a partir de las 21.30 horas en alguno de los domicilios, "no sabemos por qué, pero se va la luz", expone una de las personas afectadas. El suministro de gas ciudad permanece también desactivado tras este incidente que, en principio, estaría resuelto en dos meses, según las primeras estimaciones.

La reparación de los desperfectos detectados en la fachada trasera, verdaderos boquetes en algunas zonas afectan a dormitorios del primer piso, con grietas de unos cinco centímetros de ancho que han dejan en el aire parte de la pared, que han sido reparadas de forma provisional en la parte interior por el Ayuntamiento, a la espera de realizar una intervención que consolide la pared. Esta situación ha impedido que una de las familias pudiera regresar a su casa y continúe viviendo con un hijo hasta que se solucione el problema por completo.

Las cocinas situadas en la planta baja sufrieron el impacto directo del hormigón que quedó sujeto contra esa parte de la fachada trasera, donde se pueden observar agujeros a la altura de los conductos que servían de chimenea, además de haber causado la caída de los muebles y, con ellos, de los azulejos, según se puede observar. Los destrozos han dejado inutilizadas estas dependencias y los electrodomésticos como cocinas, frigoríficos o lavadoras, "no podemos guisar, ni hacer nada en casa. A mí me da miedo quedarme aquí", declara una de las personas que viven en la casa que el Consistorio entregó en su día a su padre. El dormitorio de su hijo es uno de los que tendrán que ser consolidados sufrir el empuje del muro que agrietó la pared por fuera y por dentro. El Ayuntamiento vuelve hoy a entrevistarse con estas familias. n

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