El sector del biometano realiza un ejercicio de transparencia acerca de su despliegue en Castilla y León

Castilla y León está llamada a “liderar en España la revolución energética en la que estamos inmersos”. Es el mensaje defendido por el director general de Infraestructuras y Sostenibilidad Ambiental de la Junta de Castilla y León, José Manuel Jiménez, en el marco del evento "Impulso Verde: Biometano y Desarrollo Territorial" organizado por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA y con el patrocinio de la empresa Biorig y la Diputación de Zamora. 

Biogás en Zamora: ¿oportunidad o estercolero?

Ha sido en un desayuno informativo en el que se ha tratado de analizar el contexto actual marcado por el anuncio de numerosos proyectos en ciernes de producción de biogás y biometano, así como las posibilidades que ofrecen sin obviar los principales retos a los que se enfrenta esta energía, desde la falta de estandarización normativa hasta la incertidumbre y confrontación social que ha generado, especialmente en la provincia. La mesa de debate ha estado formada por el director general de Biorig, Manuel Alonso; el presidente de honor de la Asociación Española de Biogás (Aebig), Francisco Repullo; el catedrático de la Universidad de León, Antonio Morán y el presidente de Asaja Zamora, Antonio Medina. 

En este contexto, el mensaje ha sido unánime reivindicando la necesidad de homogeneizar y agilizar criterios (España cuenta con 17 hojas de ruta diferentes), así como realizar un ejercicio conjunto de autocrítica y de comunicación efectiva con la población. 

Durante su presentación inicial, la directora de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, Begoña Galache Fonseca, recordaba la finalidad de una jornada que “buscar información de primera mano” con expertos en la materia enfatizando la vertiente informativa que “nos permite avanzar” como sociedad. 

En un contexto en el que Castilla y León encabeza a nivel nacional la producción de energía de origen renovable, José Manuel Jiménez remarcaba la “enorme” capacidad de producción de biometano que permitiría sustituir “más del 50% del gas natural (de origen fósil) que estamos consumiendo y comprando del exterior” a día de hoy en la región, convirtiéndolo en la “base de nuestro desarrollo económico, especialmente en las zonas rurales”. Las previsiones manejadas en este encuentro hablan de una inversión potencial que rondaría los 2.500 millones de euros de actividad económica en el territorio. 

“La descarbonización es una obligación normativa ya a nivel europeo y es un objetivo irrenunciable en nuestra sociedad”. A día de hoy, Europa cuenta con más de 1.200 plantas biometano con Alemania, Francia, Austria y Dinamarca a la cabeza, países donde tradicionalmente se viene aprovechando este subproducto orgánico para la producción fundamentalmente eléctrica. 

“Y es eso a lo que aspiramos”, avanzaba el director general, no sin realizar un llamamiento a la transparencia y el compromiso por parte de los promotores e instituciones. En este sentido, ha llamado a actuar con seriedad para asegurar que los proyectos que se den a conocer a la ciudadanía sean serios, rigurosos con la normativa y cuenten con un aval de ejecución que genere confianza, con un especial hincapié en el medio rural donde “se genera más incertidumbre ante la llegada de nuevas tecnologías”. 

En ese sentido, desde la Junta reconocen que, si bien se cuenta con “procedimientos oficiales muy específicos y rigurosos”, se hace necesario un “esfuerzo complementario” que permita a “los ciudadanos estar más tranquilos y a los promotores conocer dónde y cómo trabajar”. Un marco en el que la administración regional reitera que está trabajando para tratar de aportar seguridad al sector.

Castilla y León produce en torno a 35 millones de toneladas anuales de residuos y subproductos ganaderos frente al millón de toneladas que se generan a nivel doméstico. Su gestión es objeto de progresivas restricciones impuestas desde una Europa encaminada a alcanzar en 2050 la neutralidad climática y a mejorar la calidad de unos suelos que en nuestra provincia ya cuentan con una alta presencia de nitratos. 

Cuestiones se integran en el triple objetivo de estas tecnologías, precisaba Jiménez, al remarcar que permiten una mejor y más correcta valorización de los residuos, evitando la emisión de metano a la atmósfera y produciendo un digestato que “va a constituir la materia prima de una incipiente industria de fertilizantes de origen orgánico”.