El proyecto zamorano de ayuda educativa en Guatemala, un éxito

Las promotoras de Ixmucané se preparan para dejar el colegio en manos autóctonas

María José Alonso, Paula Ranilla, Celia Clua, Francisco Piqué y Montse Gelonch, del proyecto Ixmucané, desarrollado en Guatemala.

María José Alonso, Paula Ranilla, Celia Clua, Francisco Piqué y Montse Gelonch, del proyecto Ixmucané, desarrollado en Guatemala. / J.N.

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

Celia Clua y Paula Ranilla, de Albesa (Lérida) y Zamora comenzaron hace 26 años una aventura solidaria en la localidades guatemalteca de Huehuetenango, con la asociación Ixmucané, que consistía en levantar una entidad que permitiera a las niñas indígenas continuar sus estudios, en un país en el que, cuando acaba la enseñanza básica, o tienes dinero o no puedes seguir estudiando.

Durante todo este tiempo Celia y Paula se afanaron, primero, por conseguir una casa y más tarde comprar un colegio que acondicionaron para contar con un centenar de camas donde las alumnas tengan un lugar donde vivir mientras estudian, aunque también becan a chicas externas, que viven en sus propias casas.

Paula Ranilla agradece el apoyo de toda la sociedad zamorana y sus instituciones y recuerda algunas iniciativas, como la exposición de cuadros de Pilar Queipo de Llano, el apoyo de los Rotary Club que facilitaron el contacto con la entidad hermana de Guatemala, Oso D´or, que donó zapatos para niños y mayores de las aldeas, la Asociación contra el Cáncer, la Pasarela Solidaria, o Juani Tamame, que donó un premio que le habían dado, de medio millón de pesetas, para la ONG. "El primer dinero que salió para el proyecto fue de los zamoranos, de la generosidad de los zamoranos", explica Paula Ranilla.

Celia y Paula están muy orgullosas de lo conseguido en Huehuetenango. "De lo que más orgullosas estamos es que Noelia Mazariego, una niña de 26 años que trabaja espectacular, que estudió con nosotros, de la cantera de Ixmucané", está preparándose para seguir con el proyecto, coger las riendas desde manos guatemaltecas.

Noelia estudió secretariado gracias al apoyo de la entidad y comenzó a trabajar para Ixmucané, a la vez que se graduaba en empresariales. Su implicación con el proyecto le ha hecho seguir allí, en vez de buscar un destino con mejor sueldo, por lo que el futuro está asegurado.

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