Los tres encuentros de un sacerdote zamorano con el papa: "Siempre descolocaba"

"Siempre descolocaba". El sacerdote diocesano Florentino Pérez mantiene vivo el recuerdo de cada uno de sus encuentros directos con el papa Francisco, tres en total entre los años 2016 a 2024. Más lejano fue su primer contacto, coincidiendo con la reciente designación de Jorge Bergoglio en 2013, quien presidió la misa en la que el zamorano y entonces rector del Seminario Menor San Atilano de Zamora participó de cerca. Fue en la plaza de San Pedro del Vaticano ante una nutrida representación zamorana en el marco del Jubileo de las Cofradías.

No sería hasta tres años más tarde, con motivo del Congreso internacional de pastoral vocacional, cuando el ahora director de secretariado de la Subcomisión Episcopal para los Seminarios viajaría hasta Roma para experimentar su primer acercamiento personal con Jorge Bergoglio. De él destaca su carácter "profundamente cercano, muy sencillo y con un gran sentido del humor, que yo creo que es el primer síntoma de una buena salud espiritual".

Doce han sido los años de pontificado del argentino, tiempo durante el cual nunca dejó de sorprender. Lo hacía en cada una de sus apariciones con su carácter aperturista, cercano y amable que, en las distancias cortas, se entretejía además con su siempre presente humor porteño.

Cuenta que una de las claves que definen la figura del último pontífice y obispo de Roma fue precisamente su proximidad: "Siempre fomentaba mucho la participación tanto de los fieles como de los clérigos" en todas las celebraciones que presidía. Tanto es así que solo durante el año pasado tuvo la oportunidad de acudir a dos encuentros, recepción incluida: el primero en el marco del Congreso Internacional para la Formación permanente de los Sacerdotes organizada por el Dicasterio para el Clero en el mes de febrero.

Un saludo que se produjo tan solo un mes antes de su última visita, en este caso con motivo del XXXIV Curso sobre el Fuero Interno promovido por la Penitenciaría Apostólica. Inclinado ante un un papa ya en silla de ruedas, aquejado de los dolores en la rodilla y el nervio ciático, pero igual de sonriente.

Pese a la brevedad de los encuentros en los que se le expresa "la comunión con el Papa en la Iglesia Católica", el humor siempre prevalecía. Así, recuerda Florentino Pérez la respuesta del santo padre a su deseo ("Santidad, rezamos por usted"), con un agudo: "¿A favor o en contra?".

Como tampoco perdió la sonrisa en sus últimas apariciones previas. Una sonrisa que este sacerdote diocesano pudo contemplar por última vez durante las celebraciones de Semana Santa del pasado año, pese a sus movimientos ya limitados y su "visible fatiga" a la hora de hablar: "Siempre se le veía con una sonrisa en la cara, con una palabra de humor, pues que era reflejo también de la alegría que este hombre ha vivido".

En un día como hoy, imborrable, con las maletas preparadas para coger un vuelo directo a Roma donde el zamorano cursa sus estudios de doctorado en Sagrada Teología, los recuerdos regresan como un torrente espiritual imparable: "En todas las encíclicas, los documentos y exhortaciones que ha escrito, siempre de algún modo contienen la palabra alegría tanto en el título como a la hora de desarrollarlo, pues siempre a lo largo de estos 12 años ha estado insistiendo en la gratitud del encuentro con Jesús o de anunciar el Evangelio, etc.".