La Raya: oportunidad única para convertirse en un atractivo destino

El territorio de la Raya hispano-lusa se ha convertido en los últimos años en un destino de ocio que ha ayudado a la apertura de equipamientos y servicios turísticos. No obstante, el reto es consolidar todo este potencial de crecimiento para convertir la región en un destino turístico sostenible, atractivo y diferenciado en Europa. Esa es una de la conclusiones que se extraen del pormenorizado estudio incluido en "El Atlas de la Raya hispano-lusa: Castilla y León – Norte y Centro de Portugal". Bajo la dirección técnica de Luis Alfonso Hortelano Mínguez, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Salamanca, la edición del atlas 2024 ofrece un renovado planteamiento para acercar a la sociedad el espacio, sus paisajes y sus gentes.

Respecto al turismo, el volumen incide en que desde las instancias europeas se ha contribuido a que el territorio rural se haya transformado en un destino de ocio, dinámica que se refleja en la zona de la Raya hispano-lusa donde hay una diversa oferta de alojamientos, restaurantes y empresas culturales y de recreo que permite hacer frente a una creciente demanda turística. El interés de los visitantes por la región se materializa principalmente en la búsqueda de los atractivos del patrimonio natural y cultural, y especialmente, "por los recursos intangibles asociados con el modo de vida rayano, las compras y la gastronomía local", tal y como se especifica en el estudio. Los expertos analizan también como la cooperación transfronteriza ha impulsado sinergias en la oferta turística que deben fortalecerse para crear un destino con una denominación geoturística específica asociada al "turismo de frontera".

Para atraer a los turistas según sus gustos o aficiones, estos últimos años se ha apostado por poner en valor los recursos naturales y culturales rayanos generando productos encasillados en distintas modalidades como son el ecoturismo y turismo de naturaleza, el turismo cultural y el turismo activo. Visitantes que tienen a su alcance una variada oferta de alojamiento en la franja fronteriza en la que se aprecia un importante cambio por la reducción de la presencia de establecimientos de menor categoría, como pueden ser los hostales y pensiones con un precio más reducido, en contraposición con la eclosión de actividades de emprendimientos relacionadas con los alojamientos de turismo rural y agroturismo.

Según se recoge en el Atlas, los locales hoteleros se localizan, principalmente en las capitales de concelho, en las cabeceras comarcales y subcomarcales y en las villas históricas, y están orientados a un público con un poder adquisitivo alto y medio y para albergar a los grupos organizados de visitantes por su mayor capacidad de acogida. A la cabeza de los establecimientos hoteleros se sitúan los Paradores Nacionales de Turismo y las Pousadas portuguesas.

No obstante, la Raya no es ajena al boom de las viviendas y apartamentos turísticos que se ofertan principalmente a través de plataformas digitales. Además, existen otras alternativas para los turistas que prefieren el contacto directo con la naturaleza o disponen de un presupuesto más ajustado para pernoctar, como son, los albergues y los campamentos de turismo.

Análisis que da cuenta de la diversidad de modos de hospedaje que ofrece el territorio respondiendo así a las preferencias de los viajeros y los criterios de calidad exigidos por las normativas de ambos países.

Singularidad gastronómica

En cuanto a la oferta gastronómica, según se extrae en el pormenorizado análisis de la zona rayana hispano-lusa, los restaurantes en la frontera cumplen una "triple finalidad" al prestar un servicio a la población local y a los visitantes, además de mantener vivas las recetas culinarias tradicionales. En este sentido, se pueden encontrar diferentes recetas transfronterizas sobre un mismo alimento según las áreas en las que se deguste y que se acompañan además por vinos de la tierra. Aspecto que refleja la singularidad y realza el atractivo de la Raya.

Las propuestas gastronómicas de las casas de comidas son "muy variadas en cada una de las subáreas, según las producciones agrícolas y ganaderas locales", pero las comandas más frecuentes en la Raya son los embutidos, los quesos, las sopas, la posta mirandesa a la brasa, el cabrito asado, las carnes de caza (conejo, jabalí y ciervo), el bacalao, la trucha y los dulces en la zona portuguesa; mientras que, en la zona española, los menús pueden comenzar con embutidos ibéricos, para continuar con farinato con huevos fritos, guisos de cuchara o carnes a la parrilla de cordero y ternera. Respecto a los postres, priman los caseros.

Rica oferta en todos los sentidos que supone una oportunidad de crecimiento para el turismo en la Raya hispano-lusa, especialmente enfocado a la naturaleza, la cultura, la aventura y la gastronomía. Por ello, se debe apostar por impulsar un turismo que sea sostenible y de calidad, aprovechando los fondos europeos y mejorando la infraestructura y conectividad de la zona.

La clave está en implementar estrategias adecuadas que consoliden a la Raya como uno de los destinos transfronterizos más atractivos de Europa.

Recorridos tematizados

La vasta amplitud territorial de la Raya hispano-lusa ha llevado a los responsables turísticos a diseñar rutas temáticas con el fin de estructurar la oferta con algo de homogeneidad. Recorridos que dan la oportunidad a los visitantes de profundizar en la riqueza de las distintas áreas.

Entre estas rutas se encuentran, por ejemplo; la Ruta del Aceite de Trás-os-Montes, el Camino Portugués de la Vía de la Plata, el Camino Natural del Paisaje Agrario Sayagués (Escuadro-Ermita de Gracia en Bermillo de Sayago), la Ruta de la Castaña, la Ruta de Terra Fria Trasmontana, el Camino de Torre (Salamanca-Santiago de Compostela), la Ruta de las Fortalezas Abalaurtadas de la Raya, la Ruta de las Aldeias Históricas de Portugal, o la Ruta de los Conjuntos Históricos de Salamanca.

Destaca en la región rayana la intensa red de caminos históricos algunos de los cuales conservan restos de su origen romano o de su uso ganadero o agrícola. Travesías que también han sido empleadas para el intercambio ilícito de productos y de paso de personas. Rutas del contrabando y el estraperlo que han generado un interés diseñándose incluso pruebas deportivas alrededor de ellas.

Asimismo, la trama de caminos que comunica los pequeños municipios se ha aprovechado en los últimos años para la práctica de actividades recreativas como el cicloturismo, el senderismo o los paseos a caballo.

Vías rurales señalizadas que brindan a los visitantes la posibilidad de conocer más a fondo los recursos naturales y culturales de la zona. Una manera distinta de aproximar el patrimonio natural fronterizo a los turistas que se refuerza con la apertura de centros asociados para facilitar información.

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