sucesos en Zamora
La menor que denuncia al amigo del padre por agresión sexual en Zamora: "Era mi abuelo postizo"
La adolescente dice que "me costó mucho contar los abusos, que me metía los dedos en la vagina y me sobaba, porque no quería darle ese disgusto"
La psiquiatra descarta enfermedad mental e indica que la adolescente es "muy vulnerable", pero que "no tiene ideas fantasiosas o delirantes"
La familia del imputado describe a un hombre "cariñoso, incapaz de cometer ese delito"

El imputado en el banquillo de los acusados minutos antes de inicirse la vista oral en la Audiencia. | JOSE LUIS FERNÁNDEZ
La menor que denunció al amigo de su padre por introducirle los dedos en la vagina y realizarle tocamientos en varias ocasiones justificó la tardanza en contar la agresión sexual, sufrida cuando tenía 13 años, porque "era como mi abuelo postizo". Durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zamora, la denunciante declaró visiblemente afectada que "me costaba mucho dar el paso" de contar lo ocurrido, "no quería dar ese disgusto a mi padre por la relación tan cercana" que existía entre ambos, "era su mejor amigo".
Una relación que se extendía a las familias del imputado, el zamorano de unos 70 años de iniciales AL.G.H.,y del progenitor, "era como su hermano, fue el único apoyo que tuvo tras la separación de mi madre", explicó la denunciante, que cumplió la mayoría de edad durante la investigación judicial. La joven describía su difícil situación porque "mi padre confiaba ciegamente" en el acusado y que "me daba miedo decirle que una persona que tanto quiere ha hecho esto".

La denunciante declara tras el biombo en el juicio. | JOSE LUIS FERNÁNDEZ
La Fiscalía de Zamora que pide una condena de 14 años y medio de cárcel para el procesado alude a esa relación de confianza y la ascendencia que el acusado tenía sobre la menor para quien era un adulto de referencia.
Las supuestas agresiones
La menor daría el paso de contarle a su amiga íntima que "AL.G.H., que decía que era como su nieta, le había tocado la vagina y le había sobado", y ambas terminan llorando, coincidieron en contar en el juicio celebrado ayer. El detonante de la confidencia fue que se sintió incómoda, "agobiada, porque unos chicos la piropearon desde un coche. Y empecé a decírselo a mi amiga que quien era como mi abuelo postizo" le agredía sexualmente en el coche cuando hacían viajes juntos "a Toro, que íbamos mucho, a Portugal, por Zamora ciudad", en un viaje a Cádiz; y en la casa de él.
A preguntas de la Fiscalía, habló de unas quince agresiones, aunque no podía precisar con certeza el número, además de indicar que "no había conversación" en esos viajes en los que el imputado y ella iban sentados atrás porque "yo no podía decirle delante de mi padre que parase", ni de la esposa de AL.G.H. que iba como copiloto, por lo general.
"Le daba vergüenza contarlo"
La amiga, que testificó en el juicio sin dejar de llorar, "le costó un poco decirlo, no era capaz directamente, me dijo ‘‘¿tú te acuerdas de AL., que decía que yo era su nieta?...’’ Y lo soltó de repente porque le daba vergüenza porque él siempre estaba con su padre", declaró la joven al ser preguntada por la Fiscalía. Manifestó que su amiga "llevaba callándolo mucho tiempo, lo tenía guardado" y que ella le dijo que tenía que contárselo a su padre porque no podía continuar manteniendo una relación normal con el acusado.
"No se inventó nada"
La joven testigo defendió la versión de su amiga, visiblemente afectada por ella, "no se ha inventado nada". Fue tajante al sostener que "no tengo ninguna duda de que era cierto lo que me contó, por supuesto, que la creí", mientras concretaba que "es un tema un poco tabú para ella", por lo que "ella hacía como si no hubiera pasado nada".
Para cuando se produjo esa primera conversación habrían transcurrido tres años desde el primer abuso que relata la menor y sitúa hacia julio de 2017 en el salón de la casa del procesado cuando ella estaría descansando sobre las rodillas del hombre, acostada en el sofá y él comenzaría a tocarle las piernas para acabar metiendo su mano bajo el pantalón corto de la niña hasta llevar a cabo la agresión sexual hasta que ella de despierta pero no puede reaccionar.
Después vendrían otros episodios durante viajes, afirma la denunciante, cuando el procesado se sentaba en la parte trasera del vehículo junto a ella y aprovecharía para repetir su comportamiento libidinoso en la parte trasera del vehículo sin ser vistos porque era de noche. Los desplazamientos por la capital y algún viaje en el que coincidían.
La segunda persona a la que la menor detalló las agresiones sexuales que asegura haber vivido fue a la pareja de su padre para pedirle ayuda a la hora de contarle a su progenitor los abusos sexuales en agosto de 2021, quien denunció el caso en diciembre. La denunciante declaró que no quería ver al acusado, "no me salía decirle "hola" y darle dos besos, estaba cabreada y agobiada".
El padre de la menor: "¿Tenía que haberlo matado?"
El padre de la menor contó ayer que "a mi hija la veía mal, quería distanciarse de AL.G.H. y su familia, yo lo achacaba a la edad". Con pesar, subrayó que "mi hija tenía miedo de que yo le creyera a él por la amistad que teníamos y no a ella, pero la creí desde el principio".
Su primera reacción fue ir a buscarle, pero su pareja no le dejó el coche y se contuvo: llevó a su hija al psicólogo y esperó a que estuviera preparada para denunciar en diciembre de 2021, por eso tardaron en denunciar desde agosto. "Estoy harto de que si tardé en hacerlo tres meses. Llevo tres años aguantando esa cantinela, me pregunto si la solución era materle o darle unas hostias. Llevo mucho aguantado en estos tres años".
La presunta víctima manifestó que "me daba miedo esto de los juzgados" para explicar por qué pasan varios meses desde que le cuenta a su padre lo sucedido y deciden denunciar en la UFAM de la Policía Nacional, en la Comisaría de Zamora.
El acusado, un hombre "cariñoso de más"
Describió al acusado como "cariñoso de más con la niña, que si un azote en el culo, que si un pellizco, que si cómo te han crecido las tetas, pero era mi amigo, ahora creo que igual no debí verlo tan normal". Contó que "una vez que estaba mamado quiso darle un beso a mi hija y le paré los pies" y que el procesado le dijo "solo quiero que esto no trascienda y seguir la amistad". El progenitor de la menor contó que ahora que repasa fotografías y vídeos donde aparece el procesado con su hija ve actitudes del adulto que no cree que sean normales con una niña.
"Mi padre se quedó en shock"
La esposa del procesado recibió una llamada telefónica de la menor para contar que había sido agredida por AL.G.H. cuando iban a Cádiz de viaje, lo que motivó una reunión familiar para contárselo al acusado, "mi padre no se lo podía creer, se quedó en shock", contó la hija del acusado que compareció en el juicio de ayer. El siguiente paso fue reunirse con el padre de la menor que conocían desde que era bebé en la que no hubo para abordar un asunto tan grave.
La hija de AL.G.H. describió a "un padre presente, buena persona, cariñoso, incapaz de haber hecho esto, nunca ha tenido una actitud sexual hacia ninguna niña", precisó a preguntas del abogo que defiende a su progenitor. La esposa del procesado, con el que lleva 47 años de matrimonio y 12 de noviazgo, describió a un hombre "juerguista y cercano".
La psiquiatra: "Una niña vulnerable, pero que no fantasea"
El médico de familia derivó a la menor a Psiquiatría por problemas de autoestima, ansiedad, "vergüenza de salir a la calle". La profesional descartó que sufriera una enfermedad psíquica, como insinuaba la defensa de AL.G.H., y describió a una niña "muy vulnerable", pero "no mentirosa"y la deriva a la psicóloga sin tratamiento farmacológico "porque creí que no lo necesitaba".
Esta profesional de la Psiquiatría concreta al abogado de la acusación particular, la psiquiatra declaró que la adolescente "no tenía ideas fantasionsas o delirantes", como pretendía demostrar el abogado de la defensa. Asimismo, manifestó que "no hay indicios para dudar de que lo que había vivido no fuera real".
La psicóloga no pudo detallar ayer sus informes porque ya no trabaja en el Sacyl, aunque precisó que la menor le contó el abuso sexual "pero no profundizamos porque la terapia iba orientada a ayudar a la víctima en la denuncia porque no era capaz de controlar lo que suponía para ella un procedimiento judicial, manejar esa situación".
Por su parte, la psiquiatra solo la vio dos veces a la menor porque no acudió a la tercera sesión y no la volvió a citar, "me habló del abuso sufrido y el padre me cuenta que un amigo de la familia la había toqueteado" y la profesional agrega que era "un caso sospechoso de abuso sexual infantil".
El psicólogo de la defensa: "La niña miente"
El psicólogo de la defensa, que nunca se entrevistó con la menor, afirma que miente, "es un testimonio no creíble, por tanto, no veraz". Su conclusión nace del análisis de la grabación del interrogatorio de la menor y de las diligencias judiciales. Su tesis se basa en el comportamiento de la presunta víctima durante los interrogatorios, en que no observa emotividad y el lenguaje corporal.
El psicólogo, contrariamente a lo que ha declarado la psiquiatra, llega a afirmar que "la vulnerabilidad de la menor podría indicar un trastorno de la personalidad". Hizo hincapié en que la menor no concreta fechas exactas, lo que no atribuye a que tenía entre 13 y 14 años y cuando denuncia han pasado tres años largos, sino a que "no existen esos detalles".
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