La caja de bronce fundido de Héroes del Silencio y otras joyas de la percusión en Zamora
Más de medio millar de bateristas de toda España se dan citan en la novena edición del Alteisa Drumfest de Zamora

Alberto Ferreras
El Alteisa Drumfest ha congregado a más de medio millar de apasionados de las baquetas. Además de escuchar a bateristas internacionales de primer nivel, el festival ha permitido contemplar «joyas» como la caja de Pedro Andreu que marcó el ritmo a Héroes del Silencio o los auriculares que llevan en los conciertos estrellas como Aitana o Ana Mena.
De hecho, esa peculiar caja hecha en bronce, con la que el baterista Pedro Andreu grabó todos los discos de Héroes del Silencio, ha sido uno de los atractivos de la feria del Alteisa Drumfest, junto a los auriculares personalizados para el oído que lucen grandes músicos españoles o el ‘alma mater’ de la banda de las cien baterías.
El festival, que reúne a entusiastas de la percusión y bateristas internacionales, cuenta en esta novena edición con un espacio-museo de baterías, en el que se muestra esa caja única en España de casco de bronce fundido, firmada por el baterista de la mítica banda de rock zaragozana que la utilizó en las últimas giras y en todas las grabaciones de estudio de Héroes del Silencio.
Si en 1989 ese modelo de caja de batería costaba el equivalente a 800 euros, actualmente de segunda mano se vende por 12.000 euros, al ser una pieza única de coleccionista. De hecho, el modelo actual de la marca alemana Sonor que sustituye a esa legendaria caja cuesta 5.000 euros, pero su valor potencial dentro de tres décadas puede superar los 30.000 euros.

Uno de los expositores de la feria del Alteisa DrumFest. / Alba Prieto
Es un ejemplo del desembolso que pueden realizar los aficionados a la batería, que también disponen de precios más asequibles.
Así, las baterías Mapex se venden en el festival desde los 560 euros «una batería completa, lista para poder empezar», pero si se quiere algo más profesional las hay de 4.000 euros, un precio que «se nota en la calidad, las maderas y los acabados», explica María Tarrés, de la distribuidora en España de esa marca taiwanesa de percusión.
Entre la treintena de empresas presentes en los trece expositores de esta feria de percusión también hay una firma de auriculares personalizados «fabricados cien por cien a medida», adaptados al oído de cada persona y que en su interior incorporan hasta siete auriculares para una óptima calidad de sonido.
Su precio supera los 1.800 euros, pero pagarlos compensa si se valora que está en juego la salud auditiva del baterista y un audífono es aún más caro. «Lo que estás pagando es conservar tu oído sano y salvo en los próximos años», explica Alejandro Camuñas, de la empresa que los comercializa, Dears.
Artistas como Aitana, Ana Mena, Edurne o El Cigala ya los utilizan, Celtas Cortos también se plantea adquirirlos y a quienes vendría bien esa protección extra del oído es a los integrantes de la Crazy Rock Band, el grupo más grande de España sobre el escenario, integrado por cerca de trescientos músicos, entre ellos cien bateristas, noventa guitarras y cuarenta bajos. Uno de los cabezas del grupo, Óscar Martínez, confiesa que la batería «engancha» porque el ser humano, por naturaleza, necesita tocarlo todo, es un instrumento muy llamativo y «no hay ninguna buena banda que no haya tenido nunca un buen batería», sentencia.

Daniel Cárdenas abre el Alteisa DrumFest. / Alba Prieto
En la feria del Alteisa Drumfest, además de promocionar su grupo, Óscar muestra unas tiras adhesivas termoselladas para las baquetas, que están patentadas, y que alargan la durabilidad de las baquetas y facilitan el toque del ‘rimshot’.
Un seguro para pasarse horas y horas a la batería sin riesgo de tener que parar para coger unas baquetas nuevas, como han hecho los artistas internacionales invitados al festival: Daniel Cárdenas, Riccardo Merlini, Peter Erskine, Ángel Celada y Jojo Mayer, llegados de Venezuela, Italia, Estados Unidos, España y Suiza. A todos ellos se ha sumado el baterista Christian Murgui, encargado de poner el fin de fiesta en el Avalon Café.
El director del evento y baterista, Juanjo Fernández, explica que el Alteisa Drumfest está ya consolidado al alcanzar su novena edición. En ella, las entradas se vendieron en tiempo récord, lo que ha permitido completar el aforo del Ramos Carrión, de seiscientas butacas. La gran mayoría de los asistentes han llegado de fuera de Zamora, lo que ha tenido repercusión turística y hotelera.
Juanjo asegura que ese instrumento musical es «el más adictivo», ya que «desestresa mucho, es muy visual y muy enérgico» y, antes de coger las baquetas para demostrarlo, sentencia: «sin un baterista y un bajista no hay una base sólida para que una banda pueda hacer buenos conciertos».
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