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Entrevista | Javier García Martín Profesor y divulgador cultural

"El patrimonio gráfico otorga personalidad a una ciudad"

"Si no se hace nada por mantener su memoria, conservar su obra, darlos a conocer y estudiarlos, algunos artistas zamoranos del siglo XX pueden llegar a caer en el olvido"

El profesor Javier García Martín

El profesor Javier García Martín / Alba Prieto

B. Blanco García

B. Blanco García

El profesor Javier García Martín está detrás de dos proyectos de divulgación, "Artistas de Zamora en el siglo XX" y "Zamora Patrimonio Gráfico", que se centran en ensalzar el valor cultural de la ciudad en diferentes ámbitos. Muy activo en sus redes sociales, reivindica el papel de pintores y escultores del pasado siglo y la conservación de los rótulos más clásicos que todavía quedan en pie en varios establecimientos, muchos de ellos ya cerrados. Recientemente, compartía estas dos pasiones con los alumnos del Campus Viriato participando en el ciclo CulturAlcampus.

–¿Se conoce a los importantes artistas zamoranos del siglo XX fuera de las fronteras de la provincia?

–Hay un poco de todo. Existe una coincidencia espaciotemporal, con una generación de artistas muy numerosa y valiosa, nacida en la provincia de Zamora. Es la generación del siglo XX y algunos sí que son conocidos, como Baltasar Lobo o Delhy Tejero, absolutamente reconocidos y valorados fuera de nuestras fronteras. Luego hay otros que, según han ido falleciendo, por desgracia, han ido cayendo en el olvido.

Conferencia mirar la ciudad, de  Javier García Martín.

Conferencia mirar la ciudad, de Javier García Martín. / Alba Prieto

–¿Y el conocimiento por parte de los propios zamoranos?

–Sí que hay zamoranos que los recuerdan, que tienen incluso obras suyas y que se valoran, pero sigue habiendo una parte de la ciudad que, si no se hace nada por mantener su memoria, por seguir conservando su obra, por darlos a conocer, por estudiarlos, me refiero también a nivel institucional, pueden caer en el olvido. Se está ese riesgo de olvidar a una generación que contribuyó a hacer la ciudad que tenemos actualmente.

Renovación del arte

–¿Tiene algún nexo común esta generación?

–Hay estilos diferentes, pero sí que existe un grupo de autores de estas generaciones de artistas que contribuyeron a la renovación del arte, es decir, que trabajaron en las vanguardias, como puedan ser los mencionados Delhy Tejero y Baltasar Lobo, o que se metieron en movimientos de arte más contemporáneo, contribuyendo, por ejemplo, a trabajar con arquitectos. Era una época en la que se estaba construyendo mucho y se contaba con escultores, vidrieristas o pintores a quienes encargaban murales. Y ese trabajo, muchas veces secundario, tiene el respaldo en la actualidad de un movimiento que lo quiere visibilizar, porque realmente determina la imagen de un edificio. Un claro ejemplo lo tenemos con el edificio del Banco de España y la aportación de José Luis Alonso Coomonte.

Banco de España en Zamora.

Banco de España en Zamora. / J. F.

–Un artista que, como Antonio Pedrero, todavía pasea por nuestras calles. ¿Es para sentirnos afortunados?

–Por supuesto que sí. Yo he tenido la oportunidad de conocer a algún miembro de esa generación, los dos mencionados y otros como Higinio Vázquez o Tomás Crespo Rivera. Es todo un lujo tenerlos aún entre nosotros y creo que también es justo reconocerles en vida lo que han aportado a la historia del arte local.

Arte a pie de calle

–Su otra pasión es el patrimonio gráfico. ¿No se valora tanto como una obra de arte, quizá al estar a pie de calle?

–Una y otro contribuyen a la imagen que tenemos de la ciudad, a mirar de una manera mucho más consciente las calles que paseamos todos los días. Mi interés personal por el patrimonio gráfico viene de lejos, siempre me llamaron la atención los rótulos, sobre todo, porque nos hablan de la historia de la ciudad, de los negocios, de la evolución del tejido económico de una zona y, sobre todo, porque también es una forma de resistencia ante una uniformidad en la que están entrando todas las ciudades, con el tema de las franquicias.

–¿Qué diferencia hay con los rótulos actuales?

–Estamos hablando de rótulos que hacían artesanos, con los mejores materiales para que durasen, con unas carpinterías hechas en talleres. Hoy en día, la mayor parte de los comercios se hacen con materiales prácticamente de usar y tirar y muchas veces no se busca la belleza, sino la utilidad, sin más. Hubo una época en la que había unos gremios que trabajaban en la rotulación, en la arquitectura comercial, y que nos han dejado ese legado. Creo que es nuestro deber valorarlo y, en los casos en los que sea posible, mantenerlo, como se ha hecho, por ejemplo, con los rótulos del Mercado de Abastos.

–Al ser una ciudad pequeña, ¿Zamora debería proteger más este patrimonio?

–Como cualquier otra ciudad, estamos abocados a la uniformidad, pero es cierto que en ciudades como Benavente persiste todavía más el comercio local, de proximidad y, por tanto, el patrimonio gráfico ligado a estos comercios. En la capital hemos perdido muchísimos locales comerciales que eran bastante interesantes desde el punto de vista plástico y de la historia del comercio, por lo que considero que tenemos que hacer el esfuerzo de mantener los que todavía existen.

La importancia de unirse

–¿Es importante la labor que, en este sentido, se hace a nivel nacional desde la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico?

–Aporta más fuerza para lograr esa conservación. No se trata de defender lo nuestro como si fuera lo mejor frente a los demás, sino lo contrario, creo que desde lo local se puede aprender a mirar lo universal. Esta red, además, también aglutina a compañeros de Portugal y todos nos apoyamos a la hora de lanzar iniciativas que defiendan este tipo de patrimonio, que muchas veces es invisible, no está valorado y tiene que ser rescatado directamente del contenedor de la basura. Estar conectados nos ayuda a ver que no estamos solos.

–Las redes sociales han sido una de sus herramientas fundamentales a la hora de difundir tanto a los artistas del siglo XX como el patrimonio gráfico de Zamora. ¿Cree que ha logrado, en cierto sentido, concienciar sobre su importancia?

–Creo que sí, sobre todo entre aquellas personas que ya lo valoraban y, a lo mejor, no podían compartir esa afición. Se han puesto en contacto conmigo y han descubierto que no son las únicas. Considero que hay cierta concienciación, porque cada vez son más amigos y conocidos los que me envían fotos de rótulos con los que se van cruzando y eso es porque han cambiado su mirada. La gente ha aprendido a mirar la ciudad con otros ojos.

Conferencia mirar la ciudad,  de Javier García Martín.

Conferencia mirar la ciudad, de Javier García Martín. / Cedida

–¿Podría ser este patrimonio gráfico aprovechado para el turismo de la ciudad?

–Sería una buena idea poder realizar rutas por los edificios originales con sus rótulos todavía en las fachadas o, en el peor de los casos, tener ese patrimonio recogido en algún lugar para poder visitarlo. El ejemplo lo hemos tenido en Madrid, que el pasado año acogió en CentroCentro, un espacio cultural en Cibeles, un encuentro de divulgación y defensa del patrimonio gráfico, con una exposición titulada "No va a quedar nada de todo esto". Y llegó a ser una de las más visitadas de Madrid, lo que ayudó a divulgar mucho el tema. Ahí está un buen ejemplo de una iniciativa cultural exitosa ligada al patrimonio gráfico. Y, hablando de turismo, la gente cada vez busca más ciudades con personalidad propia, que se distingan del resto. Y ahí el patrimonio gráfico puede actuar como distintivo, porque habla de personas que tuvieron los negocios en las calles, de los oficios que había. Esa personalidad propia para la ciudad es una fuente de atractivo.

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