La reglamentación del nombramiento de los capellanes taurinos se pone sobre la mesa desde Zamora
El grupo de trabajo formado tras el encuentro celebrado en abril propone crear una asociación y la recuperación de las cátedras de tauromaquia en las universidades, entre otras

Sacerdotes participantes en el I Encuentro de capellantes taurinos celebrado en Zamora. | C. T.
Un análisis de los objetivos, procesos y propuestas llevadas a cabo en el I Encuentro Internacional de Capellanes y Sacerdotes Taurinos celebrado en Zamora el pasado mes de abril abril ha permitido a los miembros del grupo de trabajo formado a tal fin emitir una serie de conclusiones "a tratar como objetivos", con sus correspondientes propuestas de cumplimiento, para que, como era el objetivo principal del encuentro, "se reconozca" al capellán o sacerdote de los festejos taurinos o plazas de toros.
Se han identificado cuatro necesidades "fundamentales" que estructuran la propuesta, para que se integren en la organización de los festejos taurinos: la organización básica, el nombramiento del capellán, la administración de sacramentos, y otros caminos a explorar entre la Fe y la Fiesta.
Las cuatro propuestas básicas se asientan sobre la necesidad de tener en cuenta "el alcance" de la labor del capellán o sacerdote, en función del tipo de festejo y su lugar de celebración, por lo que, en una plaza, se deberá tener en cuenta el tipo y la "disponibilidad de espacios" para albergar una capilla. Así, en las plazas fijas con capilla, se ve la idoneidad de velar "por la dignificación de este espacio sagrado" y por su "correcta adecuación" antes, durante y después" del festejo; mientras que, en las que no disponen de capilla, "se debería aconsejar a los propietarios que habiliten un espacio digno que pueda hacer las veces" y, en caso de falta de dependencias, "se pondrá en contacto con la parroquia más cercana" para "estudiar la posibilidad de habilitar un horario especial en el que los profesionales puedan tener su espacio y tiempo para dedicarse a las tareas espirituales". Se propone la misma solución para las plazas portátiles.

El cardenal Baltazar Porras y Ortega Cano, en la ganadería Toros Villalpando. | C. T.
En cuanto al tipo de festejo, se expone que "lo primero es tener en cuenta los reglamentos taurinos", en función de si son corridas de toros, encierros, festivales, becerradas, bolsines taurinos o festejos populares, entre otros; se considera que la participación del capellán debe estar presente en todos los festejos "sea cual sea su naturaleza" para "ampliar el espectro" a todos los creyentes que participen" y no sólo acotarlo a los profesionales taurinos por lo que las capillas de las plazas de toros "deben ser accesibles a demanda para todos aquellos que lo precisen". Para los festejos que no discurren ni finalizan en una plaza, se indica que se solicite a la parroquia más cercana la posibilidad de usarla como capilla "y se pedirá al párroco que acompañe pastoralmente el festejo, ejerciendo como capellán".
También se expresa la "necesidad" de definir un proceso para el nombramiento de capellán de plaza de toros y que "se establezca una mínima regulación coherente con el resto de nombramientos que se hacen a la hora de autorizar un festejo taurino y con la autoridad eclesiástica correspondiente", y que varía en función de si la plaza es o no fija y si tiene o no capilla, o si el festejo se celebra fuera. Al respecto, el documento incluye sendos anexos como modelo para la solicitud de nombramiento, y el nombramiento de capellán o sacerdote.
El documento también recoge, más allá de la función de acompañamiento, la posible necesidad de administrar sacramentos como la confesión, la unción de enfermos o la celebración de la Eucaristía en la propia plaza de toros.
Asimismo, se ha propuesto la creación de una Asociación de Capellanes y Sacerdotes Taurinos, y la rehabilitación de las cátedras de tauromaquia, sobre todo, en universidades eclesiásticas, así como la creación de "cauces de reflexión permanente", con seminarios o conferencias.
Una de las principales conclusiones que se expone es que es "fundamental" que el capellán o sacerdote que sea nombrado en este ámbito sea aficionado a la Fiesta y "muestre interés por la labor pastoral" encomendada, y que se vuelva a "recuperar y fundamentar su figura" en las plazas de toros. Con el fin y deseo último de "que lo que la Fe y la Fiesta ha unido no lo separe el hombre".
La capital zamorana acogió el primer congreso sobre la "fusión" de tauromaquia y sacerdocio
El primer encuentro de esta índole, celebrado "por primera vez en la historia de la tauromaquia" en Zamora y organizado por la Asociación Internacional de Tauromaquia (AIT) y la Delegación de Patrimonio del Obispado de Zamora, puso de manifiesto la "fusión" entre la tauromaquia y el sacerdocio, partiendo del "hecho común y cierto de que una inmensa mayoría de plazas de toros" tienen capillas" y que muchas plazas de las que aún quedan en pie "fueron construidas por congregaciones eclesiásticas" para recaudar fondos para la atención sanitaria o a los pobres. Uno de los pilares en los que se asientan estas conclusiones y propuestas es que la profesión de la fe entre los profesionales taurinos es "significativamente importante y con el suficiente arraigo como para que la figura del capellán taurino adquiera, de nuevo, la importancia que merece, en un ritual artístico de muy alto grado emocional, en el que la muerte está presente desde el inicio del rito y para el que se necesitan las correspondientes atenciones espirituales".
El grupo de trabajo, que ha estado formado por sacerdotes presentes en el encuentro —que llego a acoger medio centenar, llegado desde diversas diócesis españolas y desde varios países de Latinoamérica—, miembros de la AIT o el que fuera redactor jefe de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, Celedonio Pérez, ha hecho especial mención a que, en un sector con "gran cantidad de normativa" como la tauromaquia, "la figura del capellán o sacerdote taurino ha estado siempre al margen de cualquier reglamentación u ordenación" pues "no existe una sola línea escrita que organice la participación y dignifique la figura que desempeña dentro del rito táurico".
Por ello, el objetivo principal y las conclusiones es que se pueda nombrar a esta figura "con garantías" y que se cuente con un mínimo de procedimiento común a todas las plazas de toros del mundo". Se pretende que las conclusiones recogidas se tomen "en consideración" por las autoridades y organizadores de festejos taurinos y que se establezcan "las mejores condiciones para facilitar" la labor del capellán dentro de la plaza", "adecuándose a la realidad actual de la fiesta y de la Iglesia", algo por que el obispo de Zamora, Fernando Valera, ha visto «oportuno» que las conclusiones y líneas de acción descubiertas en el Congreso Diocesano puedan plasmarse en la realidad de cada Arciprestazgo, desde una clara dinámica de la Encarnación».
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