Miradas de Zamora: de puente a puente: piedra, hierro y hormigón

El río Duero y los puentes de Zamora son historia viva de la ciudad

Miradas de Zamora: de puente a puente: piedra, hierro y hormigón

Fernando Esbec

Tan necesario ha sido para el ser humano vivir junto a una fuente abundante de agua como tener la forma de sortearla. Un río es a la vez fuente de vida y primera barrera defensiva frente al invasor. Cuanto más largo y caudaloso es uno más recursos aporta, pero más difícil resulta vadearlo.

La ciudad alemana de Hamburgo tiene más de 2.300 puentes. El Gran Puente de Danyang-Kunshan, en China, tiene el honor de ser el viaducto más largo del mundo con casi 190 kilómetros de longitud. Y Turquía tiene en el Puente de los Dardanelos el puente colgante más largo del planeta, con una largura de 4.608 metros y 2.023 metros entre cada punto de apoyo. Zamora no ha necesitado tanto.

El Puente de Piedra, en pleno proceso de remodelación

El Puente de Piedra, en pleno proceso de remodelación / Fernando Esbec

Durante muchísimos años el río Duero ejerció de primera defensa para prevenir los ataques del sur. El río solo podía cruzarse a través de pequeños vados, y fue en esos lugares donde se construyeron las pasarelas que han mantenido unidas las dos márgenes del Duero hasta nuestros tiempos. De uno solo queda la ruina, los demás continúan en pie.

Sobre la historia de estos puentes habla el arquitecto Francisco Somoza en el sexto episodio de 'Miradas de Zamora', una serie original de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA que se publica cada domingo y cuyo vídeo puede reproducir escaneando el código QR. En este capítulo salimos de dudas sobre si el primero de los puentes, del que solo quedan "los muñones", llegó a coexistir con el actual Puente de Piedra, llamado Puente Nuevo tras su construcción. Y también cómo conviven en apenas unos metros estructuras construidas con piedra, hierro y hormigón, como es el caso del más reciente, el Puente de los Poetas, con la firma de Javier Manterola, "un ingeniero destacadísimo, de los más importantes de este periodo en el mundo".

Cada viaducto tiene su historia y su función. El Puente de Piedra vino a mejorar la estructura que había con anterioridad; el Puente de Hierro amplió el acceso a la ciudad en respuesta al crecimiento urbano; el del Ferrocarril daba servicio a la línea ferroviaria Plasencia-Astorga; y el Puente de los Poetas desvió el tráfico hacia los alrededores, aliviando la congestión del centro. Pero cada uno, además, ofrece una perspectiva única de Zamora, invitando al ciudadano observador a descubrir nuevas formas de apreciar la ciudad.

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