Sucesos en Zamora
Un investigado por amenazar a su novia varía el sexo en el DNI y dice ser lesbiana
El procedimiento judicial se refiere a la persona detenida y encarcelada en femenino, como acusada por violencia doméstica y no de género

La acusada «Ramón» en el juicio celebrado ayer por quebrantar la orden de alejamiento de su exnovia. / S. A.
Dice reconocerse como mujer y así pide que le traten aunque en su DNI mantiene el nombre del sexo opuesto, Ramón L.G., a pesar manifestar abiertamente que es lesbiana, según indican fuentes que conocen el caso y no dejan de mostrar la más absoluta perplejidad al comprobar que su aspecto es totalmente varonil, lo que suscita dudas sobre la veracidad de esta condición.
De tratarse de un "teatro" para que no se aplique la Ley de Violencia de Género y eludir la prisión la incumplir la orden de alejamiento respecto de su novia, la apuesta no le salió bien, puesto que hace cuatro meses terminó como medida preventiva en Topas porque la quebrantó dos días consecutivos. Se presentó en el lugar en el que vive la denunciante, aunque lo tenía prohibido porque la había amenazado. Ya en Topas pidió el traslado al módulo de mujeres, sin que haya trascendido si continúa allí.
La expectación era ayer máxima en el Juzgado de lo Penal, al que acudió esta persona esposada desde la cárcel para asistir al juicio el que se pidieron dos años de cárcel. La llegada de "la acusada Ramón" L.G., como refieren las diligencias y el escrito de acusación de Fiscalía, no defraudó: difícilmente se le podría confundir con una mujer, lesbiana o heterosexual, con aspecto desaliñado y de pocos amigos que confesaba "estoy hasta los cojones de estar allí" (en la cárcel) cuando su abogado le preguntó "¿qué tal estás?".
Estupefactas se quedaron la magistrada, la fiscala y las personas presentes en la sala cuando la "investigada" cruzó el umbral de la sala de vistas, custodiada por dos policías nacionales, para acudir la juicio. Él se negó a declarar, al igual que su expareja, quien tuvo que soportar en mayo pasado que, tras denunciarle por maltratarla y amenazarla, Ramón rompiera la orden de alejamiento que el juez le impuso para proteger a la denunciante. Una medida tomada para evitar riesgos a su excompañera sentimental no porque se trate de un delito de la Ley de Violencia de Género, que no se puede aplicar en este caso por el hecho de que Ramón ha decidido ser Ramona, solo por el mero cambio del sexo en el documento de identidad, por lo que se le juzgará por violencia doméstica.
En duda queda si esa decisión responde a una realidad de identidad o al mero interés de burlar la ley que castiga a los hombres que maltratan y asesinan a sus parejas y protege a las víctimas de violencia machista.
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