Piden a las instituciones de Zamora la conservación y la preservación del legado del escultor Ricardo Flecha

Al artista que quería ser un artesano le honra la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamoracon una exposición donde creaciones realizadas por antiguos alumnos, compañeros, artistas y escritores dialogan con obras que hiciera Ricardo Flecha.

"La obra, la huella", abierta al público en horario de mañana, evidencia la marca que el escultor, fallecido el pasado octubre, ha dejado en una treintena de personas, tanto compañeros de oficio, como sus alumnos, artistas o escritores que lo trataron en algunas de sus muchas vertientes que cultivó.

"Si algo le caracterizaba eran la dedicación a su trabajo y las buenas ideas, en sentido moral y ético", sintetizó la directora del centro, Irene Mateos en la inauguración de la muestra, donde instó a las autoridades de Zamora "a conservar, restaurar y preservar" las obras que dejó en su taller porque "el legado de Flecha no puede perderse".

En el acto, al que acudió la familia del escultor y una nutrida representación del mundo de la cultura y la educación de Zamora que dejó pequeño el vestíbulo del centro, el profesor de talla José Antonio Pérez junto a la viuda de Flecha, Gertrudis Arribas, destaparon, mientras que el hijo del homenajeado declamaba el poema, un relieve que pasará a ocupar la puerta del aula de escultura de la escuela.

Piezas de la exposición-homenaje

Precisamente esta pieza, efectuada por Pérez junto a un contundente masái, que hiciera Flecha en talla directa en el año 2007, abren la muestra a los pies de la escalera del espacio educativo.

En el primer descansillo, el público puede contemplar un retrato de un joven y alegre Ricardo Flecha escoltado por textos inspirados en varias obras, como la que hiciera para Ribadelago o el Barandales.

El grueso de la exposición se ubica en el salón de actos de la escuela donde pueden contemplarse desde la pintura de Teresa Álvarez centrada en la cruz de penitencia del Espíritu Santo que ilustró el cartel de la última Semana Santa hasta numerosas reinterpretaciones de la escultura de Jesús en brazos de la muerte, en múltiples técnicas como pintura, lápices de colores, pirograbado o incluso una enigmática talla donde solo aparece la parca.

Su particular visión de la madre y el hijo que hicieran juntos para recordar a las víctimas de la tragedia de Ribadelago la aporta Pedro Fernández Roales, quien pone de relieve la faceta de "maestro" de Ricardo Flecha en la peana de su contribución.

Numerosos retratos de Flecha en diversas técnicas, como un óleo de Ángel Cerdera, varias cruces de Coomonte o una pintura de Antonio Pedrero comparten protagonismo con un Barandales, segmentado en grandes dimensiones al que no le falta las esquilas, o bien textos inspirados en piezas como el cenotafio de Fray Munio de Zamora o fotografías de las capas alistanas, una prenda que él reivindicó.

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