Entrevista | Natalia Carbajosa Poeta y traductora

Natalia Carbajosa, poeta y traductora: "El traductor de poesía tiene que tener una intuición poética y una formación"

"En mi niñez el contacto con el portugués fue como el primer chispazo de que se podía nombrar el mundo de otra manera distinta"

Natalia Carbajosa, poeta y traductora.

Natalia Carbajosa, poeta y traductora.

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

La poeta y traductora zamorana Natalia Carbajosa ha publicado "La belleza de la traducción", un libro que presentará por primera vez en Zamora el próximo 19 de marzo en la librería Semuret a las 19.00 horas. Además, el volumen que le ha valido ser finalista para los premios de la Crítica de Castilla y León.

–¿Cómo surge la escritura de este ensayo?

–Es una colección que dirige Gustavo Martín Garzo dentro de la editorial Eolas, donde han publicado también los zamoranos Tomás Sánchez Santiago y Marijose Tobal. Son libros en pequeño formato con un tema determinado, pero con el título común a todos de la belleza. Así se han publicado ya "La belleza de las cosas" o "La belleza de lo pequeño", "La belleza del caminar", entre otros títulos. En mi caso, su responsable Gustavo (Martín) me propuso hacer algo sobre la traducción de poesía. Es un libro de encargo que afronté tras haber leído el de Tomás Sánchez Santiago y alguno más. Vi que tenían un tono introspectivo y me puse a pensar en cómo afrontarlo, en cómo hacerlo.

–Y ¿cómo lo formalizó finalmente?

–Me costó encontrar el tono porque no es un trabajo académico, es un ensayo que tenía que tener su sentido y la verdad es que estoy encantada con el resultado logrado. Digamos que me impulsó a mirar hacia atrás, a revisar mis libros de las traducciones y mis cuadernos de notas también personales etcétera. Encontrar la manera de dar la expresión a esto que, en los últimos 15 ó 20 años, ha sido una actividad fundamental en mi vida no solo literaria sino también personal que es lo que cuento en el libro. Explico también cómo me ha transformado y cómo ha transformado mi relación con las lenguas, las palabras y la poesía. Es un libro que en realidad está hecho con el bagaje de muchos libros anteriores.

–Por lo que dice se trata un libro muy personal.

–Sí y al mismo tiempo muy destilado porque tenía que tener una longitud determinada y me ha obligado a reflexionar sobre mi propia relación con las palabras y casi desde los inicios.

–¿Cómo ha ordenado estas consideraciones?

–Hay una sección en la que hablo de lenguaje en sí, del descubrimiento que supone cuando eres niña el empezar a oír determinadas palabras que luego te acompañan el resto de tu vida. También aparece cuando escuchas por primera vez una lengua extranjera. Ahora eso está al alcance de cualquiera, pero cuando yo era pequeña lo más exótico que podías era el portugués cuando ibas a Miranda do Douro. También hablo un poquito de eso en el ensayo y le tributo mi pequeño homenaje al portugués porque realmente, aunque no lo he llegado a estudiar finalmente, el contacto con esta lengua fue como el primer chispazo de que se podía nombrar el mundo de otra manera distinta.

–El libro ve la luz, echa a andar y es uno de los títulos finalistas del Premio de la Crítica de Castilla y León.

–Ha sido una gran sorpresa. El editor me remitió la noticia. Yo no sabía ni que tenía posibilidades y ni tan siquiera que había sido considerado para ese premio. Con lo cual, me considero ya afortunada. He visto que la competencia es muy grande y, aunque pueda sonar un poco tópico, siento que el hecho de llegar hasta este punto, es ya un premio enorme.

–Hasta ahora ninguno de sus libros había seleccionado.

–La verdad es que no, y sin duda es un acicate para seguir en el mundo de literario. Yo soy profesora, traductora y poeta y creo que al final todo es lo mismo. Me gusta mucho la palabra filóloga porque ese amor se manifiesta de distintas maneras. Sí que es cierto que en mi vida tenía la poesía por un lado y la docencia de idiomas por otro y como muy separadas. Lo que la traducción de poesía me ha permitido es unir eso dos mundos, pues precisas la preparación lingüística y la intuición poética, de ahí que me guste tanto porque es un trabajo completo.

cartel de la presentación

cartel de la presentación / cedida

–Un trabajo que ¿todavía cuesta mucho valorar en este país en comparación con otras naciones?

–La verdad es que sí, pero depende de con quién te compares. En el mundo anglosajón las traducciones de poesía están todavía menos valoradas, se traducen poco y no se publican ediciones bilingües, mientras que en España casi todos los editores apuestan por las ediciones en las dos lenguas y casi todos ponen el nombre del traductor en la portada del libro. No obstante, es un trabajo que no puede convertirse en una profesión. Nadie puede vivir de la traducción, aunque el traductor de poesía es un apasionado y es una labor casi adictiva.

–¿Por qué lo dice?

–Porque te proponen algo y te planteas cómo no lo vas a hacer o bien tú misma traduces algo sin que nadie te lo haga propuesto el texto.

–Y en cartera tiene...

–Siempre estamos en danza Viorica Patea y yo con poemas de la poeta rumana Ana Blandiana, de hecho, acaba de salir "El sueño dentro sueño y otros poemas" editado por Visor, y estamos preparando un volumen nuevo.

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