Entrevista | Ana Isabel Sánchez Psicóloga y profesora de la Universidad de Burgos

"El mindfulness es una de las terapias no farmacológicas más potentes"

"En nuestra tierra contamos ya con una población centenaria cuyos hábitos de vida son también objeto de estudio y seguimiento"

Ana Isabel Sánchez, psicóloga

Ana Isabel Sánchez, psicóloga / Cedida

B. B. G.

La psicóloga y profesora de la Universidad de Burgos, Ana Isabel Sánchez, ofrecerá una interesante charla en el evento "Salud Mental: Equilibrio y bienestar en la tercera edad", que, bajo el título "Mindfulness y atención plena", descubrirá los beneficios para los mayores de esta práctica milenaria.

–¿Qué va a explicar en su ponencia?

–A fecha de hoy, son ya muchas las investigaciones que se han desarrollado sobre el mindfulness, y todas ellas concluyen en la eficacia de esta herramienta, hasta el punto que podríamos hablar de una de las terapias no farmacológicas más potentes. La buena noticia es que todos podemos acceder a ella y trabajar con ella; sólo hay que aprender a hacerlo. Y precisamente esto es lo que abordo en mi ponencia: cómo activar una técnica innata al propio ser humano que nos permitirá potenciar aspectos como el funcionamiento cognitivo, la calidad de vida o el estado de ánimo. Veremos cómo mediante la práctica de la atención plena, desarrollaremos una forma de vida que nos permitirá estar mejor, vivir mejor. Intentaré abordar las claves de esta práctica legendaria que cuenta con cerca de siete mil años de andadura, ligada a las antiguas tradiciones tibetanas, y que cualquiera puede activar.

–¿Cómo beneficia esta disciplina a la gente mayor?

–Como recojo en algunas de mis investigaciones, los últimos datos aportados por la Comisión Europea señalan que la demencia afecta actualmente a casi cincuenta millones de personas en todo el mundo y que cada año se detectan 7.7 millones de nuevos casos. A día de hoy, el alzhéimer es la demencia más padecida por la población mundial, pudiendo constituir en términos relativos el 70% de las demencias. En la actualidad no existen tratamientos farmacológicos que den una respuesta definitiva a este tipo de patologías. Desde el punto de vista de la prevención, las terapias no farmacológicas abren importantes posibilidades y en este sentido el mindfulness ofrece resultados más que esperanzadores; insisto, hablando siempre desde la prevención. Son varios los programas mindfulness que se pueden llevar a cabo, trabajando distintos aspectos que van desde la memoria, la atención, la orientación o el lenguaje, hasta las empatías y otras funciones ejecutivas. Otro bloque de intervención, fundamental en el contexto que nos ocupa, es el que atañe a la atención de cuidadores y familiares de enfermos con demencias. Se trata de un colectivo tremendamente vulnerable. La aplicación de programas mindfulness contribuyen a mejorar la calidad de vida de los cuidadores, afrontando situaciones de ansiedad y estrés y generando una mejora sustancial en los procesos de afrontamiento.

Descubriendo el mindfulness

–En su caso, ¿cómo se centró en la investigación del mindfulness?

–Desde el año 2014 pertenezco al grupo de investigación Asociación Europea Unión por la Innovación, desde el que hemos venido trabajando con una de las acciones emblemáticas establecidas por la Comisión Europea como es el envejecimiento activo y saludable. La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia de las personas mayores en el mundo, con un altísimo nivel de impacto social, psicológico y económico, tanto para las personas que lo padecen como para cuidadores y familiares. Como a muchas otras personas, a mí me ha tocado vivir esta enfermedad de cerca, y aquí radica en parte esa motivación que te lleva a explorar nuevas opciones. Empecé a revisar los trabajos de Jon Kabat-Zinn en Estados Unidos, quien desde 1979 venía aplicando esta técnica de forma concluyente en el ámbito clínico, sobre todo a la hora de trabajar dependencias. Transferir esta técnica a contextos explícitos de envejecimiento generaba importantes potenciales que ya habían sido observados por autores como Chiesa, quien apuntaba hacia una mejora en la atención selectiva y ejecutiva desde las primeras prácticas de la meditación.

La demencia afecta a casi cincuenta millones de personas en todo el mundo

–¿En qué consiste su investigación?

–En una de mis publicaciones recojo que en el abordaje de las demencias la implementación de este tipo de terapias se ajusta a distintos tipos de meditación, siendo "Kirtan Kirya" uno de los más utilizados. La tradición incluye esta técnica en la escuela de yoga Kundalini. Desde el punto de vista neuropsicológico, los resultados producen la activación de las áreas cerebrales asociadas con la atención y funciones exclusivas. El objeto de mi investigación es analizar de forma pormenorizada estos procesos y testar cómo realmente se consiguen unos resultados favorables. A sabiendas de los buenos resultados que la práctica del mindfulness produce en la persona, el gran desafío para su validación científica es continuar investigando, ampliando objetivos y corrigiendo errores relacionados con los grupos de control apropiados o métodos. También centra parte de mi investigación la correlación de este modelo con otro tipo de constructo como el ikigai.

Una forma de vida particular

–¿Cómo llega a interesarse por el ikigai?

–Los científicos hablan de las zonas azules como aquellos lugares del planeta donde habitan las personas más longevas del mundo. Son cinco las zonas que se han tipificado como tal, comportando una serie de características comunes, que nos llevan a fijarnos preferentemente en una de ellas, la isla de Okinawa, cuyos habitantes, comportan una forma de vida particular, cuyo constructo es ya conocido como ikigai. Su construcción psicológica refleja la sensación de tener una razón para vivir y se asocia con resultados positivos relacionados con la longevidad y la calidad de vida de nuestros mayores. Se puede decir que el ikigai integra cinco mecanismos cognitivos a través de los cuales las personas perciben el valor de la vida. Uno de estos valores es la atención plena, o la práctica del mindfulness. Y aquí es donde se despierta mi interés por este modelo de vida.

Se pueden trabajar aspectos como memoria, atención, orientación o hasta empatías

–Aunque sea de origen japonés, ¿se podría implantar en otras culturas, como la española?

–Por supuesto que sí. Es más, pienso que la forma de vida de nuestros pueblos responde también en cierta medida a ese constructo ikigai. Vivir el momento presente, moverse, cultivar tu huerto, compartir con la comunidad, celebrar los acontecimientos favorables… eso es ikigai y los habitantes del medio rural zamorano están impregnados de esta forma de vida. En nuestra tierra contamos ya con una población centenaria cuyos hábitos de vida son también objeto de estudio y seguimiento.

–¿En qué beneficiaría?

–Quien encuentra su razón de vida, encuentra su ikigai, y en ello parece estar el secreto de una vida plena y longeva.