La lluvia pone en aprietos a don Carnal

Los zamoranos tienen que echar mano de los paraguas para disfrutar de un colorido desfile que reúne a originales personajes, con el ritmo de las escuelas de baile

VÍDEO | Desfile de Carnaval en Zamora

B. B. G.

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

Todavía quedaba una hora para el arranque del desfile, pero ya había gente esperando en plena Santa Clara a que comenzara. Zamora tenía ganas de Carnaval y eso se notaba en el ambiente, con los pacientes espectadores esperando, paraguas en mano, a disfrutar de la primera de las cabalgatas de este año. Muchos de ellos —sobre todo, los más pequeños— también estaban disfrazados en las aceras y a nadie acobardaba esa fina lluvia "calabobos", que iba yendo a más según avanzaba la tarde festiva. Lo importante era disfrutar de la imaginación hecha disfraces.

Un coche patrulla abría el paso al desfile en la avenida Príncipe de Asturias y desde ahí los participantes se colocaban en su posición, dándose los últimos retoques y ensayando una vez más los pasos. Tras un ninja que se encargaba de anunciar el desfile, los primeros en aparecer fueron los miembros de la escuela de baile Escena, con una coreografía bien ensayada que bordaban, desde los más pequeños hasta los integrantes más veteranos.

Colorido frente a la lluvia

Eran los primeros compases de una tarde de colorido —a pesar de que el cielo estaba más gris que nunca este día— que continuó con la presencia de la murga Mariquince, compuesta por miembros de la Agrupación Carnavalesca Los Pobladores, quienes adornaron sus trajes de época femeninos, tanto para hombres como para mujeres, con unos paraguas que encajaban a la perfección con la meteorología de este domingo. Siempre interactuando con el público, las "mariquinces" que aprovechaban el paseo para tejer, pedían a niños y mayores que les sujetaran parte de la madeja, creando así una divertida conexión entre todo el público.

La sintonía de "Piratas del Caribe" daba paso a la escuela de baile Ritmo, que iban disfrazadas de bucaneros con un ritmo muy bien compenetrado.

Comenzaba después a aparecer la habitual fauna en todos los desfiles, esta vez con familias de camaleones de todos los tamaños, a los que no les faltaba detalle con sus lenguas, garras y escamas.

Heidi y sus amigos

Para los nostálgicos, los primeros acordes de la pequeña carroza que portaba una casa de montaña les hizo retrotraerse a su niñez. Tras la famosa frase de "Abuelito, dime tú" se encontraban todos los personajes de la famosa serie de dibujos animados de los años setenta, "Heidi". A Zamora había llegado no solo el abuelo gruñón y su nieta, sino también su perro Niebla, su gran amigo Pedro —acompañado por el rebaño de cabras—, la dulce Clara en silla de ruedas e incluso su temida institutriz, la señorita Rottenmeier, que parecía algo más relajada que como era habitual verla en la pequeña pantalla.

Saltando desde los Alpes suizos hasta la profunda África, llegó el grupo "Sinfonía natural", con una tribu caníbal con muy buen ritmo, donde no faltaba la pareja real del clan, algunos chamanes e incluso dioses representados con máscaras de grandes dimensiones.

Uno de los grupos con atuendos más originales llegaba a continuación: trajes blancos inmaculados imitando a papel, con filigranas y mucha imaginación, además de destreza con las tijeras.

Los Tamagotchi regresan

Se volvía a la nostalgia con los siguientes participantes, familias al completo componiendo la que fuera la mascota virtual más famosa de mediados de los años noventa, los pequeños Tamagotchi, con variedad de colores y tamaños desfilando por el centro de la capital.

La solemnidad llegó con la primera carroza del desfile, un homenaje al antiguo Egipto, con el grupo "¡Qué pasa, Ra!", irónicamente, haciendo alusión al dios del sol en esta jornada lluviosa. Tras la carroza, un séquito de diosas Bastet, aquellas con cabeza de gato que simboliza la alegría de vivir, muy acorde con el espíritu de estos carnavales.

Otro salto en la historia hasta llega a los locos años 20 y recordar esos recatados trajes de baño y los elegantes autos de la época, que marchaban junto a los integrantes de este grupo, que contaban hasta con un barquillero que repartía dulces entre los espectadores.

Brujas buscando niños

Otros personajes que no pueden faltar en un desfile de Carnaval son las brujas y el de Zamora también ha tenido, con un grupo de viejas malvadas que paseaban alrededor de su caldero humeante, buscando entre el público a los niños más tiernos para echarlos de condimento especial a su poción.

La Fundación Personas nunca falta a esta cita y, en esta edición, se disfrazaron de jardineros y flores —incluso alguna planta carnívora— repartiendo caramelos y muchas sonrisas. Las mismas que las de los integrantes de la Asociación Feafes, con limpiadoras que sacaban brillo a todo el que se cruzaba en su camino y fregonas de gran tamaño que remataban la faena.

"El bosque marchoso" también llevó el mundo vegetal al desfile de este año, donde se presentaron los vikingos con sus reconocibles cascos de grandes cuernos, y Ballet School transformó a sus bailarinas en globos aerostáticos guiados por aventureras.

La rubia más famosa

La fiebre de Barbie también estuvo presente en esta comitiva y las famosas muñecas de Mattel, con algún que otro Ken infiltrado, desfilaron dentro de sus cajas.

La escuela de baile Escena —el grupo más numeroso de los participantes— fue la encargada también de cerrar el desfile con coreografías multitudinarias.

Como la lluvia arreciaba, y lo que era "chirimiri" estaba convirtiéndose en algo más serio, los participantes tuvieron que apretar el paso para poder finalizar el recorrido como estaba previsto, en la Plaza Mayor, con el deseo de que este Martes de Carnaval —con horario adelantado a las 19.00 horas— pueda disfrutarse el desfile con mejor tiempo y la misma alegría.

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