Entrevista | Aldo Linares Mentalista

"Todo aquello que es desconocido siempre nos genera miedo"

"Afortunadamente, se está dejando a un lado el cliché de que el mundo de lo misterioso es de gente sin cultura o loca"

Aldo Linares.

Aldo Linares. / Cedida

B. B. G.

El médium Aldo Linares regresa a Zamora para participar en el congreso Ahora Ilusión, esta vez con la presentación de su último libro, "Cuando lo sugerente se hace evidente: la emocionante percepción de lo que no se ve", en el Teatro Ramos Carrión, el próximo 17 de febrero.

–¿Qué ha querido compartir con su segundo trabajo, tras "El libro de los ojos abiertos"?

–Precisamente es una continuación del primero, pero con la intención de plantearme preguntas para las que pensé que iba a tener respuestas, aunque lo que he encontrado han sido más incógnitas. El libro está escrito para toda la gente a la que le guste el misterio y que siente curiosidad, porque arranca de mi búsqueda personal por encontrar respuestas a los enigmas que yo mismo me planteo y que tienen que ver con la percepción y la parapsicología. Pero, sobre todo, con la búsqueda personal de intentar encontrar respuestas a quién soy en este momento, después de tantas cosas vividas. Considero que es un libro para curiosos escrito desde el prisma de alguien que se pregunta. En absoluto se intenta ofrecer una cátedra o enseñanza, de eso quise huir desde el principio.

–¿Qué le ha aportado personalmente escribir este libro?

–Me ha confirmado la idea de que sigo siendo un aprendiz de muchísimas cosas y que cuanto más voy avanzando en algunas, menos idea tengo.

Mi último libro tiene que ver con los enigmas de la percepción y la parapsicología

–¿Está inspirado en sus propias experiencias?

–De hecho, en primer lugar, intenté hacer un periplo sobre mi propia experiencia y mi crecimiento como persona y entendí que determinados procesos de fueron definitorios, porque me han servido como brújula para saber por dónde avanzar y diferenciar lo que sentía y pensaba antes y ahora. Así que el libro es una especie de espejo autobiográfico o, más bien, un lienzo en blanco donde el tiempo, lo vivido, los estudios y las investigaciones me hacen plantearme que el mayor enigma en este libro soy yo mismo.

Mayor apertura

–Natural de Perú, ¿hay mucha diferente entre su país de origen y España en cuanto a aceptar este tipo de vivencias?

–Ambos son complementarios, aunque es cierto que, por ejemplo, mientras que en Europa se habla del realismo mágico, allá se vive de forma normalizada. El contacto con el misterio, las leyendas o los mitos es mucho más natural, porque en todos cabe la posibilidad de que haya partido de algo real y eso es lo que genera unas situaciones muy locas y especiales. Cuando era pequeño, al hecho de escuchar leyendas se le añadía lo que yo podía ver detrás, que alimentaba mi imaginación. Aun así, creo que la apertura en España hacia estos temas es cada vez mayor, en parte porque, afortunadamente, se está dejando a un lado ese cliché de que el mundo de lo misterioso, de lo oculto, es de gente sin cultura o simplemente loca. En la actualidad hay mucha gente con valor cultural, socioeconómico y científico que contempla estas cosas como algo interesante.

Aldo Linares

Aldo Linares / Olga López

–¿Qué tienen de especial las personas que, como usted, son sensitivas?

–Nos une que cuando más vivimos esas situaciones, más nos pone en nuestro sitio la realidad. Personalmente, me escama mucho la gente que se presenta como maestros y que parecen saber todo sobre el mundo del misterio. Eso me genera inquietud y desconfianza. Parece que tenemos patrones, incluso hasta biológicos, en cuanto a percepciones y sensaciones físicas. Pero también hay diferencias porque yo, por ejemplo, he aprendido más del misterio, la percepción y la sensibilidad a través de la música y la poesía que a través de un libro de misterio y, por supuesto, no he aprendido nada de maestros ascendidos o gurús y mucho menos de esta gente que te dice que es médium y puede conectar con alguien, sospecho muchísimo de ellos. A mí me transmite más un poema de Blanca Varela o una canción de Scott Walker.

Incompresión e impotencia

–¿Fue complicado aceptar que tenía ese don?

–Yo aprendí por las malas, porque no existe manual y uno intenta investigar en sí mismo para comprenderse. Nadie te enseña y al no enseñarte, muchas veces aparece la sensación de incomprensión e impotencia, incluso pensar que te estás volviendo loco. Yo quería ser un chaval normal, porque esto solo es bonito en las películas y los libros. Fui aprendiendo en la medida en que me di cuenta de que era una forma de autodefinición personal, todo muy intuitivo, aunque, afortunadamente, siempre tuve un soporte familiar muy bonito.

–¿Su entorno más cercano comprendió su situación?

–Porque tanto a mi madre como a mi abuela les pasaba lo mismo, así que desde pequeño me inculcaron que más que un don era algo con lo que tenía que estar muy tranquilo y ser humilde, porque no sabemos de dónde viene ni para qué o por qué se nos da. A día de hoy, todavía no sé por qué me pasa esto y no voy a entrar a decir que es una misión divina ni nada de eso, porque no lo creo. Lo que sí sé es que gracias a que ellas dos fueron conmigo cariñosas y comprensivas, pude naturalizar todo esto.

El miedo a lo desconocido

–¿Entiende el miedo y el respeto de aquellos que no tienen esa sensibilidad hacia el mundo del misterio?

–Por supuesto, porque todo aquello que es desconocido siempre nos genera miedo y, partiendo de la base de que el primer miedo es a desconocernos a nosotros mismos, a no saber quiénes somos, ponernos a pensar que hay otras realidades, que podemos acceder a ellas o que se acerquen a nosotros, nos genera inquietud, porque nos hace sentir vulnerables. Es como el miedo a la oscuridad, que se desvanece cuando tenemos el valor de estirar el brazo y darle al interruptor. El miedo a lo desconocido y diferente es ancestral.

–¿A usted le sigue sorprendiendo lo que siente?

–Como cuando tenía 8 años y me sigo preguntando cuál es la naturaleza de todo esto. Aunque yo pueda percibir estas cosas, no tengo ni idea de nada, soy un ser humano al que le ocurre un estado que denomino psicobiológico, que se vale de mi cuerpo, percepción, conciencia o espíritu, como queramos llamarlo, y que conecta con algo más, pero que desconozco. Es como si fuese un aldeano tibetano a quien, de repente, lo plantan cinco minutos en la Gran Manzana y luego lo vuelven a llevar a su aldea. Me siento así, porque percibo muchas cosas pero no llego a la raíz.

Autoconocimiento

–¿Ha aprendido a vivir con ello?

–Y además con cariño, porque descubres que es una compañía para ti mismo, una forma de autoconocimiento de una forma emocional y reflexiva. Te hace plantearte ideas que en el fondo son necesarias, sobre la vida y la muerte.

–¿También es una responsabilidad?

–Sobre todo, cuando conectas contigo, te miras y te das cuenta de que ese fantasma o espíritu ha dado un paso y que a ti también te va a tocar algún día, porque a veces nos olvidamos de que nosotros también somos espíritus.

Tracking Pixel Contents