Localizados dos nuevos campamentos romanos en Zamora
Fotografías aéreas permite determinar asentamientos en Castropepe y Molacillos, próximos a la Via Antonina
Castropepe y Molacillos acogieron dos recintos militares romanos, según el trabajo "De las fuentes escritas a las técnicas de teledetección: aportaciones sobre la presencia del Ejército Romano en la Cuenca del Esla (León y Zamora)", de los profesores de las universidades de Oviedo, Santiago y Exeter, Andrés Menéndez Blanco, Víctor Vicente García y Joao Fonte.
El trabajo tenía una doble vertiente, por un lado, descubrir más datos sobre la conquista romana en una zona poco analizada y por otro comprobar la utilización e importancia militar de la ruta entre sur y norte que recorre la vía denominada XXVI por el Itinerario de Antonino
Los investigadores estudiaron dos zonas, una en León y otra que se extiende por la vertiente oriental del valle bajo del Esla, englobando también parte del pequeño valle del Río Salado y la unión del río Valderaduey con el Duero. Esta forma viene definida por el trazado de la vía XXVI del Itinerario de Antonino entre el Esla y el Duero, según fue descrita por diversos autores.
Castropepe
En este área "han sido localizados dos recintos próximos a la vía XXVI del Itinerario de Antonino que se vienen a unir al ya conocido de Villalazán. El campamento de Castropepe (Villanueva de Azoague) se encuentra en el extremo de la plataforma llana que se alza sobre la vega oriental del Esla, entre el acantilado natural y el trazado de la vía XXVI. La altitud absoluta de los terrenos es de 723 metros sobre el nivel del mar mientras que la altura respecto al río es de aproximadamente 25 metros.
En distintas colecciones fotográficas se reconocen diversos tramos del recinto, si bien la que ofrece una vista más completa es la Serie B del Vuelo Americano (1956-1957). A través de todas ellas es posible reconstruir en su totalidad los lienzos norte y oeste, además de gran parte del lienzo sur. Dibujan en su conjunto una planta de tendencia rectangular con orientación del eje mayor (nornoroeste y sursudoeste), paralela al trazado de la vía XXVI que discurre junto al lienzo este.
Molacillos
Más al sur se localiza otro recinto en la vega formada sobre la confluencia de los ríos Valderaduey y Salado, junto al pueblo de Molacillos. Se trata de una zona llana a 640 metros bajo el poblado fortificado conocido como El Teso de la Mora y el yacimiento de Los Machos, del que dista 1.100 metros. Hasta el momento solo se ha podido ver un esquinal y dos lienzos sobre una ortofotografía del 20 de junio de 2016 disponible en el visor Google Earth. En las páginas anteriores hemos presentado seis nuevos recintos que se distribuyen de norte a sur en la cuenca del Esla y sus inmediaciones. Sin embargo, no parece haber una relación directa entre ellos, inclinándonos por distintos momentos y/o motivaciones que interpretamos en cada caso a partir de diversos tipos de análisis.
Los autores explican que "los recintos de Molacillos y Castropepe plantean problemas para su contextualización. Las escasas evidencias reconocibles del primero no permiten calcular la entidad de la unidad que lo ocupó y, por tanto, tampoco avanzar en interpretaciones sobre su función. La proximidad a la vía XXVI, ruta que nos llevó a seleccionar el área de prospección, no es un argumento suficientemente contundente para relacionarlo espacialmente con la misma. Tampoco hay elementos suficientes para analizar determinados aspectos, como su orientación, que darían pie a una mejor comprensión de la relación con el paisaje circundante".
Por otro lado, la cercanía del poblado de El Teso de la Mora "abre la puerta a diversas hipótesis alternativas sobre las motivaciones de su levantamiento, ya que la relación espacial entre ambos no parece menos estrecha que la existente respecto a la vía. Su proximidad y la posición en desventaja del campamento descartan cualquier tipo de relación conflictiva en un contexto de enfrentamiento que exigiría otra disposición espacial. En la misma dirección señalan las excavaciones en el antiguo asentamiento de la II Edad del Hierro, en el que no se han documentado indicios de violencia ni un abandono repentino del mismo. De hecho, entre la ocupación indígena y la posterior presencia romana en el cerro existe una horquilla cronológica de más de medio siglo de abandono.
Esta fase romana de El Teso de la Mora, situada por sus investigadores entre el año 20 antes de Cristo y el 20 después de Cristo, incluye la recuperación de materiales tempranos de filiación militar que argumentan a favor de algún tipo de asentamiento en el cerro por parte del ejército. "Este aspecto, que ha sido vinculado con el final de las Guerras Astur-Cántabras y la consolidación del poder imperial tras la conquista, tiene cada vez más paralelos en numerosos poblados del noroeste. Formaría parte de la estrategia seguida por el ejército en el momento de consolidación del poder estatal, garantizando la articulación de una densa red para el control de los antiguos núcleos de población y el territorio recién ocupado. En este contexto, el campamento de Molacillos podría ser el resultado de distintas acciones del ejército en los primeros momentos de expansión del poder imperial en este territorio, quizás relacionado con la instalación del asentamiento permanente en el cerro".
En el caso de Castropepe, en cambio, la relación con la caminería sí parece más evidente. El trazado del lienzo oriental siguiendo un recorrido paralelo y próximo al camino señala que ambos elementos pudieron ser coetáneos. "En este sentido, no es descartable que su lienzo defensivo suroriental se viese condicionado por el trazado de la propia vía XXVI o por una ruta antecedente. La superficie del mismo, propia de un campamento legionario, debe ponerse en relación con un movimiento de tropas de cierta envergadura que pudo usar ese camino. Unas características semejantes las presenta el recinto de Villalazán, que debe relacionarse con el punto en que esta misma ruta cruzaba el río Duero. Ambos podrían ser resultado de un tránsito repetido del ejército por esta importante vía de comunicación norte-sur por el oeste meseteño".
Otro factor a considerar es la posición de Castropepe sobre la confluencia de los ríos Esla y Órbigo, que forman las dos grandes cuencas del área meseteña de León. En este sentido es un punto de acceso natural desde la Meseta hacia valles como los del Eria o Vidriales, con una intensa actividad militar constatada arqueológicamente que incluye el posible asedio de Las Labradas a menos de dos jornadas de marcha.
El misterio de los episodios bélicos
Más complicado, confiesan los autores, es la contextualización cronológica de estos movimientos. El tamaño de las unidades desplazadas sugiere acciones militares de cierta envergadura que podrían enmarcarse, como primera opción, en un contexto de guerra. En este caso, un marco probable son las Guerras Astur-Cántabras, dada la cercanía a las áreas que se verían afectadas en este conflicto.
"Más allá de esto, desgraciadamente, el período tardorrepublicano se caracteriza por la escasez de fuentes escritas que constaten episodios bélicos en el marco geográfico que nos ocupa. La intervención de Q. Cecilio Metelo Nepote contra los vacceos en el año 56 a.C. referenciada por Casio Dión podría haberse extendido hasta estos territorios.
Por su lado, los Fasti Triumphales conservados señalan la primera celebración en Roma de un triunfo en Hispania en el 36 a.C. obtenido por Cn. Domicio Calvino, quien fue procónsul desde el 39 al 37 antes de Cristo en las provincias Citerior y Ulterior. También se señalan los triunfos de C. Norbano Flaco, a quien se atribuye la fundación de Norba Caesarina, que fue enviado de igual manera que su predecesor a Hispania como procónsul desde el 37 al 34 antes de Cristo.
Más dudas se tienen sobre el triunfo de L. Marcio Filipo, de quien varios autores teorizan que su proconsulado debió de ser en el 34 antes de Cristo y la celebración del triunfo en el 33 antes de Cristo. Por último, cabe mencionar el triunfo de Ap. Claudio Pulcher celebrado en el año 32 antes de Cristo.
Sobre el número de legiones que se mantuvieron estas décadas en Hispania, se ha señalado que Asinio Polión tendría tres legiones, la XXVIII y XXX y una tercera posiblemente creada con veteranos de Hispania.
"Ahora bien, aunque tenemos constancia de estos triunfos en Hispania en las décadas precedentes al comienzo del conflicto Astur-Cántabro, ninguno hace referencia a los enemigos derrotados ni su contexto geográfico. No podemos descartar —ni verificar— que en algún caso tuvieran como actores a poblaciones de la cuenca del Duero" en el área del estudio.
El elemento localizado más interesante de todo el estudio es, a priori, el gran campamento de Villacete, en León, puesto que podría estar relacionado con uno de los episodios más tratados por la historiografía de la conquista romana. Junto con las posibles tomas de Las Labradas y La Peña del Castro podrían ser las primeras evidencias materiales de ataques romanos sobre poblados en la cuenca occidental del Duero durante las Guerras Astur-cántabras.
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