Entrevista | César Rina Profesor de Historia Contemporánea de la UNED
"El turismo, sujeto a modas, fosiliza a los pueblos de la Raya"
"La población tiene que regirse por la lógica geográfica y valorar el hecho diferencial que es la cercanía fronteriza"

César Rina en una anterior visita a Zamora. | Ana Burrieza / Natalia Sánchez
El historiador contemporáneo César Rina Simón acercará a la frontera y las relaciones transfronterizas del XIX al XXI en la ponencia abierta al público que tendrá lugar el sábado a las 13.00 horas dentro del III Congreso de Historia de Zamora en el Teatro Ramos Carrión.
–Su mirada se va a fijar en la Raya, un ámbito novedoso en el Congreso de Historia de Zamora.
–La frontera siempre ha sido una muralla, una pared. Las provincias fronterizas generalmente, tanto a nivel económico como demográfico y de atención política, han sido lugares periféricos. Con la apertura de fronteras y el acceso a la Unión Europea, de alguna manera, la frontera ha dejado de ser una muralla para convertirse en un puente. Zamora y todas las provincias fronterizas son zonas muy interesantes donde dos países y dos culturas entran en contacto e incluso en algunos lugares, como puede ser en Zamora Rihonor de Castilla, esos intercambios llevan a generar lenguas específicas y unas relaciones muy concretas. No es algo nuevo, pero es algo a lo que se le empieza a prestar una atención en foros científicos.
–¿Qué diferencia existe entre frontera y la Raya?
–La frontera es una línea que separa dos estados. En cambio, una raya es una zona amplia de contactos que en muchas ocasiones, si analizamos municipio con municipio, se han relacionado con gentes de la otra nación sin tener en cuenta que fuera de otro país, tanto con el contrabando como si analizamos apellidos se evidencia un trasvase de matrimonios. Es un fenómeno muy antiguo que tiene que ver con prácticas comunitarias y locales, con una manera muy sensata de entender el territorio. La frontera fue la tentativa de atacar el iberismo. España y Portugal hasta 1864 tenían unas fronteras que no estaban muy bien definidas.
–¿Por qué?
–Porque se sabía cada municipio de qué país era, pero no se sabía dónde estaba la frontera. No había acuerdos internacionales. Finalmente en 1864 España y Portugal firmaron el acuerdo de límites que marca el punto exacto de la frontera en el territorio e incluso van poniendo cada decenas de metros, piedras marcando la frontera, hace solo 150 años. Antes de ese tratado, los dos países se estaban construyendo como estados modernos y no podían tolerar que existiesen en sus territorios espacios indefinidos, como las casas llamadas de la duda porque no se sabía a qué país pertenecía. Este fenómeno es muy interesante.

César Rina / Cedida
–¿A qué se debe?
–Había mucha gente que decía haber nacido en ellas porque era una forma de evitar el servicio militar, lo que fue importante en las guerras coloniales de Portugal o incluso en las guerras de Marruecos y Filipinas en el caso español. Estos espacios molestaban a los estados porque eran lugares donde no podía entrar la justicia, eran lugares muy de contrabando y era una zona de exilios políticos.
–¿Cómo fueron de refugio político?
–Hay un caso en la Guerra Civil Española en el pueblo portugués de Barrancos, donde se refugiaron miles de españoles. El pueblo se volcó e incluso no se notificó su presencia para protegerles. Históricamente ha existido solidaridades rayanas. Además, las personas de la Raya, en muchos casos, no saben a qué país pertenecen. Yo he hecho análisis antropológicos en los pueblos más singulares y lo más curioso que he encontrado es que te hablan en portugués y te dicen que hablan castellano o viceversa. De alguna manera se produce una indefinición total con la que acabó el Estado. Una de las cosas que hicieron fue denominar a estas poblaciones como pueblos promiscuos en el siglo XIX, una manera de denigrarlos para que entraran en la racionalidad del Estado.
–Ambos países tuvieron dictaduras ¿de qué manera afectó a la Raya?
–El principal problema que tuvo la zona rayana fueron las grandes migraciones, del campo a la ciudad y también a otros países, en caso de portugués a Francia y en el español, a Alemania o Suiza. La principal consecuencia es que se despoblaron y no hay que olvidar que fueron dos dictaduras que mantuvieron la frontera cerrada, pero compartían valores y principios ideológicos. Salazar apoyó internacionalmente a Franco. En los años 60 dos periodistas hacen un viaje por la Raya, publicado en un libro muy duro, donde narran cómo en muchos pasos fronterizos no hay nadie. Existía la frontera, pero no había control e incluso en otros, había carteles donde decía que para pasar la frontera se llamara a la casa cuartel de la Guardia Civil, es decir que en las zonas rurales había cierta tolerancia en el paso de un lugar a otro, frente a los principales puntos fronterizos, como Tui o Valencia do Miño o Elvas, donde había controles férreos.
La clave pasa por descentralizarnos, no en el sentido político, sino en el sentido de hacia dónde nos miramos y hacia dónde nos proyectamos
–Las fronteras desaparecieron con la UE, aunque momentáneamente se recuperaron con la pandemia, pero ¿los puentes ya existen?
–Nos empezamos a concienciar, pero nos sigue pesando el modelo nacional en el que seguimos mirando la centro. La clave pasa por descentralizarnos, no en el sentido político, sino en el sentido de hacia dónde nos miramos y hacia dónde nos proyectamos. Yo vivo en Badajoz y el aeropuerto de Lisboa lo tengo a menos de dos horas, aunque la tendencia natural es ir a Madrid, cuando son cuatro horas. Las cosas tendrían que volver a regirse por la lógica geográfica y no por la lógica nacional. Deberíamos de proyectarnos sobre el territorio y tomar conciencia de nuestra condición de puentes, que es una cuestión de cercanía fronteriza. La riqueza que puede tener los pueblos de la frontera es que son unos pueblos que pueden escuchar la radio del otro país porque se te cuela, lo que es de una gran riqueza cultural que creo que las instituciones deberían aprovechar. Tenemos que comprender nuestra natural fronteriza y, de alguna manera, supone nuestro hecho diferencial. El vivir al lado de otro país te da la posibilidad de conocer otra cultura, otra gastronomía, otra literatura… es de tal nivel de enriquecimiento. La gente paga por conocer otras culturas y en la zona fronteriza a nada que camines te lo encuentras y ese es nuestro hecho diferencial.
Debería de haber una confluencia de miras en el ámbito internacional como la sucedido excepción ibérica, de alguna manera de España y Portugal que compartimos valores demográficos y económicos similares.
–¿Existe un iberismo cultural?
–Fue un movimiento del siglo XIX que en el caso ibérico el proyecto fracasó porque los estados principales se consolidaron como países diferentes y a veces enfrentados. Los iberistas querían libre comercio y de tránsito, querían un modelo federativo que muchos aspectos se cumple con la Unión Europea. Lo que queda es un interés por la cultura, la literatura y los viajes, que estos últimos han aumentado mucho en la última década a Portugal y la Raya. Ha quedado un iberismo cultural y de ocio. Entiendo que debería de haber una confluencia de miras en el ámbito internacional como la sucedido excepción ibérica, de alguna manera de España y Portugal que compartimos valores demográficos y económicos similares. También se están implementado eurociudades que comparten ciertos, servicios como hospitales internacionales, algo que requiere mucha burocracia. Solo en las siete eurociudades viven 300.000 personas, más luego las poblaciones del medio rural que se benefician. Falta mucho para desarrollarlas, pero por ejemplo la de Bajadoz-Camporeal-Elvas existe un carné con te hacen descuentos.
–La despoblación es un problema común a ambos territorios.
–Y el único acicate que se está dando ahora mismo es el turismo, que no deja de ser una cuestión muy incierta que depende de modas, además de alguna manera, fosiliza a las comunidades rayanas. Hay mucho debate sobre cómo la gente que vive en la Raya se disfraza de rayanos para atraer al turismo y están perdiendo su capacidad de autonomía para saber qué tipo de comunidades desean ser. Debería de ponerse en marcha otras actividades económicas alternativas.
Suscríbete para seguir leyendo
- El alcalde de Vigo dice que quitar paradas de tren en Zamora 'no perjudica a nadie' y pide 'solidaridad' a los sanabreses
- Otra conexión del papa León XIV con Zamora
- Adiós a otro restaurante de Zamora: 'El motín de la trucha' cierra tras doce años con la actual dirección
- Sacyl de Zamora a un trasplantado de pulmón: 'Coge un taxi
- Un ataque de mastines en Ribadelago podría costar 85.637 euros a la dueña
- Estas son las tres profesiones con más salida en la provincia de Zamora
- Ya puedes ver los cimientos sobre los que se asentará el histórico crucero de las Tres Cruces de Zamora
- Obras de humanización de las travesías de Zamora: estará prohibido entrar en la carretera de La Hiniesta desde la avenida de Galicia