A la cárcel por homosexual, la arbitraria condena a un joven zamorano

En la provincia no hubo tanta represión de las "homosexualidades y disidencias de género" en el franquismo como en Madrid, expone el investigador Miguel Fernández Turuelo en el III Congreso de Historia de Zamora

Miguel Fernández Turuelo, antes de intervenir en el III Congreso de Historia de Zamora

Miguel Fernández Turuelo, antes de intervenir en el III Congreso de Historia de Zamora / LOZ

A la cárcel por homosexual y peligroso. Esa pena se le impuso a Román, un joven zamorano de 17 años mientras que otro compañero de su edad y su hermano de 21 que iban con él quedaron absueltos.

Es un ejemplo de las condenas en arreglo a las arbitrarias leyes de Vagos y Maleantes y de Peligrosidad Social en la España del régimen franquista que ha investigado mientras cursa su doctorado en la Universidad de Oviedo el zamorano Miguel Fernández Turuelo. "Todo el mundo era susceptible de ser peligroso, pero no todo el mundo era condenado", explica Fernández Turuelo para exponer la "represión simbólica" que existía en la Zamora franquista, donde las sentencias condenatorias solían ser "ejemplarizantes". Como en el resto de España, al final a quienes se le imponían y los que más sufrían la represión eran "del estrato social más humilde mientras que las clases más acomodadas tenían sus propias estrategias para estar al margen del radar de la policía".

Periodista y sociólogo que este jueves ha abordado "las disidencias sexogenéricas en la Zamora franquista" en el III Congreso de Historia de Zamora, Miguel Fernández indica que, pese a todo, en Zamora había menos represión que en Madrid o Barcelona debido ya que se le consideraba "una ciudad de tipo ascético" que contrastaba con las ciudades de "vicio", expone parafraseando un calificativo acuñado por el alcalde zamorano durante el franquismo Venancio Hernández Claumarchirant.

"En este tipo de ciudades más pequeñas no se reprimía tanto por la vía policial si no que la represión era más bien simbólica y las disidencias de género no eran visibles y ni siquiera era una prioridad para el régimen porque se les consideraba ciudades de buena moral", argumenta este ponente.

Fernández Turuelo, a la izquierda, junto a otros ponentes del III Congreso de Historia de Zamora

Fernández Turuelo, a la izquierda, junto a otros ponentes del III Congreso de Historia de Zamora / José Luis Fernández

El hecho de encontrar en Zamora tan pocas sentencias condenatorias en arreglo a las leyes del franquismo que penaban la vagancia y la mala vida y ponían a España a la altura de los 67 países que actualmente penan la homoxesualidad también puede deberse a la denominada "emigración sexual".

La gente que se salía "un poco del tiesto en cuanto a expresión de género" y a la que su familia no apoyaba tenía a emigrar, algo que puede explicar el hecho de que en esta provincia haya "pocos expedientes relacionados con disidencias de género", abunda Fernández Turuelo.

Entre las condenas que ha descubierto en su investigación figuran un par de ellas del juez Mariano Rajoy, padre del expresidente del Gobierno, y otra de Saturnino Gutiérrez Valdeón, en este caso contra "La Loli" un "homosexual pasivo y con modos de mujer", ya que entonces la transexualidad ni siquiera estaba considerada y se entendía como "una muestra supina de homosexualismo", expone el investigador zamorano.

En sentencias del año 1968 a Román, nacido en Fuentespreadas y residente en Zamora, que aún no había cumplido la mayoría de edad, se le condenó como "peligroso social" a entre uno y dos años de internamiento en un centro con obligación de realizar trabajos y a no residir posteriormente durante seis meses en Zamora mientras que a su amigo Manuel, también de 17 años, se le absolvió porque "no consta que sea homosexual", precisa el fallo judicial.

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