Entrevista | Beatriz Barrio Rodríguez Responsable de los proyectos de micromecenazgo en Hispania Nostra

"El patrimonio tiene que ser una responsabilidad compartida, donde todos rememos en la misma dirección"

"Me preocupa el estado de la iglesia de Otero de Sariegos o del templo de Molacillos que están incluidos en la Lista Roja de Hispania Nostra"

La divulgadora de patrimonio, la zamorana Beatriz Barrio. | Cedida

La divulgadora de patrimonio, la zamorana Beatriz Barrio. | Cedida

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

La arquitecta y divulgadora del patrimonio cultural, Beatriz Barrio Rodríguez, es en estos momentos la responsable de los proyectos de micromecenazgo en Hispania Nostra. La zamorana se sumó años atrás al colectivo como voluntaria tras asistir a una charla en la escuela cuando estaba cursando Arquitectura en Madrid

–¿Qué es Hispania Nostra?

–Es una asociación sin ánimo de lucro española, declarada de utilidad pública, que tiene como finalidad la defensa, la salvaguarda y la puesta en valor del patrimonio cultural y natural de España a través de la educación, difusión y diferentes programas culturales. Está decorada de utilidad pública y tiene una larga trayectoria, dado que comenzó su andadura en el año 1976. Arrancó apoyada por fundadores importantes y la presidenta honorífica es la actual reina. Poco a poco se ha ido expandiendo hacia lo que es la sociedad civil. Actualmente realiza la mayor red de acciones vinculadas con la cultura y posee el mejor inventario con respecto a todas las asociaciones dedicadas al patrimonio cultural de España.

–Es un colectivo que cuenta con una larga trayectoria, ¿cómo han sido estas décadas de funcionamiento?

–Lo que me han explicado mis compañeros es que al principio costaba muchísimo que importara el patrimonio. Comenzaron a hacer foros de asociaciones, empezaron a realizar visitas, pero no fue hasta 2007, que es cuando se crea la Lista Roja del patrimonio en peligro, que se comenzó a conocer mejor a Hispania Nostra a nivel nacional. Se vio que había una entidad preocupada por el patrimonio que está en peligro. Si hay algo que caracteriza a la gestión del patrimonio es que normalmente suele recae en las administraciones, de tal forma que la gestión cojea dado que no está implicada la sociedad civil. Creo que Hispania Nostra recoge a todas las inquietudes de las personas que están en un pueblo, quieren salvar su iglesia o su castillo, no saben cómo hacerlo y pueden recurrir a nosotros.

–La Lista Roja la integran ejemplos de patrimonio religiosos, civil, militar o industrial en grave peligro, pero ¿por qué la pusieron en marcha?

–En la Lista Roja cabe de todo desde patrimonio mueble, pinturas murales hasta palacios... e incluso al inicio había cascos históricos. Al principio comenzó como una denuncia pública. Nosotros damos voz a la persona de Guadalajara que quiere denunciar el deterioro del castillo de su pueblo, por poner un ejemplo.

–¿Cómo lo hacen?

–Una persona cualquiera, ya sea un particular ya sea una asociación, decide mandarnos una solicitud de inclusión en la Lista Roja a través de nuestra página web. Esa persona necesita documentar al máximo cómo es el bien mediante fotografías, facilitarnos datos sobre del estado de conservación y de su historia. Cuantos más datos tengamos, mejor. Dos veces al mes se suele reunir un comité científico integrado por un arquitecto, un arqueólogo, un arquitecto paisajista, un conservador de museo y una historiadora. Ellos valoran si ese bien realmente corre peligro de desaparecer o de que se alteren sus valores y deciden incluirlo o no en la Lista Roja. En caso de que estimen que no es tan grave, a tenor con la documentación facilitada, solicitan más datos o realizan recomendaciones para que se pueda salvar sin la necesidad de ser incluida en la Lista Roja.

–Las instituciones ¿son receptivas a sus mensajes y, sobre todo, a la llamada de atención de su Lista Roja?

–En la mayoría de los casos, sí. De hecho, la mayoría de los casos que han pasado de la Lista Roja a la Lista Verde han intervenido las propias administraciones. Así el último bien que se ha sumado que es de Lugo cuenta con el respaldo de la Junta de Galicia y de fondos Feder. La Lista Roja supone una llamada de atención pública.

–La Lista Roja funciona desde hace más de quince años, ¿ha cambiado la mentalidad con respecto al patrimonio en este tiempo?

–Sí, ahora existe un interés por parte de la sociedad civil. Y una prueba de ello es la existencia de la Lista Verde.

–¿En qué consiste?

–Son esos elementos que se han podido salvar y que previamente estaban dentro de la Lista Roja. Su creación surge porque empieza a haber monumentos salvados gracias a que se va despertando la conciencia sobre ese castillo que está en mal estado y ya sea un particular o una asociación, el Ayuntamiento del municipio al que pertenece ese bien han puesto el foco, se ha conseguido intervenir y se ha salvado de la ruina. Hay que darle un reconocimiento y por eso surgió la Lista Verde. En ese logro tiene mucha importancia, sobre todo, las campañas de micromecenazgo que creo que han sido lo que nos evidencia que la Lista Roja funciona.

–¿Resulta muy laborioso que pase de uno a otro listado?

–Muchísimo. Se trabaja para que un castillo no se venga abajo y luego hay monumentos en los que hay que arreglar goteras, como en la iglesia de Molacillos (en estos momentos incluida en la Lista Roja), que conlleva un esfuerzo muchísimo más grande a nivel económico. Luego también depende de cómo trabaje la persona interesa o el colectivo que quiere salvarlo porque si no se mueven, no se va a poder salvar. Nosotros ponemos el foco, pero no podemos intervenir directamente en él.

–Ponen el foco y el soporte para llevar a cabo campañas de micromecenazgo, que ¿cómo funcionan?

–La plataforma la creamos en 2014 por la necesidad de dar un paso más y poder ayudar a los pueblos que no tienen recursos para poder salvar su patrimonio a través del sistema de micromecenazgo. La campaña la tiene que impulsar una asociación, un ayuntamiento o una persona individual, pero es importante que haya un respaldo detrás. Además, para poder actuar siempre hay que tener el permiso de la propiedad del bien. Funcionan muy bien las campañas para mejorar retablos, tenemos de campanas o de órganos, por ejemplo. Colaboran personas particulares o bien empresas que optan por donar una cantidad económica para la mejora que necesite ese bien y a cambio se desgravan el 80%, en la mayoría de los casos, y reciben una pequeña recompensa creadas por el promotor del proyecto.

–En el caso de los micromecenazgos de libros o discos, se reciben ejemplares, camisetas… pero en este caso de los bienes patrimoniales...

–Son de todo tipo. Si aportas el mínimo apareces en la lista de mecenas, luego puede haber visitas guiadas a las obras, un concierto y te invitan. A veces se ofrecen catas de vinos, si hay bodegas en la zona fruto de un convenio… son recompensas siempre alrededor del patrimonio.

–¿Qué mueve a la gente a implicarse?

–El boca a boca. Observamos que cuando se ha restaurado algo en una provincia o en el pueblo de al lado se animan a recurrir a Hispania Nostra.

–En el proceso de colaboración de la sociedad civil ¿qué papel están jugando las redes sociales?

–Importantísimo. Si un promotor divulga a diario su proyecto, su patrimonio y lo que hay en sus alrededores alcanza una mayor respuesta. Si te mueves solo entre la gente del pueblo, no recibes más que donaciones de esa localidad y sin embargo nos están llegando donaciones de Canadá o desde Finlandia. Son extranjeros que han visto en medios de comunicación o en las redes sociales que se está restaurando un retablo, por ejemplo, y les apetece donar 10, 20 o bien 40 euros.

–¿Esas aportaciones son un reflejo de una mayor sensibilización hacia el patrimonio?

–Sí. Yo lo creo firmemente porque cuando viajo y voy a otros lugares veo cómo tienen de cuidado su patrimonio y luego veo la cantidad de patrimonio que tenemos aquí y las condiciones en las que está…

–¿Por qué cree que es?

–Por la sensación de lo que tenemos no vale nada y sí vale y mucho. No se aprecia por falta de educación. Como divulgadora, al margen de Hispania Nostra, es lo que estoy haciendo. Si no conocemos lo nuestro y pensamos que son cuatro piedras sin saber que es nuestro pasado, sin saber cómo se puede relacionar con otros pueblos, con otras construcciones… Desde Hispania Nostra se impulsa la divulgación anualmente con reuniones, donde cada vez nos reunimos en una parte de España. En ellas, además de nuestros proyectos, asisten las asociaciones que lo desean. Una vez al año llevamos a cabo las jornadas de buenas prácticas en Madrid con el Colegio de Arquitectos. Realizamos charlas en universidades y tenemos delegados regionales que intentan asistir a todas las conferencias que nos solicitan por nuestra trayectoria.

–¿El patrimonio tiene que ser una responsabilidad compartida, ser una corresponsabilidad?

–Sí. Para ello es fundamental el conocimiento y que todos rememos en la misma dirección. Si el patrimonio está en manos privadas y el propietario no quiere hacer absolutamente nada por mucho que sí exista el deseo de mejora de terceros... Todos tenemos que ir a una, desde particulares, instituciones, los propietarios, desde los que tienen dinero como los que no. Creo que lo fundamental es el entendimiento porque incluir un bien en la Lista Roja no es ir a malas, todo lo contrario, es decir que ese elemento es relevante y sí que importa.

–La provincia de Zamora cuenta con una treintena de bienes incluidos en la Lista Roja. Entre los 34 ejemplos hay bienes religiosos, militares, civiles e industriales que corren peligro.

–El número de bienes incluidos no significa que sea el territorio donde más patrimonio está en peligro, sino que evidencia que se ha denunciado más, es decir que existe una mayor conciencia social de que existe este peligro y se ha dado el paso de denunciarlo.

–¿Percibe que existe esa sensibilidad en Zamora?

–La verdad es que hay personas antes que yo que han dado el paso y que han querido decir cuál es situación que vive el patrimonio de la provincia. Sin embargo, es una situación muy distinta a la que hay en las provincias de Valladolid, en Soria o en Burgos donde se denuncia mucho más. En el extremo opuesto está Cataluña donde no se denuncia y casi ni tenemos socios. Eso no significa que no haya patrimonio en peligro, sino que no se nos ha comunicado.

–La Lista Roja la integran desde la iglesia de Otero de Sariegos, la estación de tren de Villanueva del Campo, el castillo y la muralla de Castronuevo de los Arcos... ¿qué bienes le preocupan especialmente?

–El último en entrar ha sido el templo de Otero de Sariegos, que lo aporté yo a título particular, y me preocupa porque todavía está a tiempo de poder salvarse. Luego tenemos los ejemplos Castillo de Alba o Castrotorafe, cuya degradación es grande por lo que el coste económico de una intervención es realmente muy elevado. En el caso de la iglesia de Molacillos, cuenta más lo dejemos va a ser mucho peor porque tiene problemas de humedades y de goteras.

–Ha nombrado bienes que tienen protección BIC. ¿Supone una dificultad para una campaña de micromecenazgo?

–No, no tiene nada que ver. Para que es abra un proceso de micromecenazgo nosotros necesitamos contar con un presupuesto de lo que se quiere hacer y nosotros barajamos si hay que hacerlo en varias fases; de hecho, tenemos muchos ejemplos de mejoras que se han hecho poco a poco a través de distintas campañas. Curiosamente en Zamora no hemos llevado a cabo ninguna campaña de micromecenazgo para salvar un bien.

–¿A qué lo achaca?

–A que no se conoce que existe la posibilidad. El boca a boca es fundamental y yo creo que en Zamora no se ha llevado a cabo, no porque no queramos salvar nuestro patrimonio, simplemente por desconocimiento por parte de la población. Reitero que se contacte con nosotros.

–La Iglesia es el titular de muchos bienes en peligro en la provincia. El Obispado de Zamora ha constituido la Fundación Zamora Arte, que tiene por objeto promover la conservación, restauración, protección, investigación y difusión del patrimonio y del legado cultural perteneciente a la Iglesia. ¿Qué opinión le merece el paso dado?

–Todas las iniciativas que respalden la mejora y divulgación del patrimonio son positivas, pero no conozco en detalle la propuesta.

–Tres cuadros que adornan el edificio principal de la Diputación de Zamora ha sido dañados esta semana.

– Es una falta de educación, como puede ser que se pinte la muralla o una estatua que están a pie la calle. Parece que ha sido premeditado y se pretendía hacer daño, lo que me preocupa mucho más porque puede que no sepamos la importancia de esas obras o de cualquier obra, pero se trata de patrimonio. Estas piezas estaban en un edificio público y se ha hecho a conciencia como si se atacan los tapices del Museo de Catedralicio o los capiteles de un templo románico.

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