El subsuelo, el gran desconocido que pueden explorar los drones

Tanto los drones como los satélites proporcionan al agricultor información valiosísima que el ojo, a pie de suelo, no es capaz de ver. Dos herramientas actualmente infrautilizadas a pesar de sus múltiples utilidades para el campo. En ello trabaja el grupo de investigación TIDOP (Tecnologías de la Información para la Digitalización Inteligente de Objetos y Procesos), de la Universidad de Salamanca, que está ubicado en Ávila y dirigido por el catedrático Diego González Aguilera, uno de los ponentes en la jornada organizada por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

El TIDOP cuenta desde 2014 con una empresa "spin-off", ITOS3D Engineering que tiene como objetivo transferir al mundo empresarial el desarrollo y la innovación generados por el grupo de investigación que lidera González Aguilera.

"Entre la universidad y lo que nos demanda el usuario final puede haber una o dos vidas de por medio", señala el catedrático, un plazo que la empresa spin-off se encarga de acortar creando productos a partir de los resultados de las investigaciones.

El satélite puede ser una buena opción para la monitorización de parcelas de cereal o herbáceas, y existe la posibilidad de obtener las imágenes de forma gratuita. Por otro lado, el dron suele ofrecer una mayor calidad de imagen que es muy útil para la monitorización de leñosas, por ejemplo, las vides.

Existen drones multirrotor –los más comunes– o de ala fija –con forma de avioneta–, más caros pero con mayor autonomía de vuelo, por lo que se requieren para revisar una extensión de terreno mayor. En ambos casos, a los drones se les pueden añadir cámaras o sensores para obtener información de "lo que el ojo humano no ve". Después se necesita un software para obtener datos de las imágenes tomadas por el satélite o el dron, y para interpretar dichos datos.

El objetivo es emplear los datos para hacer un análisis predictivo y planificar los riegos o las tareas de fertilización de forma más eficiente. Por ejemplo, las imágenes satelitales proporcionan información precisa sobre el estrés hídrico en los cultivos.

Por otro lado, el grupo TIDOP ha desarrollado la herramienta RevelaDuero, que la Confederación Hidrográfica del Duero emplea para fiscalizar el uso de agua por parte de los regantes, averiguando mediante imágenes satelitales en qué parcela se está empleando el recurso hídrico sin autorización.

Hidromap, otra herramienta desarrollada por el TIDOP, permite a la Confederación del Júcar encontrar zonas de los ríos donde se acumulan residuos orgánicos para limpiarlos y evitar una avenida en caso de lluvias torrenciales. En este caso, había que obtener datos de una zona tan extensa que incluso la autonomía de un dron de ala fija se quedaba corta, por lo que se diseñó un paramotor con una infraestructura capaz de embarcar sensores de muy alta resolución para, mediante el uso de Inteligencia Artificial, detectar los residuos.

Una de las grandes líneas de investigación del TIDOP se centra en el subsuelo agrícola, "el gran desconocido", en palabras de Diego González Aguilera. Conocer el estado de la tierra en cuanto al contenido de nutrientes o la humedad es clave para que el agricultor pueda tomar decisiones acertadas, y es una información a la que el agricultor no puede acceder normalmente

Por eso, se prevé que estas tecnologías tengan un efecto disruptivo en cuanto estén más avanzadas. La dificultad está en que ni las fotografías de los satélites ni las de los drones muestran lo que hay por debajo del suelo, se requieren técnicas geofísicas con un coste bastante elevado. Se requiere embarcar en los drones sensores geofísicos, georradares y equipos de tomografía eléctrica. Un reto en el que trabaja este grupo de investigación con sede en Ávila.