Antonio Rodríguez González se acaba de estrenar este curso como nuevo director de la UNED en Zamora, aunque cuenta con un gran bagaje profesional en este centro que le otorga el conocimiento necesario para saber llevar las riendas en esta nueva temporada para la que espera, por lo menos, “mantener el nivel de excelencia” de esta universidad, que incorpora este curso como principal novedad la cátedra de Población, Vinculación y Desarrollo, dirigida, precisamente, por Juan Andrés Blanco, el predecesor de Rodríguez en el cargo de la dirección.

–¿Cómo se ha adaptado a su nuevo cargo en la UNED?

–Estoy en pleno proceso de adaptación, porque no puedo controlar todo desde el minuto cero. Pero el llevar muchos años como coordinador del aula de Benavente y como representante de tutores me ha facilitado un contacto muy profundo con la gobernanza de este centro y que ese proceso de adaptación sea un poco más sencillo. El nuevo puesto significa también mantener relaciones con la sede central, participar en el Consejo de Gobierno y estar en el día a día del centro, así que el bagaje anterior me ayuda ahora. Además, tengo la ventaja de que Juan Andrés Blanco se ha jubilado, pero no se ha ido a otro planeta, sino que lo tengo en el despacho de en frente, en la cátedra de Población, Vinculación y Desarrollo, así que si en algún momento tengo alguna duda, existe quien me informe con prontitud.

–¿Ha recibido algún consejo del anterior director de la UNED?

–No, porque Juan Andrés Blanco no es de esos, ha tenido muy claro en todo momento que no pretende ningún tipo de tutelaje, cosa que le agradezco. Pero no solo eso, sino que intenta en todo lo posible eludirlo, aunque está a mi disposición para contarme la evolución de cada uno de los procesos en los que estamos.

–¿Tiene alguna hoja de ruta marcada para este nuevo camino?

–Este año es muy especial por muchas razones, pero como objetivo principal está el mantener el nivel de excelencia que ha alcanzado la UNED de Zamora con Juan Andrés Blanco. A corto plazo hay multitud de retos que habrá que ir cumpliendo. La UNED de Zamora, con el único cambio en la dirección, sigue su funcionamiento, pero es una universidad en constante cambio. Siempre estamos en la innovación máxima, en los nuevos sistemas metodológicos, en las nuevas formas de trabajo para la enseñanza. Tenemos muy claro que como se enseñaba hace veinte años está más cerca del trivium y quadrivium de la Edad Media que de la enseñanza que habrá dentro de pocos años. Esa enseñanza memorística que ha habido siempre empieza a ser cuestión del pasado.

–¿En qué aspecto?

–No tiene mucho sentido que cuando se tiene a golpe de clic todo el conocimiento, se deba memorizar ese mismo conocimiento. Tenemos que modificar esa forma de enseñanza, pero no la UNED, sino todas las enseñanzas. Esta universidad lleva estudiando esto desde hace años y estamos en un constante proceso de modificación metodológica. Es cierto que tampoco puede cambiarse de una fórmula a otra de una manera inmediata, porque sería un caos, pero sí estamos en ese proceso de cambio constante que hace que, continuamente, sin movernos apenas, todo este modificándose. Y en ese proceso estamos siempre, yendo hacia una dirección, la de adaptarse a un nuevo mundo.

El nuevo director de la UNED en Zamora, en las instalaciones del centro en el Colegio Universitario. | Ana Burrieza

–¿La UNED ya está en marcha hacia ese cambio?

–Es una universidad de vanguardia y estamos al frente de los procesos de innovación que existen. En este momento, la enseñanza más novedosa en casi todas la universidades presenciales históricas es que ahora una parte de su enseñanza la dan online y eso es algo que llevamos nosotros ofreciéndolo muchos años. Tanto la enseñanza online como la semipresencial son la gran novedad en todas las universidades, pero nosotros ese espacio lo recorrimos hace mucho y ahora estamos en un nuevo proceso de adaptación metodológico, con nuevas fórmulas y nuevas maneras de enseñanza. Seguimos avanzando, estamos siempre por delante de los demás, porque buscamos esa excelencia de manera permanente, a nivel nacional e internacional, ya que los últimos exámenes se han realizado en 120 países. La UNED es la mayor universidad de España, pero también el mayor campus de Europa y ese potencial llega hasta el último alumno que tenemos, también a los de Zamora. Todos se benefician de lo que es esta universidad, que nació, y mantiene esa vocación, para conseguir la igualdad de oportunidades de personas y territorios. De esta manera, una persona que resida en el último rincón de la provincia de Zamora tiene la misma oportunidad de desarrollar una carrera universitaria que los que viven por ejemplo en el distrito de La Moncloa de Madrid, donde se acumulan diferentes facultades.

–¿Se ha reforzado la educación a distancia en estos últimos meses?

–En nivel de prestigio, sin duda. La UNED ha salido reforzada en su prestigio universitario a raíz de la pandemia por una razón obvia: el resto de universidades tuvieron multitud de problemas y la UNED les facilitó parte de ese tránsito, poniendo a su servicio medios y conocimientos. Nosotros pudimos continuar con las clases sin problema, porque ya estábamos en ese ciclo. Se potenció una plataforma de exámenes que ya existía además, con niveles de seguridad y eficacia idénticos a los presenciales, a los que volveremos en febrero, si la situación no se desmorona. Somos la única universidad que puede impartir clases en cualquier parte de España y además ofrecer un centro cercano donde se pueda asistir a clase presencial. Por eso somos la universidad más grande de España y con mayor número de alumnos. Vamos por delante en la tecnología, pero también queremos ir los primeros en la perspectiva humana, a lo que ayudan los centros asociados.

–¿Se ha notado un cambio en el tipo de alumno?

–Se va rejuveneciendo, aunque el modelo sigue siendo el mismo. No queremos competir con la universidad presencial, porque hay aspectos de la vida universitaria que solo se pueden vivir con una determinada edad y en un determinado entorno. Nosotros no tenemos tunas (risas) y con determinadas edades si se puede y quiere, a nivel de formación humana, deben acudir los jóvenes. Y si no es posible, aquí estamos nosotros. En el aspecto académico no tenemos que envidiar nada a la universidad presencial, más bien al contrario. Además, estamos convencidos de que somos el camino a seguir en un futuro.

Mantenemos la vocación de conseguir la igualdad de oportunidades

–¿Cuáles son las características del alumnado de la UNED?

–Lo primero es que tiene que querer y tener voluntad. Esta universidad no es fácil y requiere un enorme esfuerzo, aunque la satisfacción que recibes con cada aprobado es algo espectacular, tiene ese premio. Lo que aconsejamos desde la UNED de Zamora es que cualquier personas que empiece se acerque al centro y permita que le asesoremos en cuántas materias matricularse, para que no se frustre y abandone. Nuestros alumnos tienen una familia, trabajo y además estudian, lo que a mis ojos los convierte en verdaderos héroes, por cómo consiguen salir hacia adelante. Hasta el 21 de octubre sigue la matrícula abierta y aunque se hace online, pueden acercarse al centro para asesorarse.

–¿Qué perspectivas de matriculación hay para este curso 2021-2022?

–La matrícula se mantiene en números similares a los del año pasado, aunque sin ningún gran movimiento. Las expectativas son buenas, pero aun hay que esperar a los resultados de los exámenes de septiembre, ya que somos de las pocas universidades que todavía tienen recuperación en estas fechas. Así que, hasta que no sepan sus resultados, nuestros alumnos no podrán matricularse. Por otra parte, la solicitud de beca finaliza este 14 de octubre y también la pueden pedir los alumnos de la UNED, además con la condición de que al menos se matriculen en 30 créditos, cuando la exigencia para las matrículas de la universidad presencial se exigen 60 créditos.

–¿Sigue teniendo el mismo tirón el grado de Criminología, uno de los últimos en implantarse en la UNED de Zamora?

–Es una carrera de moda y las series de televisión han tenido que ver mucho con esto. Sin embargo, a nivel nacional el grado más demandado sigue siendo Derecho y luego Psicología.

–Otro éxito de este centro es la UNED Sénior, ¿se esperaban esta contundente respuesta?

–Al principio he de confesar que nos resistíamos a ponerlo en marcha, pero la sorpresa fue que hubo que cerrar la matrícula antes de tiempo por la gran demanda. Este año queremos, al menos hasta el segundo cuatrimestre, mantener los aforos limitados, así que en algunas asignaturas ya está cerrada la matrícula, tanto en Zamora como Benavente. Este curso se incorpora el aula de Puebla de Sanabria, que nace con la doble vertiente de ser presencial y online. Esta opción se va a ofrecer ahora también en las otras aulas, por si algunos alumnos prefieren seguir las clases desde casa.

Estamos en la innovación máxima, con nuevos sistemas metodológicos

–¿Qué supone la puesta en marcha en Zamora de la cátedra de Población, Vinculación y Desarrollo?

–Es un cambio cualitativo importantísimo. Una de las facetas por las que menos se nos conoce a la UNED es la investigadora y ahora avanzamos un punto, cambiando el Instituto de Estudios Castellanos y Leoneses por esta cátedra, dirigida por Juan Andrés Blanco, para recoger el testigo del intenso trabajo de muchos años en temas de despoblación y, fundamentalmente, sobre emigración, esa que tanto ha castigado a esta provincia y a toda la zona noroeste.

–¿En qué beneficiará a la provincia?

–No se trata de una cátedra de la UNED de Zamora, sino en Zamora. Significa que el trabajo se hará utilizando la provincia como laboratorio principal, pero tratando de analizar a nivel regional y nacional los movimientos y las posibilidades de revertir esta situación. Nosotros nos centraremos en datos y tenemos tres patas para investigar: población, vinculación y desarrollo.

–¿La emigración será un tema importante para analizar?

–La emigración se ha producido por razones puramente económicas, pero hay que analizar mucho más a fondo lo que ha pasado con esta población, que continúa estando vinculada a sus lugares de origen, y que, en buena medida, sustentan la economía de esos pueblos. Queremos ver cómo aprovechar esta relación entre los que han emigrado y sus lugares de origen, para vislumbrar un posible desarrollo económico, cultural y social. Y es que consideramos que, si los datos que ofrezcamos en los estudios de la cátedra se saben utilizan, seguro que se facilita la tercera pata, la del desarrollo. Por eso, en la cátedra, que tiene su propio patronato dirigido por el centro, hemos querido que intervengan instituciones, pero también empresas. Así que, por primera vez, implicamos al mundo empresarial en esta investigación sobre nuestra población.